"Ohana"

Clau, deja de hablar como tu abuela!

Jajajajajajaja que grandisimo todo, ahora que he releido y asimilado el final del capi te dire que es maravilloso, aunque esten tristes... eso si mas te vale que lo arregles prontito

Yo las venas mejor me las dejo largas y eso

JAJAJAJAJAJA gracias, ahora sólo me falta ir de botellón para sentirme joven total

botellón??? Donde!!!!!!!!!!!!!!!!!!

DONDEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

que ya me he cansado del parquin de la escorpia!!!!!!!

dónde? no sé, me voy a buscarlo... y sino lo monto yo

PD: dejemos el offtopic para cuando Patri se vaya, que ahora todavía se puede quejar...

UPs...pues ¿perdon?





..........No perdon no.... anda y que se jo*** por hacer ese final jajaja

joder que triste y yo que estoy ultimamente sensiblona
pero está genial, me ha encantado como lo has descrito todo, ayyy el final, confío en que lo sepas arreglar...
me encanta

No voy a destacar frases porque lo he leído del tirón sin copiar y pegar y porque es todo en conjunto. Lo bien expresado que está, las sensaciones que transmite...
Me gustan las cosas tristes pero sólo si se arreglan. Y claro, si lo corta en medio del dramón... da mal rollo. Vamos... QUE ME CAGO EN PATRI! HOMBRE YA! NO HAY DERECHO! Este capi tendría que haber sido tan largo como fuera necesario para que todo se solucionara en una lectura. No me importa leer 100 páginas del tirón, aunque se deteriore mi salud mental y física

jo yo no se pero me estaba imaginando algo..... aver si n o les a pasao nada malo, k sino.....
weno por lo demas el fic esta superbien y ademas de entretenido tiene sus puntazos diver & sensual, y eso mola jejje weno un besazo a tod@s

Buaaah, es que me da tanta tristeza y melancolía leer este capi... Te juro que lo has escrito tan bien y te ha quedado tan real que me da escalofríos por la espalda, chachaa! No debería haberlo leído ahora que estoy recién bajada de la gua-gua y muy sensible... No pasa nada, tía, he tenido una idea para animarme después de este capi tan jodidamente bien redactado y expresado: voy a llenar mi cuarto de sopladores y así con tanto color igual el capi me hace hasta risa! (sí claro, yo fumo césped...).

Como puedes ver, mi contenido léxico ahora también abarca tres palabras más (bueno, también me quedé con Palichocs, Guanchitos y batidos Millac) jajajaja.

Y después de esta chorrada (lo siento, viva el offtopic, YUHUUU) el capi... tú sabes que este capi me cala "jondo". Es que tía, te ha quedado PERFECTO. Pero tienes que seguirlo, no puedes dejarlo ahí, leñe! que está todo muy triste! muy maal! muy negativo!
Cuando vuelvas de Madrid... te bombardearé de tal manera para que sigas que pensarás que el destrozo de tu tuenti es una chorrada comparado conmigo... MUAAAAJAJAJAJA.

Subo un nuevo capítulo aunque tengo que decir que no lo he releído y no voy a hacerlo porque me veo borrándolo todo de nuevo para volver a empezar... En principio no es la idea que tenía en mente, pero espero que sepan entender que mi cabeza ya no da para más y que estoy nerviosa por si las valencianas lograrán convencer a mi madre xDD Espero que les guste de todas maneras

Capítulo 35. El cariño se paga con cariño.

Silvia: Entonces… ¿no es definitivo? –Preguntó mientras entraban en el ascensor-
Ángel: No… -Respondió seguro- Al menos, por mi parte no… Yo no la he dejado Silvia… espero que ella lo entienda –Murmuró justo después-
Silvia: Seguro que sí… -Le tranquilizó mientras entraban al piso-

Ambos se sentaron en el sillón y Silvia encendió la tele. Ángel, sin embargo, se levantó rápidamente y se encaminó a la habitación a deshacer la maleta. Su teléfono móvil sonó y regresó al salón para cogerlo de la mesilla. La escuchó sin atreverse a interrumpirle y esperó a que terminase de hablar para intervenir.

Ángel: ¿Qué? –Preguntó nervioso- Vale Berta, voy para allá enseguida…

Colgó el teléfono y necesito varios segundos para reaccionar a lo que acaba de decirle su amiga. Se guardó el teléfono en el bolsillo, cogió la chaqueta y echó a correr por los pasillos de su edificio. Unos segundos después, irrumpía de nuevo en el salón, informaba rápidamente a su hermana y volvía a correr hacia el garaje como si le fuera la vida en ello.

*

Berta: Tranquilo, de verdad… no ha sido nada… -Intentaba calmarle en la sala de espera-
Ángel: ¿Y la niña? –Preguntó sentándose en una butaca y volviéndose a levantar como si le quemase-
Dani: Está bien, nos han dicho que dentro de un ratito podríamos verla…
Ángel: ¡Joder! –Exclamó dándose un golpe en la cabeza con las manos-
Dani: Tío, no seas gilipollas… te estamos diciendo que están bien y que no ha pasado nada…
Berta: Es verdad Ángel… la van a operar porque la herida de la pierna es bastante fea, pero está viva, ¿no? –Ángel se sentó de nuevo, con la cabeza entre las manos-
Ángel: Que no es eso… que nos enfadamos y ahora… -Comenzó a decir más para él que para sus amigos-
Dani: Ahora nada… está bien, se despertará y podrás arrastrarte por los rincones para que te perdone… -Berta sonrió-

Una enfermera se les aproximó llevando a Leyre en una silla de ruedas y se detuvo frente a ellos.

Berta: ¿Qué tal estás, cariño? –Leyre miró a Ángel-
Leyre: ¿Y mamá? –Él se acercó y se arrodilló delante de la silla-
Ángel: Está bien, tranquila… ¿a ti te duele algo? –La niña negó con la cabeza-
Dani: Ángel… ven un segundo… -Dani le agarró del brazo y se encaminaron al pasillo-
Ángel: ¿Qué pasa?
Dani: Hemos pensado llamar a los padres de Patri para que se hagan cargo de Leyre y eso… pero queríamos contar contigo… -Ángel sonrió levemente-
Ángel: No hace falta, gracias… -Y volvió a donde esperaban Berta y Leyre-

Su amiga charlaba animadamente con la niña, que se había tranquilizado al escuchar en boca de Ángel que su madre estaba bien.

Berta: Bueno pues… nosotros nos vamos a ir porque tengo un reportaje esta tarde… -Le abrazó- si necesitas algo nos llamas, ¿vale? –Ángel asintió levemente y les sonrió a ambos, que se despidieron de Leyre y se marcharon-

Ángel se puso en contacto con los padres de Patricia para obtener su permiso y poder sacar a Leyre del hospital en cuanto le diesen el alta. Ana y Fernando quedaron en acudir lo antes posible para solucionarlo.

Ángel: ¿Te apetece quedarte en mi casa hasta que mamá despierte? –Leyre sonrió-
Leyre: ¿Tocaremos el piano? –Ángel asintió y le correspondió la sonrisa-

Pensó que en lo que sus abuelos llegaban, él podría pasearla por los alrededores del hospital y llevarla a merendar y a que le diese un poco el aire. Firmó todos los papeles y dio pena a las enfermeras y médicos de todas las formas y maneras que le fue posible. Finalmente, después de dejar su número de móvil y el DNI en recepción, les dejaron salir a dar una vuelta.

Ángel la llevaba en la silla de ruedas porque, aunque estaba bien, se había dado un golpe en las rodillas contra el sillón de su madre y era mejor que descansara las piernas.

Pasearon por el parque más cercano al hospital, Ángel corrió tirando de ella para hacerla reír, e incluso un policía llegó a sermonearles por el ruido que estaban haciendo con sus chillidos.

Leyre: Tengo hambre… -Dijo girando ella las ruedas de la silla y encaminándose a la salida del parque-
Ángel: ¿Mc Donalds? –Preguntó alzando las cejas-
Leyre: ¡Chachi! –Exclamó dejándose llevar de nuevo por él para cruzar la calle-

Regresaron al hospital a las ocho y allí les esperaban Ana y Fernando, que acaban de salir de ver a Patricia.

Leyre: ¡Yayos! –Gritó casi abalanzándose sobre ellos-
Ana: ¿Qué tal estás, cariño?
Leyre: Bien… ¿Y mamá? ¿Se ha despertado ya? –Su abuela negó con la cabeza y su abuelo le acarició el pelo con ternura-
Fernando: Pero se despertará pronto, ya verás…
Leyre: ¿Antes de que vengan los reyes? –Preguntó inocentemente, haciendo reír a Ángel-
Ángel: Antes incluso de la cabalgata… -Respondió tranquilo, ante la atenta mirada de Leyre, que le sonrió-
Ana: ¿Quieres que nos llevemos a Leyre a casa para que tú estés con Patricia? –Él le hizo un gesto para que se acercaran y los tres se apartaron un poco de Leyre para hablar-
Ángel: En realidad había pensado que Leyre se quedara conmigo hasta que Patricia despertase… -Ana arqueó las cejas-
Ana: Entonces…
Ángel: Ya, preguntaréis para qué os he hecho venir, ¿no? –Ana asintió- Pues porque no me dan permiso para hacerlo si no hay familiares aquí… yo solo soy el novio de su madre… -Aclaró bastante serio-
Ana: Eres mucho más que eso… -Le sonrió, agarró la mano de su marido y se despidieron de Leyre para volverse a casa-

Y Ángel, en el fondo sabía que Ana tenía razón. Él la hacía reír, la había calmado cuando había tenido alguna pesadilla e incluso la estaba enseñando a tocar el piano… Adoraba a esa niña y hacía lo posible por tenerla contenta sin malcriarla. Definitivamente, sí que era mucho más que el novio de su madre.

Ya he vuelto!!! No os había abandonado, pero sí echado de menos! jajaja Sobre todo a Leyre y luego al resto!

Q cambios? porq no me informas? q te he hecho yo? jajaja
Ayyyy q cortito se me ha hecho, no borres nada, y sigue escribiendo, porq lo unico q haces mal, es creer q no son buenos! y son lo mejorcito, sabes q es el fic de la ternura, no puedes dejarnos tiradas! jajaja!

Iré poniendome al día en todos conforme subáis! perdon, ya toy aqui!

ay mi estrellita, cómo la he echado d menos...

El capi genial. Muy tierno todo. Hay aquí una carga de lecciones de vida y morales encubierta que no veas.

A ver si hay suerte para convencer a tu madre...
Yo no sé por qué dependemos tanto de lo que digan unos señores viejos si ya somos mayores de edad. Con mi semana santa no se juega! y lo digo por mis padres, bah!

Ya se hechaba de menos tu fic ^^
Genial el capitulo
Ángel se ha dado cuenta, por fin. Ahora solo queda que Patricia despierte

ayy que monisimo Ángel haciendose cargo de Leyre
me encanta!!
a ver que pasa ahora con Patri

jo k bonito, ademas ya se exaba de menos leer un capi nuevo jejeje, weno sigue asi k el fic es genial

Ayy dios.. me he emocionado con este último capi, que sensible soy jajaja pero la mitad de culpa la tienes tú porque escribes tan bien que me transmites todos los sentimientos de los personajes.. me he leído del tirón los últimos tres capis y jolín, lo que me estaba perdiendo ña.
Nada, no voy a destacar nada porque todo el capi tiene importancia, Ángel se ha dado cuenta de lo importante que es Leyre ya para él aunque no estuviese en sus planes..ains que perfecto es..ahorita sólo espero que Patri se recupere yaaa!!! sigueee pendón!^^

Aiiiis... subo este capi que acabo de terminar ahora mismo y que le he ido pasando poco a poco a Kela porque mi querida Claudia se fue a duchar [a quitarse la mierda satánica de encima] y yo necesitaba alguien que me ayudara... [luego se quejará, con lo que yo la quiero a ella... ] Espero que LES guste, como siempre!!!


Capítulo 36. Los niños no entienden el miedo.

Patricia descansaba plácidamente en la cama más cercana a la ventana. Él, resistiéndose a dormir y recuperar el sueño perdido en esas noches, la observaba mientras acariciaba su mano casi por necesidad.

No había pegado ojo desde hacía dos días y, solo cuando paraba un instante a pensar, se percataba de que antes del accidente, no eran habituales esos dolores de cabeza que ahora tenía.

Ella no estaba en coma, pero sí sedada. La herida abierta de la pierna tenía toda la pinta de ser demasiado dolorosa como para mantenerla despierta hasta la operación. Ángel recordaba que los médicos se lo habían explicado, pero no lograba acordarse de todo y mezclaba frases en su cabeza que no tenían ningún sentido para él. Pero, en aquel momento, ¿qué lo tenía?

Dejó su mano de forma delicada sobre el colchón y miró el reloj. Luego, cogió su chaqueta del respaldo, se acercó a ella y después de un suave beso en la frente, se marchó del hospital.

Aparcó frente al edificio y apagó el motor y también la radio.

Unos minutos después, una pequeña niña rubia, caminaba cabizbaja hacia su coche y abría la puerta como si de un acto reflejo se tratase.

Ángel: ¿Qué tal, Leyre? –Ella le miró e intentó sonreírle, pero sus ojos denotaban su tristeza- Mamá está bien… -Dijo, sabiendo el por qué de su desánimo-
Leyre: ¿Y por qué no se despierta? –Preguntó sentándose hacia delante y clavando los ojos en el salpicadero-
Ángel: No se despierta porque la medicación que le han puesto la hace dormir…
Leyre: ¿Por qué?
Ángel: Ponte el cinturón… -La niña se lo puso y él arrancó el coche- Porque la herida que se hizo en la pierna es muy grande, ¿entiendes? –Ella asintió levemente- Y como no quieren que le duela, la han dormido hasta que puedan curársela y entonces le quitarán la medicina y se despertará… Tú no quieres que le duela, ¿verdad?
Leyre: No, quiero abrazarla… -Él sonrió levemente mientras miraba hacia delante-
Ángel: Me han dicho que mañana ya la operan… por la tarde si quieres te llevo a verla y a lo mejor incluso se despierta cuando estés tú allí… -Ella le devolvió la sonrisa- ¿Quieres ir a algún sitio en especial?
Leyre: A casa… -Contestó-

Metieron el coche en el garaje y subieron en el ascensor sin decir ni una sola palabra.

Ángel: Te das una duchita y cenamos, ¿vale? –Dijo en cuanto entraron, dejando la chaqueta sobre el sillón y quitándole la mochila a Leyre y colocándola en el mismo sitio-

La niña se fue al baño y él preparó algo para cenar. No estaba muy centrado y se le quemaron las tostadas. Iba a tirarlas cuando apareció Leyre con el peine en la mano y mirándole desde la puerta.

Ángel: Se me han quemado… voy a hacer otras, ¿sí? –Ella se acercó a él y le dio el peine- ¿Qué pasa?
Leyre: ¿Me peinas? –Preguntó dándose la vuelta para darle la espalda-

Ángel se quedó paralizado y Leyre no pudo evitar girarse sonriendo para observar lo que estaba haciendo. Él cogió el peine temeroso y apoyando la palma de su mano sobre los mechones de pelo que reposaban tras su oreja, comenzó a cepillarle despacio su rubia melena.

Ángel: ¿Quiere la señorita un moño, una coleta de caballo, una trenza? –Preguntó divertido, Leyre sonrió-
Leyre: Con el pelo mojado no se pueden hacer coletas… -Le explicó- Que se pudre… -Ángel siguió peinándola, relajándose cada vez más-
Ángel: ¿Quieres ver una película? –Leyre se giró al notar que ya había terminado y cogió el peine de sus manos-
Leyre: ¿La Sirenita? –Ángel asintió y la niña se encaminó por el pasillo-

Él se quedó terminando de hacer la cena y cuando acabó, se dirigió al salón con dos bandejas en las que llevaba las tostadas, un vaso de leche para Leyre y uno de zumo para él. Se sentó a su lado y la niña, que ya se había encargado de meter el DVD, le dio al play.

Cenaron apaciblemente mientras veían la película. Ángel notaba a Leyre un poco inquieta e incluso llegó a apreciar que quería decirle algo y no se atrevía. Cuando comenzaron a recoger la mesa, él aprovechó para indagar.

Ángel: ¿Te pasa algo? –Leyre dejó su bandeja sobre la encimera y le miró-
Leyre: ¿Por qué estáis enfadados? –Preguntó tímidamente-
Ángel: ¿Quiénes?
Leyre: Mamá y tú… -Dijo volviéndose hacia el fregadero- Ella no me ha dicho nada, pero en el coche la vi llorar…
Ángel: Puede ser que se emocionara al despedirse de tus abuelos… -Le explicó, intentando no tener que darle explicaciones que no entendería una niña-
Leyre: No lloraba de emoción… -Fue lo último que dijo antes de volver al salón y continuar viendo la película-

Ángel aprovechó el tiempo que tardó en recoger la cocina para pensar en algo convincente que hiciera que Leyre pudiese dormir tranquila y cuando se le ocurrió algo, se acercó a ella y se sentó a su lado.

Ángel: Mamá y yo no estamos enfadados, Leyre… -Comenzó a explicarle-
Leyre: ¿Y por qué os marchasteis sin decir nada? –Ángel sonrió imperceptiblemente porque esperaba esa pregunta-
Ángel: ¿Sabes lo que es ser un cobarde? –La niña asintió- ¿Tienes algún amigo que lo sea, alguien que no haga algo que quiere por miedo? –Siguió insistiendo-
Leyre: Sí… Pablo quería ser mi novio y no me dijo nada porque pensaba que yo le iba a decir que no… -Ángel sonrió-
Ángel: Más te vale que esto de los novios no se lo digas a tu madre si no quieres quedarte castigada hasta que seas mayor de edad… -Hizo una pausa y se puso serio de nuevo- El caso, es que en los niños eso no suele tener consecuencias, ¿sabes? –El rostro de Leyre permaneció inalterable y Ángel comprendió que no le estaba comprendiendo- Vale, creo que ya sé cómo te lo puedo explicar… Cuando somos niños, nadie espera nada importante de nosotros porque aún no hemos vivido lo suficiente para saber lo que queremos hacer cuando crezcamos, ¿entiendes? –Leyre asintió y él se sintió orgulloso de estarse explicando bien- Pero cuando crecemos, se supone que también sabemos más cosas que un niño… y la gente que nos quiere y a la que queremos, siempre quiere algo de nosotros que a lo mejor a nosotros nos da miedo porque somos unos cobardes…
Leyre: ¿Los adultos tienen miedo? –Preguntó inocente-
Ángel: Muchas veces… Yo lo tengo ahora mismo… -Aclaró-
Leyre: ¿Por qué?
Ángel: Porque me enamoré de tu madre y ahora tengo una hija… -Respondió casi sin pensar-
Leyre: ¿Y no quieres una hija? –Ángel sonrió imperceptiblemente-
Ángel: Lo que no quiero es que ocurra algo entre tu madre y yo que te perjudique a ti, Leyre…
Leyre: A mí ya me abandonó un padre… -Comenzó a decir cabizbaja-

A él se le cayó el mundo encima con esas palabras. Siempre había dejado claro que no le gustaban los niños y hasta ahora era verdad, pero también pensaba que un niño tenía derecho a no sufrir nunca y Leyre había soportado el abandono de su padre cuando aún era muy pequeña.

Vio que la niña seguía con la cabeza gacha y se acercó más a ella, arrastrándose lentamente por el sillón. Apoyó la mano sobre su hombro y tan solo con ese contacto, Leyre se giró y le abrazó con fuerza. Él la rodeó con los brazos.

Ángel: Yo no voy a ser tan tonto… -Aclaró antes de levantarse con ella en brazos para llevarla a la cama-

Ainsss
¿Cómo se te pueden ocurrir cosas tan maravillosas?
Me encanta el capítulo de principio a fin, me encanta la complicidad de Ángel y Leyre, son tan monos
Espero que ya se solucione todo ^^
Síguelo pronto

me emociona demasiado este fic!!
NO sé q decir, porq me ha encantado, pero es repetirme. Me ha tocado la patata, son tan adorables y queribles ambos... SIn palabras y queriendo más

Sabes que a mí me encanta que me lo pases!!!

Y ahora, me centro en el capi...
DIOS DIOS DIOS! Taquicardia me entra!! Qué mono Ángel explicándole sobre el miedo a Leyre... no podrías haber elegido palabras mejores.. y lo de "me enamoré de tu madre y ahora tengo una hija" buah.. ahí me has dejado muerta no, zombie que es peor... Me ha gustado tanto eso... porque lo dijo sin pensar, le salió del corazón... Me enternece tanto pensar en un Ángel así... Y lo de peinarle el pelo... ver la Sirenita con ella, hacerle la cena y quemarle las tostadas.. está hecho un padrazo... y el final, joder!! Eso me ha llegado al alma... Pobre Leyre... Pero la reacción de Ángel, abrazarla y decirle que él no será tan tonto... ays, ays... si es que se nota a la leguas que quiere a la pequeña... (y no me extraña, es adorable... ). Me dejas con la sonrisa bobaca, tía... y eso que lo he leído por segunda vez, pero aún así me dejas con la sonrisota...

Sigue, canaria de mis amoreees!!! Que tengo unas ganitas de seguir leyendooooo *ojitos de Clau*

Se me ha caído la lagrimilla con la conversación trascendental de este capi. Vamos, que me has emocionado. Primero, por lo que ha dicho la niña de que Patri estaba llorando antes de tener el accidente, porque me da penica pensarlo y pensar qué se le pasaría a él por la cabeza, y segundo, porque el amor de Ángel es tan fuerte que ha cambiado su visión de cosas tan importantes. “Ángel: Porque me enamoré de tu madre y ahora tengo una hija… -Respondió casi sin pensar-” SANTO DIOS!!

En otro orden de cosas, ya más en plan detallicos:

"Él, resistiéndose a dormir y recuperar el sueño perdido en esas noches, la observaba mientras acariciaba su mano casi por necesidad."

"no lograba acordarse de todo y mezclaba frases en su cabeza que no tenían ningún sentido para él. Pero, en aquel momento, ¿qué lo tenía?"

La escena cuando llega con el peine es genial. Y no sólo la escena en sí, sino también la forma en que lo explicas todo, como intercalas lo que dicen con lo que va pasando, ese: “qué pasa?” de Ángel quedaba genial ahí. Como la acotación del cinturón del coche. Son cosicas que hacen la lectura cómoda y detallada

ains k monada de capi, no me imaginaba a angel asi de padrazo, weno el capi a sido un exiittazo, sigue asi k seguro triunfas como la cocacola, weno bsazo a tod@s

aiss me has hecho emocionarme
no podrías haber explicado todo mejor, me ha encantado de principio a fin
sin palabras

Bueeeeno... voy a ser buena y a subir un capi ahora, ¿vale? Tengo pensado lo que va a pasar pero no sé si podré subir hasta el martes o el miércoles porque mañana estaré con la babilla colgando por Berta y... bueno, eso... xD


Capítulo 37. Volviendo a la infancia.

El 28 de diciembre por la mañana, les avisaron de que iban a meterla en el quirófano y de que despertaría en cuanto se le pasara la anestesia.

Ángel decidió dejar a Leyre con Dani y Berta mientras él esperaba deambulando por los pasillos del hospital. La niña insistió en acompañarle, pero él fue bastante convincente y logró persuadirla.

Terminaron de operarla dos horas después y la trasladaron a la misma habitación en la que había pasado los últimos dos días, anestesiada. Ángel se acercó lentamente a ella y esperó a que el médico les dejase solos para darle un fugaz beso en la sien.

Ángel: No sabes lo que te echo de menos… -Susurró mientras le acariciaba la mano-

No soltó su mano hasta que notó que comenzaba a moverse con algo de torpeza y la soltó para acariciarle el pelo.

Ángel: Ey dormilona… -Sonrió levemente- ¿Te encuentras bien?
Patricia: ¿Cómo está Leyre? –Preguntó algo seca-
Ángel: Está perfecta, no te preocupes… -Contestó dándose cuenta de que su reacción era normal después de lo que había hecho-
Patricia: ¿Puedo verla? –Él dejó de tocarla y se sentó en el sillón que había al lado de la cama-
Ángel: Está con Berta y Dani, pero puedo pedirles que la traigan si te apetece…
Patricia: ¿Y mis padres? –Ángel tragó saliva antes de responderle-
Ángel: Vinieron a verte cuando aún estabas dormida y se marcharon… me dijeron que les llamase cuando te despertaras, ¿quieres que lo haga? –Ella no respondió, pero le miró extrañada- Sí, Patricia, Leyre se ha quedado conmigo estos días… -Aclaró más seguro que antes-
Patricia: ¿No te pedí que te alejaras de ella hasta que tuvieses las cosas claras? –Él sintió una punzada en el pecho-
Ángel: Lo sé… -Patricia se giró hacia la ventana de la habitación-

Quería decirle que lo tenía claro, que quería hacerse cargo de Leyre como si fuera su hija e incluso pedirle que se fueran a vivir juntos… pero necesitaba hacerlo bien.

Patricia: Tengo que descansar… -Ángel entendió lo que quería decirle y se levantó de la silla, cogió su chaqueta y, apoyando su mano sobre la cadera de Patricia, se despidió de ella-
Ángel: Sí, que tengo unas cosillas que hacer… volveré mañana, ¿vale? –Ella no se movió ni un milímetro-
Patricia: Quiero que Leyre se quede con Berta y Dani esta noche…
Ángel: Está bien, como quieras… -Murmuró mientras se dirigía a la puerta-

Salió abatido del hospital, pero tenía planes importantes que hacer y no podía permitirse ir lloriqueando por los rincones en ese momento.

Llamó a Dani y le informó de lo que le había pedido Patricia. Le dijo que se pasaría un poco más tarde con ropa para la niña y se quedaría a cenar con ellos.

Una vez en el centro de Madrid, estuvo haciendo unas compras en varias tiendas. Era la primera vez que compraba juguetes y se sentía algo estúpido haciéndolo, pero en el fondo le hacía ilusión encargarse de la navidad por una vez.

Recordó la de veces que su madre le pidió que saliera a buscar los regalos de sus primos y algunos para su hermana. Él nunca lo hacía porque, como él mismo decía: “la navidad es de idiotas y aunque pueda parecerlo, yo no lo soy”. Esa era su frase, la que repetía todos los años y le hacía librarse de participar en la compra de los regalos de reyes.

Aún así, esta vez se sentía en la obligación de hacerlo e incluso le estaba pareciendo divertido imaginar la reacción de Leyre al ver lo que le tenía preparado para el 6 de enero.
También aprovechó para comprar los regalos de Patricia y una tontería que se le ocurrió cuando ya tenía pensado volverse a casa a por la ropa de la niña.

Aparcó en frente de la casa de Dani, cogió dos bolsas del asiento del copiloto y tocó en el timbre.

Ángel: ¿A alguien le apetece pizza? –Preguntó por encima del hombro de su amigo, que aprovechó para quitarle las bolsas de las manos antes de apartarse y dejarle pasar-
Leyre: ¡A mí! –Gritó corriendo hacia él y abrazándole-
Ángel: Echas de menos las de mami, ¿eh? –Leyre se echó a reír y Dani le entregó la bolsa en la que estaba su ropa-
Leyre: Jo Ángel, ¿no había otro pijama más bonito? –Preguntó poniendo morritos mientras estiraba la camiseta. Berta echó a reír-
Ángel: Ese tiene ositos azules y… no sé, no es tan feo, ¿no? –Berta soltó otra carcajada- ¿Y tú de qué te ríes?
Berta: De que el pijama ese se lo regaló Dani… -Dani asomó la cabeza por la puerta de la cocina-
Dani: ¿Qué pasa con mi pijama? –Preguntó alzando la ceja-
Leyre: Es muy bonito, tito, de verdad…
Dani: Ah bueno, eso creí escuchar… -Murmuró antes de regresar a por la comida-

Cenaron tranquilamente mientras Ángel le explicaba a Leyre que Patricia estaba bien y que por la mañana podría ir a verla. Todos notaron que se relajaba poco a poco a medida que él le iba contando que todo había salido bajo lo previsto y que ya no le iba a doler la pierna.

Leyre: ¿Podré firmarle la escayola? –Los tres sonrieron-
Dani: Seguro que sí… -Respondió Dani mirando a Ángel-
Leyre: ¿Y por qué tengo que quedarme aquí esta noche? –Preguntó inocente-
Berta: Porque Dani y yo tenemos unas películas que te van a encantar… y palomitas, chucherías, refrescos… Ángel no tiene nada de eso, es un soso… -Leyre le sacó la lengua y Ángel sonrió-
Leyre: Pero él sabe tocar el piano, pintar, hacer reír… y me enseña para que yo también sepa hacerlo… Las chucherías solo sirven para engordar –Dijo seria-
Berta: ¡Jodida niña! –Exclamó haciendo reír a Ángel-
Ángel: Y lo mejor es que aprendes muy deprisa y algún día me superarás…
Leyre: Y entonces mamá se pondrá contenta y te pedirá que te cases con ella… -Berta se rió por lo bajo y Dani se atragantó con el refresco-
Ángel: ¿Qué pasa? –Preguntó a sus amigos- Algún día sentaré la cabeza, ¿no? –Bromeó-
Berta: Tú ya hace tiempo que la tienes sentada, corazón…
Dani: Y ni siquiera te has dado cuenta, tío… -Concluyó-
Ángel: ¿Ahora ya os termináis las frases? –Dani sonrió mirando a Berta- Y encima Berta ya habla como Patricia… yo me voy de esta casa, panda de locos…
Leyre: Hasta mañana… -Dijo dándole un beso en la mejilla-
Ángel: Mañana estos dos te llevan a ver a mamá y luego a casa que tenemos que preparar una cosa, ¿vale? –Leyre asintió sonriendo-

Me encantaa !!
El cariño que le ha cogido Leyre a Ángel es
Aunque Patricia... está distante, fijatetú
Sube cuanto antes