UN MAR DE DUDAS
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be_ita91
Legna
El Guaje
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UN MAR DE DUDAS
Aqui os dejo una pequeña introducción a este fic, en el que pr supuesto los acontecimientos y situaciones planteadas son ficticias y en el que no hay animo de lucro y tal y tal...
Todas esas cosas, ya sabeis... bueno, espero que os guste. Ya me direis.
:::::::::::::::::
- ¡Patricia! – gritaba corriendo detrás de ella. - ¡Patricia espera!
Ella avanzaba a paso firme, unos metros por delante de él, sin volverse, tratando de no escucharle. Alcanzó la puerta de su camerino y la cruzó. Iba a cerrarla justo cuando él la bloqueó con su mano.
- Patricia por favor… ¡Vamos a hablar! – él mantenía su mano abierta sosteniendo la puerta, mientras ella seguía tratando de cerrarla.
- No, Ángel… - dijo bajando las pupilas al suelo. – Todo lo que debía decirse ya está dicho ¿No te parece? - Patricia alargó su mano y cogió algo. Al instante esgrimió una revista delante de los ojos de Ángel. - ¡Quieres irte! ¡Aquí lo pone bien clarito! – abrió la revista y buscó la página – “Mi trabajo me gusta, no voy a negarlo; pero cada día me resulta un poco más difícil levantarme y acudir al programa sabiendo que voy a tener que hablar de nuevo de una panda de personas que no me importan en lo más mínimo…”, muy interesante, sigo: “Me has preguntado si un programa diario quema, y tengo que decirte que si, claro que quema, y mucho, sobre todo porque tienes la sensación de que tu vida se limita a eso, de que no hay nada más allá del trabajo, También resulta cansado sentarse cada día junto a la misma persona, porque estar tan cercanos hace que surjan roces, tensiones, y trabajar con Patricia a veces se me hace complicado” Y mira, otra respuesta interesante “Por supuesto, si me surgiera un proyecto al margen de se lo que hicisteis que realmente me interesase, no tendría dudas, lo aceptaría… En lo referente a si dejaría el programa no lo se, es posible, todo tiene su momento y Se lo que hicisteis está viviendo el suyo, pero también tendrá un final, como todo, y puede que cuando llegue yo siga a bordo del barco y puede que no sea así.”
- Patricia, deja que te lo explique… yo… no voy a abandonar el programa, a veces me resulta duro, pero eso ya lo sabes, a mi todo este mundo del corazón me la trae al pairo…
- ¿Y que hay de mi? ¿Crees que a mi me interesa mucho? Yo también lo paso mal… y ahora, ahora ¿Cómo voy a sacar fuerzas para venir cada día sabiendo que para mi compañero es un infierno trabajar a mi lado? ¿Eso también está sacado de contexto?
- No, eso no… pero… - Patricia resopló molesta y dolida y él hablo apresurado – Pero no eres tú… tú eres perfecta, pero a veces yo… ¡A veces no se por donde vas a salir y eso me asusta y me pone nervioso! Y ya sabes que a veces discutimos y sinceramente eso me cuesta llevarlo, hay veces que no tengo ningún aliciente para soportar todo esto y… ¿Tú tienes siempre un motivo claro y contundente para no mandarlo todo a la mierda?
- ¡Sí, lo tengo! – Patricia cerró la puerta de un portazo, apoyo la frente en la madera y pudo escuchar como él se alejaba. – Y eres tú Ángel Martín Gomez.
Cabizbaja se dirigió al tocador, se sentó y comenzó a desmaquillarse, entre lágrimas puso la radio justo cuando comenzaba a sonar un tema de luz casal. Por unos instantes Patricia se detuvo y escucho la letra, que dice así:
>>La tarde que te descubrí
cambio mi forma de vivir
esta primera excitación
se ha ido volviendo una obsesión.
Hay veces que no puedo hablar
y siento ganas de llorar,
no se encontrar explicación,
quizá he perdido la razón.
Estás plantado en mi cabeza
como un estigma, como la señal,
un pensamiento loco, una pasión,
un asombro y un ideal.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
Sentí el poder de tu atracción,
tu imagen era mi obsesión,
desde el principio lo intuí,
sin darme cuenta lo asumí.
Estás plantado en mi cabeza,
cómo has podido atraparme así,
tu influjo me persigue,
va detrás de mí, de Santiago hasta Paris.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza,
!Cuanta intensidad, qué locura,
ya no hay vuelta atrás;
Si te arranco la envoltura
que descubriré?.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
Dejo las cosas como están,
no me cuestiono nada más.
Puedo sentir sin comprender,
no tengo mucho que perder.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
como un estigma, como la señal,
un pensamiento loco, una pasión,
un asombro y un ideal.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
cómo has podido atraparme así,
tu influjo me persigue,
va detrás de mí, de Santiago hasta Paris.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza<<
Cuando la canción llegó a su fin apagó la radio de un manotazo, se observo a si misma en el espejo y esbozando una amarga sonrisa dijo:
- ¡Que razón tienes, amiga Luz! Está plantado en mi cabeza…
Y continuó desmaquillandose.
Todas esas cosas, ya sabeis... bueno, espero que os guste. Ya me direis.
:::::::::::::::::
- ¡Patricia! – gritaba corriendo detrás de ella. - ¡Patricia espera!
Ella avanzaba a paso firme, unos metros por delante de él, sin volverse, tratando de no escucharle. Alcanzó la puerta de su camerino y la cruzó. Iba a cerrarla justo cuando él la bloqueó con su mano.
- Patricia por favor… ¡Vamos a hablar! – él mantenía su mano abierta sosteniendo la puerta, mientras ella seguía tratando de cerrarla.
- No, Ángel… - dijo bajando las pupilas al suelo. – Todo lo que debía decirse ya está dicho ¿No te parece? - Patricia alargó su mano y cogió algo. Al instante esgrimió una revista delante de los ojos de Ángel. - ¡Quieres irte! ¡Aquí lo pone bien clarito! – abrió la revista y buscó la página – “Mi trabajo me gusta, no voy a negarlo; pero cada día me resulta un poco más difícil levantarme y acudir al programa sabiendo que voy a tener que hablar de nuevo de una panda de personas que no me importan en lo más mínimo…”, muy interesante, sigo: “Me has preguntado si un programa diario quema, y tengo que decirte que si, claro que quema, y mucho, sobre todo porque tienes la sensación de que tu vida se limita a eso, de que no hay nada más allá del trabajo, También resulta cansado sentarse cada día junto a la misma persona, porque estar tan cercanos hace que surjan roces, tensiones, y trabajar con Patricia a veces se me hace complicado” Y mira, otra respuesta interesante “Por supuesto, si me surgiera un proyecto al margen de se lo que hicisteis que realmente me interesase, no tendría dudas, lo aceptaría… En lo referente a si dejaría el programa no lo se, es posible, todo tiene su momento y Se lo que hicisteis está viviendo el suyo, pero también tendrá un final, como todo, y puede que cuando llegue yo siga a bordo del barco y puede que no sea así.”
- Patricia, deja que te lo explique… yo… no voy a abandonar el programa, a veces me resulta duro, pero eso ya lo sabes, a mi todo este mundo del corazón me la trae al pairo…
- ¿Y que hay de mi? ¿Crees que a mi me interesa mucho? Yo también lo paso mal… y ahora, ahora ¿Cómo voy a sacar fuerzas para venir cada día sabiendo que para mi compañero es un infierno trabajar a mi lado? ¿Eso también está sacado de contexto?
- No, eso no… pero… - Patricia resopló molesta y dolida y él hablo apresurado – Pero no eres tú… tú eres perfecta, pero a veces yo… ¡A veces no se por donde vas a salir y eso me asusta y me pone nervioso! Y ya sabes que a veces discutimos y sinceramente eso me cuesta llevarlo, hay veces que no tengo ningún aliciente para soportar todo esto y… ¿Tú tienes siempre un motivo claro y contundente para no mandarlo todo a la mierda?
- ¡Sí, lo tengo! – Patricia cerró la puerta de un portazo, apoyo la frente en la madera y pudo escuchar como él se alejaba. – Y eres tú Ángel Martín Gomez.
Cabizbaja se dirigió al tocador, se sentó y comenzó a desmaquillarse, entre lágrimas puso la radio justo cuando comenzaba a sonar un tema de luz casal. Por unos instantes Patricia se detuvo y escucho la letra, que dice así:
>>La tarde que te descubrí
cambio mi forma de vivir
esta primera excitación
se ha ido volviendo una obsesión.
Hay veces que no puedo hablar
y siento ganas de llorar,
no se encontrar explicación,
quizá he perdido la razón.
Estás plantado en mi cabeza
como un estigma, como la señal,
un pensamiento loco, una pasión,
un asombro y un ideal.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
Sentí el poder de tu atracción,
tu imagen era mi obsesión,
desde el principio lo intuí,
sin darme cuenta lo asumí.
Estás plantado en mi cabeza,
cómo has podido atraparme así,
tu influjo me persigue,
va detrás de mí, de Santiago hasta Paris.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza,
!Cuanta intensidad, qué locura,
ya no hay vuelta atrás;
Si te arranco la envoltura
que descubriré?.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
Dejo las cosas como están,
no me cuestiono nada más.
Puedo sentir sin comprender,
no tengo mucho que perder.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
como un estigma, como la señal,
un pensamiento loco, una pasión,
un asombro y un ideal.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza.
cómo has podido atraparme así,
tu influjo me persigue,
va detrás de mí, de Santiago hasta Paris.
No sé lo que me has dado
para plantarte en mi cabeza<<
Cuando la canción llegó a su fin apagó la radio de un manotazo, se observo a si misma en el espejo y esbozando una amarga sonrisa dijo:
- ¡Que razón tienes, amiga Luz! Está plantado en mi cabeza…
Y continuó desmaquillandose.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
Bueno, vale, me han dado estas horas estudiando, y como me aburro, ahi va otro capi antes de irme a dormir.
:::::::::::::
:::::::::::::
Ángel llegó como un autómata a casa, iba sumergido en el mar de dudas que era su pensamiento. Le había sorprendido la reacción de Patricia ante aquellas declaraciones, le parecía exagerada, ya que eran cosas de las que habían hablado en alguna que otra ocasión; pero más le sorprendía descubrir que a él le afectaba sobremanera que ella estuviera dolida.
Aparcó en su plaza y entró en el ascensor, cuando se detuvo en la tercera planta, salió y encamino sus pasos hasta su puerta. Rebuscó en su bolsillo y sacó las llaves, que contempló un instante. Aquel llavero con forma de David el Gnomo había sido un regalo de cumpleaños de Patricia, del primer año que trabajaron juntos.
Finalmente abrió la puerta y cruzó el umbral. Iba a dejar las llaves sobre la mesita de la entrada cuando una voz le detuvo.
- ¡Las llaves! – ella se acercó y le besó en la mejilla - ¡Hola cariño! ¿Recordarás algún día que las llaves van en esa bandeja?
- ¿Ehmm? Hola guapa – dijo él distraído, acariciando suavemente la mano de ella. - ¿Cómo te ha ido hoy?
- Muy bien cielo, el trabajo tan loco como siempre, ya sabes, y después de comer he ido a sacar unas cuantas fotografías – Ángel parecía escucharla, pero había algo distante en él. – y en el parque había un tipo haciendo gimnasia que estaba tan bueno que no he podido resistirme, me he lanzado a por él y hemos zumbado como conejos, ha sido el mejor orgasmo de mi vida, así que he pensado que me lo voy a trajinar todos los jueves ¿Qué te parece?
- De acuerdo cariño, seguro que es buena idea… - Ángel permanecía absorto.
- ¡Ángel! No me estabas escuchando – y le dio un ligero manotazo en el hombro.
- Sí te estaba escuchando ¿Por qué siempre dices que no te escucho cuando si lo hago?
- Ya… Bueno ¿Qué?
- ¿Qué, qué? – pregunto desconcertado.
- ¿Qué es lo que te pasa? Estás ausente, como en otro mundo. Vamos Cielo, que nos conocemos… A ver, cuéntame ¿De que tienes la culpa ahora?
Los dos caminaron hasta el salón y él se sentó en el sofá. Ella permaneció de pié, a su lado.
- Realmente no lo se… En el trabajo han leído la entrevista que concedí a aquella revista hace unos días y algunas declaraciones les han chirriado…
- La he leído, no hay nada nuevo, nada que no supieran ya ¿No?
- No, Pero algunos se lo han tomado mal, Patricia se ha enfadado y…
- ¡Ya tardaba en salir! – dijo alzando las manos, molesta. – Patricia, Patricia, Patricia… ¡Siempre Patricia!
- ¿Qué quieres decir? – la miraba un tanto descolocado.
- ¡Pues que últimamente siempre que estás mal ella está por medio! – dijo alzando la voz. - ¡Siempre estás preocupado por lo que piensa o por como se siente; si ella esta de mal humor tú te preocupas y terminas con un humor de perros! Siempre andas dando vueltas a posibles ideas para que ella se sienta cómoda y se luzca en el programa… ¿Para cuando tú, Ángel, para cuando nosotros?... ¡No se, a veces creo que estás enamorado de ella! – dijo meneando la cabeza y caminando hacia la cocina.
Ángel fue detrás de ella y la encontró apoyada en la encimera, enrollando y paño en sus manos y tratando de contener las lágrimas. Se acercó a ella y la abrazó por detrás.
- Vemos Emma, no digas esas cosas – la besó en la nuca. - ¿No ves que son tonterías? Yo te quiero a ti, sólo a ti…
- Para mi no son tonterías. Tal vez tú me quieras, pero hay veces que yo… que yo no lo siento así, hay veces que me siento desplazada por tu parte – se volvió hacia él y se aferró a su pecho. – y no puedo evitar sentir que te estoy perdiendo y eso me asusta…
Ángel la apretó contra su pecho, quitándole el paño de cocina de las manos, entrelazó sus dedos con los de ella y la besó en el pelo, tranquilizándola mientras ella seguía sollozando.
-Vamos, no llores y regálame una de tus sonrisas – ella sonrió entre lagrimas. – Así ¿Ves que bien? – limpió con sus pulgares las lágrimas de ella. – esta ya si es mi teutona favorita… A ver, ahora mírame a los ojos, así ¿Te miraría de esta manera un hombre que no estuviera enamorado? – Ella negó con la cabeza y sonrió más ampliamente.
- Creo que no – le besó en la comisura de los labios. – Lo siento Cariño, Creo que me voy a echar un rato ¿Vale?
- Voy contigo – dijo él, por un instante un pensamiento invadió su cabeza, “Estoy enamorado, pero ¿De quien?”, pero tan pronto como llegó, se olvidó de ello. – Luego, si te parece, llamamos al chino y que nos traigan la cena ¿Vale?
- Vale.
Los dos se recostaron en la cama y, con sus cuerpos encajados, conciliaron el sueño.
Aparcó en su plaza y entró en el ascensor, cuando se detuvo en la tercera planta, salió y encamino sus pasos hasta su puerta. Rebuscó en su bolsillo y sacó las llaves, que contempló un instante. Aquel llavero con forma de David el Gnomo había sido un regalo de cumpleaños de Patricia, del primer año que trabajaron juntos.
Finalmente abrió la puerta y cruzó el umbral. Iba a dejar las llaves sobre la mesita de la entrada cuando una voz le detuvo.
- ¡Las llaves! – ella se acercó y le besó en la mejilla - ¡Hola cariño! ¿Recordarás algún día que las llaves van en esa bandeja?
- ¿Ehmm? Hola guapa – dijo él distraído, acariciando suavemente la mano de ella. - ¿Cómo te ha ido hoy?
- Muy bien cielo, el trabajo tan loco como siempre, ya sabes, y después de comer he ido a sacar unas cuantas fotografías – Ángel parecía escucharla, pero había algo distante en él. – y en el parque había un tipo haciendo gimnasia que estaba tan bueno que no he podido resistirme, me he lanzado a por él y hemos zumbado como conejos, ha sido el mejor orgasmo de mi vida, así que he pensado que me lo voy a trajinar todos los jueves ¿Qué te parece?
- De acuerdo cariño, seguro que es buena idea… - Ángel permanecía absorto.
- ¡Ángel! No me estabas escuchando – y le dio un ligero manotazo en el hombro.
- Sí te estaba escuchando ¿Por qué siempre dices que no te escucho cuando si lo hago?
- Ya… Bueno ¿Qué?
- ¿Qué, qué? – pregunto desconcertado.
- ¿Qué es lo que te pasa? Estás ausente, como en otro mundo. Vamos Cielo, que nos conocemos… A ver, cuéntame ¿De que tienes la culpa ahora?
Los dos caminaron hasta el salón y él se sentó en el sofá. Ella permaneció de pié, a su lado.
- Realmente no lo se… En el trabajo han leído la entrevista que concedí a aquella revista hace unos días y algunas declaraciones les han chirriado…
- La he leído, no hay nada nuevo, nada que no supieran ya ¿No?
- No, Pero algunos se lo han tomado mal, Patricia se ha enfadado y…
- ¡Ya tardaba en salir! – dijo alzando las manos, molesta. – Patricia, Patricia, Patricia… ¡Siempre Patricia!
- ¿Qué quieres decir? – la miraba un tanto descolocado.
- ¡Pues que últimamente siempre que estás mal ella está por medio! – dijo alzando la voz. - ¡Siempre estás preocupado por lo que piensa o por como se siente; si ella esta de mal humor tú te preocupas y terminas con un humor de perros! Siempre andas dando vueltas a posibles ideas para que ella se sienta cómoda y se luzca en el programa… ¿Para cuando tú, Ángel, para cuando nosotros?... ¡No se, a veces creo que estás enamorado de ella! – dijo meneando la cabeza y caminando hacia la cocina.
Ángel fue detrás de ella y la encontró apoyada en la encimera, enrollando y paño en sus manos y tratando de contener las lágrimas. Se acercó a ella y la abrazó por detrás.
- Vemos Emma, no digas esas cosas – la besó en la nuca. - ¿No ves que son tonterías? Yo te quiero a ti, sólo a ti…
- Para mi no son tonterías. Tal vez tú me quieras, pero hay veces que yo… que yo no lo siento así, hay veces que me siento desplazada por tu parte – se volvió hacia él y se aferró a su pecho. – y no puedo evitar sentir que te estoy perdiendo y eso me asusta…
Ángel la apretó contra su pecho, quitándole el paño de cocina de las manos, entrelazó sus dedos con los de ella y la besó en el pelo, tranquilizándola mientras ella seguía sollozando.
-Vamos, no llores y regálame una de tus sonrisas – ella sonrió entre lagrimas. – Así ¿Ves que bien? – limpió con sus pulgares las lágrimas de ella. – esta ya si es mi teutona favorita… A ver, ahora mírame a los ojos, así ¿Te miraría de esta manera un hombre que no estuviera enamorado? – Ella negó con la cabeza y sonrió más ampliamente.
- Creo que no – le besó en la comisura de los labios. – Lo siento Cariño, Creo que me voy a echar un rato ¿Vale?
- Voy contigo – dijo él, por un instante un pensamiento invadió su cabeza, “Estoy enamorado, pero ¿De quien?”, pero tan pronto como llegó, se olvidó de ello. – Luego, si te parece, llamamos al chino y que nos traigan la cena ¿Vale?
- Vale.
Los dos se recostaron en la cama y, con sus cuerpos encajados, conciliaron el sueño.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
Vaya, pero si escribes igual de bien que Belero! Cuántas cosas tenéis en común! Comentaré tu fic con normalidad, porque es muy bueno y porque al fin y al cabo a mí personalmente no es a quien afectan ciertas cosas.
Además, me has ayudado bastante en mi crisis pangelista, que ayer tuve una por culpa de estrellita. Y es que has planteado la situación actual de una forma muy convincente, sí señor. Aunque bueno… Ángel ya no habla de corazón, pero tampoco has dicho si es de hace un mes o qué, así que sigue pareciéndome realista.
Me ha hecho gracia lo del llavero con forma de David el gnomo xDD
¿Podrías decirme el nombre de la canción? Es que me gustaría bajármela.
Ah, y una curiosidad. Eso de “teutona” qué es? Alguna catalanada? Es que nunca lo había escuchado
Además, me has ayudado bastante en mi crisis pangelista, que ayer tuve una por culpa de estrellita. Y es que has planteado la situación actual de una forma muy convincente, sí señor. Aunque bueno… Ángel ya no habla de corazón, pero tampoco has dicho si es de hace un mes o qué, así que sigue pareciéndome realista.
Me ha hecho gracia lo del llavero con forma de David el gnomo xDD
¿Podrías decirme el nombre de la canción? Es que me gustaría bajármela.
Ah, y una curiosidad. Eso de “teutona” qué es? Alguna catalanada? Es que nunca lo había escuchado
Legna- Mensajes : 516
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Re: UN MAR DE DUDAS
La cancion es Plantado en mi cabeza, teutona es alemana
y por enesima vez, ¡¡¡NO SOY BELERO!!!!!! jajaja esto ya me hace gracia y todo. No se que te haria, pero parece que le tienes ganas jajaja.
y por enesima vez, ¡¡¡NO SOY BELERO!!!!!! jajaja esto ya me hace gracia y todo. No se que te haria, pero parece que le tienes ganas jajaja.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
:O porque no habia visto el fic hasta ahora, que extraño... xD
está genial, me encanta la forma que tienes de escribir
me has dejado con ganas de seguir leyendo
está genial, me encanta la forma que tienes de escribir
me has dejado con ganas de seguir leyendo
Re: UN MAR DE DUDAS
>>Permanecía en pie, apoyado contra la carrocería de su coche ¿Por qué siempre tardaba tanto? Cuando ya comenzaba a desesperarse la vio; caminada despacio, con unos vaqueros ceñidos y una camiseta de tirantes que resaltaban su figura, su pelo resplandecía con el sol, del que protegía sus ojos con unas gafas de gran tamaño.
Iba rebuscando algo en su bolso cuando se detuvo y giró la cabeza hacia él, que sonrió y la saludó con la mano. Ella apartó la vista sin realizar ningún gesto y, ya con las llaves en la mano, reanudó la marcha.
- ¡Patricia! ¡Patricia espera, tengo algo que decirte!
Ella se detuvo junto a su coche, se volvió hacia él, que se acercaba rápidamente, y se quitó las gafas.
- ¿Qué es lo que quieres Ángel? Tengo prisa.
- Te quiero a ti, Patricia – dijo agarrándola suavemente por el brazo. – quiero estar bien contigo, quiero besarte, quiero…
Patricia parecía sorprendida ante aquella revelación. No sabía qué se suponía que tenía que decir, pero sí sabía lo que quería decir en ese momento.
- Hazlo…
- ¿Qué? – dijo él.
- Que me beses, que estés bien conmigo – Le cogió la mano y lo miró intensamente a los ojos. Sus rostros comenzaron a acercarse lentamente, sus labios ya casi estaban en contacto.
- ¡Ángel! <<
- Ángel, despierta cariño, ya es casi la hora de la cena…
- Uhmmm – gruñó él desperezándose. - ¿Qué hora es?
- Las nueve y cuarto. ¿Quieres un chino o encargo algo se sushi al restaurante ese que te gusta? – Preguntó con el teléfono en la mano.
- Haz lo que quieras, me da igual…
Ángel se levantó y se dirigió al baño, cerró la puerta y se plantó delante del espejo. Las arrugas de la sábana podían verse marcadas en su rostro. Abrió el grifo del agua fría y se lavó la cara. Tras hacerlo, apoyó la frente en el cristal, dejando que las gotas cayeran libremente.
Emma llamó a la puerta.
- Ángel, he encargado sushi de la que te gusta, en unos treinta minutos estará aquí.
Justo cuando pronunciaba las ultimas palabras, él abrió la puerta, la abrazó por la cintura y le dio un efusivo beso.
- Entonces tenemos tiempo…
- ¿Para qué? – preguntó Emma, aunque sabía a la perfección a qué se refería.
- ¿Tú que crees? – La levantó del suelo, haciendo que ella lo abrazase con las piernas y, entre risas, fueron hasta el dormitorio.
>0<
Sentada en su sofá, descalza, con las piernas cruzadas y abrazada a un cojín verde manzana Patricia repasaba una y otra vez aquel día.
Había leído ilusionada la entrevista de Ángel, como hacía con todo lo que caía en sus manos y estaba relacionado con él, pero aquellas palabras la golpearon como un mazo, a Ángel le costaba trabajar con ella ¿Por qué?
Vale, había veces en las que discutían, la mayoría de los casos eran peleas que comenzaban con pequeños piques de broma y terminaban derivando en mal rollo, otras veces ella se encontraba mal, sus sentimientos se debatían en su interior y se ponía de mal humor, regalándole en mas de una ocasión respuestas que él no se merecía, y él terminaba por enfadarse, y no sin motivo, pero…
¿De verdad era aquello tan insoportable? ¿Era ella insoportable? No lo creía, sin duda había algo más, porque ella se esforzaba por hacerle reír, igual que él a ella, cuando no discutían su relación era bastante cordial, no podía decirse de amistad, pero si una relación de compañerismo bastante agradable…
Pasase lo que pasase tenía la sensación de que era culpa suya, así que cogió su teléfono móvil y escribió un mensaje de disculpas, o lo que ella entendía por disculpas.
>0<
Ella estaba abrazada al cuerpo desnudo de Ángel, con la cabeza apoyada en su pecho. Encantada y feliz, porque le gustaban esos momentos que en ocasiones vivía con Ángel. No sabía que era lo que le hacía ser tan impulsivo, pero ella disfrutaba como nunca, porque él se entregaba como nunca…
- Deberíamos vestirnos ¿No crees? – dijo ella mientras Ángel acariciaba su pelo.
- Dentro de un rato, aún queda tiempo – dijo él. Estaba distraído, pensando en que si ella supiera el porqué de aquellos momentos se enfadaría, y con razón, nunca es bueno hacer nada por arrepentimiento, para tratar de equilibrar eso que llaman karma, y menos aquello.
En ese momento su móvil vibró dos veces, era un mensaje. Alargó la mano y lo agarró de la mesilla.
“Lo siento, me he pasado esta mañana. Soy una pesada insoportable, pero tu tampoco eres una joyita ¿Eh? Enano cabrón… Bueno, te dejo, un besito de tu tarada favorita .”
Apoyó el teléfono sobre sus labios, pensando si contestar o no. finalmente, optó por dejarlo para el día siguiente.
- ¿Nos vestimos? – dijo incorporándose.
- ¿No decías que quedaba tiempo?
- Si, pero es lo mejor, no es cuestión de recoger la comida en pelotas ¿No?
Emma rió con ganas.
Iba rebuscando algo en su bolso cuando se detuvo y giró la cabeza hacia él, que sonrió y la saludó con la mano. Ella apartó la vista sin realizar ningún gesto y, ya con las llaves en la mano, reanudó la marcha.
- ¡Patricia! ¡Patricia espera, tengo algo que decirte!
Ella se detuvo junto a su coche, se volvió hacia él, que se acercaba rápidamente, y se quitó las gafas.
- ¿Qué es lo que quieres Ángel? Tengo prisa.
- Te quiero a ti, Patricia – dijo agarrándola suavemente por el brazo. – quiero estar bien contigo, quiero besarte, quiero…
Patricia parecía sorprendida ante aquella revelación. No sabía qué se suponía que tenía que decir, pero sí sabía lo que quería decir en ese momento.
- Hazlo…
- ¿Qué? – dijo él.
- Que me beses, que estés bien conmigo – Le cogió la mano y lo miró intensamente a los ojos. Sus rostros comenzaron a acercarse lentamente, sus labios ya casi estaban en contacto.
- ¡Ángel! <<
- Ángel, despierta cariño, ya es casi la hora de la cena…
- Uhmmm – gruñó él desperezándose. - ¿Qué hora es?
- Las nueve y cuarto. ¿Quieres un chino o encargo algo se sushi al restaurante ese que te gusta? – Preguntó con el teléfono en la mano.
- Haz lo que quieras, me da igual…
Ángel se levantó y se dirigió al baño, cerró la puerta y se plantó delante del espejo. Las arrugas de la sábana podían verse marcadas en su rostro. Abrió el grifo del agua fría y se lavó la cara. Tras hacerlo, apoyó la frente en el cristal, dejando que las gotas cayeran libremente.
Emma llamó a la puerta.
- Ángel, he encargado sushi de la que te gusta, en unos treinta minutos estará aquí.
Justo cuando pronunciaba las ultimas palabras, él abrió la puerta, la abrazó por la cintura y le dio un efusivo beso.
- Entonces tenemos tiempo…
- ¿Para qué? – preguntó Emma, aunque sabía a la perfección a qué se refería.
- ¿Tú que crees? – La levantó del suelo, haciendo que ella lo abrazase con las piernas y, entre risas, fueron hasta el dormitorio.
>0<
Sentada en su sofá, descalza, con las piernas cruzadas y abrazada a un cojín verde manzana Patricia repasaba una y otra vez aquel día.
Había leído ilusionada la entrevista de Ángel, como hacía con todo lo que caía en sus manos y estaba relacionado con él, pero aquellas palabras la golpearon como un mazo, a Ángel le costaba trabajar con ella ¿Por qué?
Vale, había veces en las que discutían, la mayoría de los casos eran peleas que comenzaban con pequeños piques de broma y terminaban derivando en mal rollo, otras veces ella se encontraba mal, sus sentimientos se debatían en su interior y se ponía de mal humor, regalándole en mas de una ocasión respuestas que él no se merecía, y él terminaba por enfadarse, y no sin motivo, pero…
¿De verdad era aquello tan insoportable? ¿Era ella insoportable? No lo creía, sin duda había algo más, porque ella se esforzaba por hacerle reír, igual que él a ella, cuando no discutían su relación era bastante cordial, no podía decirse de amistad, pero si una relación de compañerismo bastante agradable…
Pasase lo que pasase tenía la sensación de que era culpa suya, así que cogió su teléfono móvil y escribió un mensaje de disculpas, o lo que ella entendía por disculpas.
>0<
Ella estaba abrazada al cuerpo desnudo de Ángel, con la cabeza apoyada en su pecho. Encantada y feliz, porque le gustaban esos momentos que en ocasiones vivía con Ángel. No sabía que era lo que le hacía ser tan impulsivo, pero ella disfrutaba como nunca, porque él se entregaba como nunca…
- Deberíamos vestirnos ¿No crees? – dijo ella mientras Ángel acariciaba su pelo.
- Dentro de un rato, aún queda tiempo – dijo él. Estaba distraído, pensando en que si ella supiera el porqué de aquellos momentos se enfadaría, y con razón, nunca es bueno hacer nada por arrepentimiento, para tratar de equilibrar eso que llaman karma, y menos aquello.
En ese momento su móvil vibró dos veces, era un mensaje. Alargó la mano y lo agarró de la mesilla.
“Lo siento, me he pasado esta mañana. Soy una pesada insoportable, pero tu tampoco eres una joyita ¿Eh? Enano cabrón… Bueno, te dejo, un besito de tu tarada favorita .”
Apoyó el teléfono sobre sus labios, pensando si contestar o no. finalmente, optó por dejarlo para el día siguiente.
- ¿Nos vestimos? – dijo incorporándose.
- ¿No decías que quedaba tiempo?
- Si, pero es lo mejor, no es cuestión de recoger la comida en pelotas ¿No?
Emma rió con ganas.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
aisss me encanta!!!
el principio estaba deseando que fuera verdad *_* sabia que no lo era, el color ha ayudado a saberlo, pero soy demasiado ilusa xD
los impulsos de Angel...
el principio estaba deseando que fuera verdad *_* sabia que no lo era, el color ha ayudado a saberlo, pero soy demasiado ilusa xD
los impulsos de Angel...
Re: UN MAR DE DUDAS
UOOH, parecee muy muy interesante siguuee!!
copito- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Re: UN MAR DE DUDAS
Genial.
El sueño de Ángel, su sentimiento de culpabilidad y la forma en que intenta redimirse de ello, su chica está que contenta por su acto impulsivo, pero que si supiera el porqué del mismo, se hundiría en la miseria.
Tienes unos detalles que me encantan:
“Las arrugas de la sábana podían verse marcadas en su rostro. Abrió el grifo del agua fría y se lavó la cara”
“En ese momento su móvil vibró dos veces, era un mensaje.”
Lo del móvil puede parecer una tontada que lo destaque, pero me gusta este detalle porque en vez de decir que vibró sin más, puntualizas que fueron dos veces. No sé, me ha llamado la atención porque mi móvil también lo hace. Se nota que cuidas las pequeñas cosas y que tienes facilidad para describir.
Encima tenemos la suerte de que subes con frecuencia. Espero que siga siendo así y que cuando acabes con este fic escribas otros muchos.
El sueño de Ángel, su sentimiento de culpabilidad y la forma en que intenta redimirse de ello, su chica está que contenta por su acto impulsivo, pero que si supiera el porqué del mismo, se hundiría en la miseria.
Tienes unos detalles que me encantan:
“Las arrugas de la sábana podían verse marcadas en su rostro. Abrió el grifo del agua fría y se lavó la cara”
“En ese momento su móvil vibró dos veces, era un mensaje.”
Lo del móvil puede parecer una tontada que lo destaque, pero me gusta este detalle porque en vez de decir que vibró sin más, puntualizas que fueron dos veces. No sé, me ha llamado la atención porque mi móvil también lo hace. Se nota que cuidas las pequeñas cosas y que tienes facilidad para describir.
Encima tenemos la suerte de que subes con frecuencia. Espero que siga siendo así y que cuando acabes con este fic escribas otros muchos.
Legna- Mensajes : 516
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Re: UN MAR DE DUDAS
Bueno, vale tengo este fic escrito y me está quemando en las manos, así que, ahi va otro pequeño capitulo.
No había cenado, tenía el estómago cerrado. Paso un par de horas esperando, revisando cada dos minutos su móvil, por si se le iba la cobertura, se terminaba la batería o por si simplemente se le había pasado el mensaje, pero nada.
Ahora estaba dando vueltas en su cama. El sonido del mecanismo del despertador le taladraba la cabeza TIC TAC TIC TAC TIC TAC… incansable, incesante, molesto. Trataba de amortiguar el sonido cubriéndose la cabeza con los almohadones, pero no surtía efecto.
Finalmente, desesperada, agarró el aparatito del infierno y, acompañando el gesto con un bramido, lo estampó contra el suelo, haciéndolo pedazos. Se levantó de la cama y descalza fue hasta el baño, abrió el armario de las medicinas y sacó un frasco de pastillas para dormir; no le gustaba recurrir a aquello, pero se estaba volviendo loca y necesitaba descansar.
Sacó un par de píldoras y se las tragó, abrió el grifo y, recogiéndose el pelo a un lado, bebió directamente del chorro. Poco después estaba tirada en su cama, sumida en un artificial y poco reparador sueño.
A la mañana siguiente despertó, la cabeza le dolía un poco, así que se duchó durante más de quince minutos, frotó suavemente su piel con aquel gel de olor a lilas que usaba casi siempre y luego dejó que el agua resbalase perezosamente por su piel. Se secó y se vistió despacio, sin prisas, recogió su pelo en una coleta, cogió su bolso y las gafas de sol y salió despacio de su casa.
No tenía ganas de nada, por eso ni siquiera se había maquillado aquella mañana, y unas sutiles ojeras delataban su mala noche. Condujo hasta globomedia, aparcó junto al coche de Ángel, lo que hizo que se acordase y mirase el móvil, nada.
Abatida salió del vehículo y a paso lento se encaminó hasta la recepción. Saludo sin mucho convencimiento al segurata y al recepcionista, ambos le devolvieron el saludo como ya era habitual, pero aquel día ocurrió algo nuevo.
-Señorita Conde, han dejado esto esta mañana para usted – dijo el recepcionista al tiempo que le tendía un pequeño sobre color champán.
-¿De quien es? – preguntó ella, pero el recepcionista no supo responder, se limito a ha encogerse de hombros.
Miró el sobre, en el reverso su nombre estaba escrito con rotulador negro, en grandes letras de imprenta. Lo abrió y extrajo una pequeña fotografía polaroid.
- Dios, pensé que ya no había de estas – dijo más para si misma. Dio la vuelta a la fotografía y vio la imagen de una rosa, una única rosa del mismo color que el sobre y que descansaba sobre un cojín rojo ¿El de su camerino? No entendía nada, pero sonrió algo desconcertada.
Cuando entró en su camerino no podía creérselo, entro en silencio y cerró la puerta, apoyándose, aún algo incrédula sobre ella.
No había cenado, tenía el estómago cerrado. Paso un par de horas esperando, revisando cada dos minutos su móvil, por si se le iba la cobertura, se terminaba la batería o por si simplemente se le había pasado el mensaje, pero nada.
Ahora estaba dando vueltas en su cama. El sonido del mecanismo del despertador le taladraba la cabeza TIC TAC TIC TAC TIC TAC… incansable, incesante, molesto. Trataba de amortiguar el sonido cubriéndose la cabeza con los almohadones, pero no surtía efecto.
Finalmente, desesperada, agarró el aparatito del infierno y, acompañando el gesto con un bramido, lo estampó contra el suelo, haciéndolo pedazos. Se levantó de la cama y descalza fue hasta el baño, abrió el armario de las medicinas y sacó un frasco de pastillas para dormir; no le gustaba recurrir a aquello, pero se estaba volviendo loca y necesitaba descansar.
Sacó un par de píldoras y se las tragó, abrió el grifo y, recogiéndose el pelo a un lado, bebió directamente del chorro. Poco después estaba tirada en su cama, sumida en un artificial y poco reparador sueño.
A la mañana siguiente despertó, la cabeza le dolía un poco, así que se duchó durante más de quince minutos, frotó suavemente su piel con aquel gel de olor a lilas que usaba casi siempre y luego dejó que el agua resbalase perezosamente por su piel. Se secó y se vistió despacio, sin prisas, recogió su pelo en una coleta, cogió su bolso y las gafas de sol y salió despacio de su casa.
No tenía ganas de nada, por eso ni siquiera se había maquillado aquella mañana, y unas sutiles ojeras delataban su mala noche. Condujo hasta globomedia, aparcó junto al coche de Ángel, lo que hizo que se acordase y mirase el móvil, nada.
Abatida salió del vehículo y a paso lento se encaminó hasta la recepción. Saludo sin mucho convencimiento al segurata y al recepcionista, ambos le devolvieron el saludo como ya era habitual, pero aquel día ocurrió algo nuevo.
-Señorita Conde, han dejado esto esta mañana para usted – dijo el recepcionista al tiempo que le tendía un pequeño sobre color champán.
-¿De quien es? – preguntó ella, pero el recepcionista no supo responder, se limito a ha encogerse de hombros.
Miró el sobre, en el reverso su nombre estaba escrito con rotulador negro, en grandes letras de imprenta. Lo abrió y extrajo una pequeña fotografía polaroid.
- Dios, pensé que ya no había de estas – dijo más para si misma. Dio la vuelta a la fotografía y vio la imagen de una rosa, una única rosa del mismo color que el sobre y que descansaba sobre un cojín rojo ¿El de su camerino? No entendía nada, pero sonrió algo desconcertada.
Cuando entró en su camerino no podía creérselo, entro en silencio y cerró la puerta, apoyándose, aún algo incrédula sobre ella.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
pero como lo dejas ahi!!!! jooo que ganas de seguir!!!
otro capi otro otro otro
me ha gustado mucho como has descrito paso a paso lo que hacia Patri, con la desesperación de esperar una respuesta de él
que habrá preparado en el camerino?
otro capi otro otro otro
me ha gustado mucho como has descrito paso a paso lo que hacia Patri, con la desesperación de esperar una respuesta de él
que habrá preparado en el camerino?
Re: UN MAR DE DUDAS
Vale, no tengo filtro, y como no tengo filtro ahi va otro capi, que como lo estais deseando jajaja
Bueno, voy a bajar un poco el ritmo, que si no os pongo el fic en dos días xd.
Venga va.
En el centro de la habitación había una mesa, que normalmente estaba arrinconada en una esquina, y sobre ella el cojín rojo con la rosa de la foto, sobre la mesa, escrito con nubes la frase “Lo siento”. Sonrió encantada, seguro que aquello era cosa de Ángel, principalmente porque al ver el color de la rosa en la fotografía, se había retrotraído inmediatamente al ramo de esas mismas flores que él le regalo por su cumpleaños.
Se acercó a la mesa, sonriendo estúpidamente y no pudo resistirse a la tentación, cogió una de esas nubes y se la llevó a la boca, disfrutando de su sabor, que siempre le recordaba a cuando era niña. Luego cogió la flor y la olió, su aroma era imperceptible, típico de las flores de invernadero, pero a ella le pareció que olía a él. Cerrando los ojos depositó un suave beso en los pétalos, imaginando que era a él a quien se lo daba y murmuró:
-Gracias…
Cogió el cojín y lo lanzó sobre el sofá, entonces pudo ver que debajo había otro sobre, esta vez sin nada escrito por fuera, lo abrió y encontró otra foto, esta vez de un muñequito de David el gnomo, sobre la imagen estaba escrito: “Tú eres lo que hace que venir cada día sea especial, el alma del programa, perdóname.”
Buscó un cuenco, lo llenó de nubes y se encaminó como si nada al despacho que compartían Ángel y Dani.
>0<
- Que no macho, no seas pesado… ¡Que va a querer niños!
-Yo solo digo que pronto empezará a pensar en ello, en que se le va a pasar el arroz, ya sabes, las tías son así. ¡Tarde o temprano querrá hijos!
- ¡Pues conmigo que no cuente!
-Va, Ángel. No seas seta, si los niños son adorables – tras decir esta frase rió.
-Sí, claro… sobretodo si te salen como el bicho del anuncio del ambientador:”Yo quiero hacer caca en el baño de Pablito, yo quiero hacer caca en el baño de Pablito” – dijo con voz de burla. – Una pedrá es lo que le hace falta al puto niño ese… ¡Qué no! ¡Que yo paso de tener críos subiéndoseme a la chepa!
Patricia, que había escuchado parte de la conversación rió, y apoyada en el quicio de la puerta dijo:
- En tu caso no creo que lo tuvieran difícil, con tres o cuatro añitos ya estarían a tu altura…
- Buenos días Patricia, tan encantadora como siempre – Dijo Ángel haciéndose el ofendido.
- Buenos días – dijo Dani.
- Buenos días – le devolvió el saludo a Dani, pero pronto se centró de nuevo en Ángel. – Hoy estoy más encantadora que de costumbre, que me he encontrado un regalito en mi camerino – sonrió y se acercó a ellos. – Y lo he traído, por eso de compartir…
- Alaaaa ¡Chuches! – dijo Dani tratando de agarrar una nube del bol, pero solo recibió un manotazo por parte de Patricia.
- Tú no, Dani, él – dijo señalando a Ángel.
- Jaaa payo con la prima Patri…- Dani sacó a relucir su mejor acento gitano. - ¿Y por que él sí y yo no?
- Porque a ti no te hace falta crecer, pero a Ángel tenemos que alimentarlo, que si no se nos va a quedar enano…
- Demasiado tarde – dijo Dani.
- ¡Tócate los huevos! Para vuestra información, os estoy oyendo – dijo Ángel medio en broma, medio en serio.
- ¡Ay! Que se nos ha enfadado el nene – dijo Patricia como si hablase con un bebé, separó la silla de Ángel de la mesa y se sentó en sus rodillas, gesto que lo sorprendió tanto que se quedó un tanto bloqueado. – A ver, chiquitín, abre la boquita…
-Esto se está poniendo sórdido… yo me marcho a por unos cafés… ahora vuelvo – Dani se levantó y salió de la habitación, no sin antes lanzar una última mirada y guiñar un ojo a su amigo.
Patricia aprovechó que Ángel tenía la boca entre abierta por el asombro y le introdujo suavemente media nube en la boca. Él la miraba completamente perdido cuando ella dejó el cuenco sobre la mesa, le sujetó el rostro entre sus manos y se acercó, hasta que mordió lentamente la porción de nube que sobresalía entre los labios de Ángel, rozándolos sutilmente con los suyos.
Se separaron despacio, mirándose a los ojos y ambos comenzaron a masticar, sin dejar de mirarse tragaron al tiempo.
-¿Ph… por que has hecho eso? – Dijo Ángel, completamente estupefacto.
Patricia se puso de pie dio unos cuantos pasos sin dejar de mirarle y sonreírle. Se encogió de hombros y dijo:
-No lo se, ha sido un impulso. – Y rápidamente abandonó la habitación.
Ángel se llevó los dedos a los labios y los rozó…
- Bueno… entonces, benditos impulsos.
Y sonrió, sonreía sin causa aparente, al menos eso es lo que su amigo Daniel Mateo pensó cuando, al volver con los cafés, se lo encontró con la mirada perdida y la sonrisa plantada en la cara.
Bueno, voy a bajar un poco el ritmo, que si no os pongo el fic en dos días xd.
Venga va.
En el centro de la habitación había una mesa, que normalmente estaba arrinconada en una esquina, y sobre ella el cojín rojo con la rosa de la foto, sobre la mesa, escrito con nubes la frase “Lo siento”. Sonrió encantada, seguro que aquello era cosa de Ángel, principalmente porque al ver el color de la rosa en la fotografía, se había retrotraído inmediatamente al ramo de esas mismas flores que él le regalo por su cumpleaños.
Se acercó a la mesa, sonriendo estúpidamente y no pudo resistirse a la tentación, cogió una de esas nubes y se la llevó a la boca, disfrutando de su sabor, que siempre le recordaba a cuando era niña. Luego cogió la flor y la olió, su aroma era imperceptible, típico de las flores de invernadero, pero a ella le pareció que olía a él. Cerrando los ojos depositó un suave beso en los pétalos, imaginando que era a él a quien se lo daba y murmuró:
-Gracias…
Cogió el cojín y lo lanzó sobre el sofá, entonces pudo ver que debajo había otro sobre, esta vez sin nada escrito por fuera, lo abrió y encontró otra foto, esta vez de un muñequito de David el gnomo, sobre la imagen estaba escrito: “Tú eres lo que hace que venir cada día sea especial, el alma del programa, perdóname.”
Buscó un cuenco, lo llenó de nubes y se encaminó como si nada al despacho que compartían Ángel y Dani.
>0<
- Que no macho, no seas pesado… ¡Que va a querer niños!
-Yo solo digo que pronto empezará a pensar en ello, en que se le va a pasar el arroz, ya sabes, las tías son así. ¡Tarde o temprano querrá hijos!
- ¡Pues conmigo que no cuente!
-Va, Ángel. No seas seta, si los niños son adorables – tras decir esta frase rió.
-Sí, claro… sobretodo si te salen como el bicho del anuncio del ambientador:”Yo quiero hacer caca en el baño de Pablito, yo quiero hacer caca en el baño de Pablito” – dijo con voz de burla. – Una pedrá es lo que le hace falta al puto niño ese… ¡Qué no! ¡Que yo paso de tener críos subiéndoseme a la chepa!
Patricia, que había escuchado parte de la conversación rió, y apoyada en el quicio de la puerta dijo:
- En tu caso no creo que lo tuvieran difícil, con tres o cuatro añitos ya estarían a tu altura…
- Buenos días Patricia, tan encantadora como siempre – Dijo Ángel haciéndose el ofendido.
- Buenos días – dijo Dani.
- Buenos días – le devolvió el saludo a Dani, pero pronto se centró de nuevo en Ángel. – Hoy estoy más encantadora que de costumbre, que me he encontrado un regalito en mi camerino – sonrió y se acercó a ellos. – Y lo he traído, por eso de compartir…
- Alaaaa ¡Chuches! – dijo Dani tratando de agarrar una nube del bol, pero solo recibió un manotazo por parte de Patricia.
- Tú no, Dani, él – dijo señalando a Ángel.
- Jaaa payo con la prima Patri…- Dani sacó a relucir su mejor acento gitano. - ¿Y por que él sí y yo no?
- Porque a ti no te hace falta crecer, pero a Ángel tenemos que alimentarlo, que si no se nos va a quedar enano…
- Demasiado tarde – dijo Dani.
- ¡Tócate los huevos! Para vuestra información, os estoy oyendo – dijo Ángel medio en broma, medio en serio.
- ¡Ay! Que se nos ha enfadado el nene – dijo Patricia como si hablase con un bebé, separó la silla de Ángel de la mesa y se sentó en sus rodillas, gesto que lo sorprendió tanto que se quedó un tanto bloqueado. – A ver, chiquitín, abre la boquita…
-Esto se está poniendo sórdido… yo me marcho a por unos cafés… ahora vuelvo – Dani se levantó y salió de la habitación, no sin antes lanzar una última mirada y guiñar un ojo a su amigo.
Patricia aprovechó que Ángel tenía la boca entre abierta por el asombro y le introdujo suavemente media nube en la boca. Él la miraba completamente perdido cuando ella dejó el cuenco sobre la mesa, le sujetó el rostro entre sus manos y se acercó, hasta que mordió lentamente la porción de nube que sobresalía entre los labios de Ángel, rozándolos sutilmente con los suyos.
Se separaron despacio, mirándose a los ojos y ambos comenzaron a masticar, sin dejar de mirarse tragaron al tiempo.
-¿Ph… por que has hecho eso? – Dijo Ángel, completamente estupefacto.
Patricia se puso de pie dio unos cuantos pasos sin dejar de mirarle y sonreírle. Se encogió de hombros y dijo:
-No lo se, ha sido un impulso. – Y rápidamente abandonó la habitación.
Ángel se llevó los dedos a los labios y los rozó…
- Bueno… entonces, benditos impulsos.
Y sonrió, sonreía sin causa aparente, al menos eso es lo que su amigo Daniel Mateo pensó cuando, al volver con los cafés, se lo encontró con la mirada perdida y la sonrisa plantada en la cara.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
capi!!!! aiss que bien que subas tan seguido
que bonito lo que le tenia preparado, y cuando ha ido y la nube... aissss
me ha hecho mucha gracia lo del anuncio del niño y el acento gitano de Dani jajajaja
me encanta!
que bonito lo que le tenia preparado, y cuando ha ido y la nube... aissss
me ha hecho mucha gracia lo del anuncio del niño y el acento gitano de Dani jajajaja
me encanta!
Re: UN MAR DE DUDAS
Chico, pues si lo acabes en dos días, ¿qué más da? xD Lo único malo es que no nos da tiempo a comentar todos los capis porque al llegar nos encontramos dos o tres. Habrá quien pierda el ritmo, pero yo no seré esa, desde luego. Espero que estés escribiendo otro fic ahora mismo ya que dices que este está escrito, porque así podrás empezar a subir otro cuando acabes con este ^^
La conversación entre Dani y Ángel ha sido genial, y el impulso de Patricia ya ni te cuento. Qué situación más maravillosa. Y seguro que Ángel es así de detallista en la realidad.
Por cierto, ¿cómo sabías que las rosas de la entrevista se las regaló Ángel?
La conversación entre Dani y Ángel ha sido genial, y el impulso de Patricia ya ni te cuento. Qué situación más maravillosa. Y seguro que Ángel es así de detallista en la realidad.
Por cierto, ¿cómo sabías que las rosas de la entrevista se las regaló Ángel?
Legna- Mensajes : 516
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Re: UN MAR DE DUDAS
¡Ah! Pero que se las regaló él de verdad... pues ni puta idea, yo pensaba que era una paja mental mía, ya sabes, lo puse en plan ella el llavero, él las flores... pero bueno jajaja si es real mejor.
-Nene, que feliz te veo – dijo Dani, plantándole un café delante. - ¿Qué? Ya no estáis peleados ¿A que no? – volvió a su silla, atrapando una chuchería del cuenco y mordiéndola con la satisfacción del niño que logra lo que quiere.
- ¿Qué? Sí – respondió Ángel volviendo en si y rascándose la cabeza. - ¿Pero tú como sabes que habíamos peleado?
- Que como lo se, dice el geta… ¿Pues porque se os oía desde la otra punta del edificio – Ángel levantó una ceja. - ¿Del pasillo? Vale no cuela… Estaba en el camerino de Berta y como está al lado del de Patri…
- Ya… ¡EH! ¡Para, para ,para! ¿Qué hacías tú en el camerino de Berta? Porque ella estaba haciendo un reportaje en Valencia…
Dani no pudo contestar, una voz lejana pero bastante potente les interrumpió.
- ¡¡¡¡¡¡Daniel Mateo Patau!!!!! – Era Berta, y por lo que se veía, bastante enfadada, - ¡Voy a arrancarte la cabeza! – dijo señalándolo desde la puerta mientras trataba de sostener una caja con la otra mano. - ¿Se puede saber desde cuando está esto en mi camerino?
Ángel comenzó a reírse, trataba de disimular, pero la cara de Daniel era todo un poema.
-Desde… desde ayer.
-¿Pero tú eres completamente gilipollas o te entrenas por las mañanas? – Dijo Berta dejando la caja sobre la mesa.
- Me entreno. – dijo Dani.
- Se entrena, puedo confirmarlo, cada mañana hace ejercicios especiales – dijo Ángel entre risas.
Ángel continuaba riendo, mientras Dani parecía cada vez más acojonado y Berta había comenzado a abrir la caja.
- Joder Dani – el tono de Berta había cambiado completamente. – La próxima vez que regales un cachorrito, déjale agua y comida – sacó el pequeño perro color canela de la caja y lo abrazó con suavidad. – O por lo menos hazle agujeros en la caja para que pueda respirar… ¡Que me lo he encontrado medio muerto, tío!
Cuando Berta extendió la mano hacia él, Dani se encogió protegiéndose y cerrando los ojos, igual que un niño reacciona ante la bofetada que se le avecina.
Ahora ángel miraba la escena en silencio, pensando en que su amigo podía resultar un pozo de sorpresas.
-No voy a pegarte, idiota – Berta se agachó y le dio un suave beso en la mejilla. – Eres el único que parece haberse acordado de que hoy es mi cumpleaños. – se alejó un poco y le revolvió el pelo. – Gracias Dani.
Cuando Berta salió del despacho Ángel se volvió hacia Dani.
- O yo me he perdido muchas cosas o tú tienes que explicarme algo ¡Casanova! – Dani alargó el brazo y propino una colleja a su amigo. - ¡Oye, sin tocar!
- Ponte al guión anda… ¡Ponte al guión!
Los dos amigos volvieron al trabajo entre risas.
- ¿Qué? Sí – respondió Ángel volviendo en si y rascándose la cabeza. - ¿Pero tú como sabes que habíamos peleado?
- Que como lo se, dice el geta… ¿Pues porque se os oía desde la otra punta del edificio – Ángel levantó una ceja. - ¿Del pasillo? Vale no cuela… Estaba en el camerino de Berta y como está al lado del de Patri…
- Ya… ¡EH! ¡Para, para ,para! ¿Qué hacías tú en el camerino de Berta? Porque ella estaba haciendo un reportaje en Valencia…
Dani no pudo contestar, una voz lejana pero bastante potente les interrumpió.
- ¡¡¡¡¡¡Daniel Mateo Patau!!!!! – Era Berta, y por lo que se veía, bastante enfadada, - ¡Voy a arrancarte la cabeza! – dijo señalándolo desde la puerta mientras trataba de sostener una caja con la otra mano. - ¿Se puede saber desde cuando está esto en mi camerino?
Ángel comenzó a reírse, trataba de disimular, pero la cara de Daniel era todo un poema.
-Desde… desde ayer.
-¿Pero tú eres completamente gilipollas o te entrenas por las mañanas? – Dijo Berta dejando la caja sobre la mesa.
- Me entreno. – dijo Dani.
- Se entrena, puedo confirmarlo, cada mañana hace ejercicios especiales – dijo Ángel entre risas.
Ángel continuaba riendo, mientras Dani parecía cada vez más acojonado y Berta había comenzado a abrir la caja.
- Joder Dani – el tono de Berta había cambiado completamente. – La próxima vez que regales un cachorrito, déjale agua y comida – sacó el pequeño perro color canela de la caja y lo abrazó con suavidad. – O por lo menos hazle agujeros en la caja para que pueda respirar… ¡Que me lo he encontrado medio muerto, tío!
Cuando Berta extendió la mano hacia él, Dani se encogió protegiéndose y cerrando los ojos, igual que un niño reacciona ante la bofetada que se le avecina.
Ahora ángel miraba la escena en silencio, pensando en que su amigo podía resultar un pozo de sorpresas.
-No voy a pegarte, idiota – Berta se agachó y le dio un suave beso en la mejilla. – Eres el único que parece haberse acordado de que hoy es mi cumpleaños. – se alejó un poco y le revolvió el pelo. – Gracias Dani.
Cuando Berta salió del despacho Ángel se volvió hacia Dani.
- O yo me he perdido muchas cosas o tú tienes que explicarme algo ¡Casanova! – Dani alargó el brazo y propino una colleja a su amigo. - ¡Oye, sin tocar!
- Ponte al guión anda… ¡Ponte al guión!
Los dos amigos volvieron al trabajo entre risas.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
Ahora que e tenido tiempo de leerlo tengo que decirte que me ha gustado mucho y que espero que lo continues pronto jejeje
PD- El Guaje Villa... Mola
PD- El Guaje Villa... Mola
CreepSmile- Mensajes : 274
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Localización : Gintonic,Gintonic...
Re: UN MAR DE DUDAS
jajajajaja grande Berta!
y Dani regalandole un cachorrillo... aiss que mono... jeje
y Dani regalandole un cachorrillo... aiss que mono... jeje
Re: UN MAR DE DUDAS
Ya lo he leído todo... si es que empiezas a colgar cuando no tengo tiempo y me restraso xD
Me está gustando un montón, me encanta los pequeños detalles que vas poniendo y me has matado poniendo el segundo apellido de Dani, no me digas porque, pero me hace mucha gracia xD
Me está gustando un montón, me encanta los pequeños detalles que vas poniendo y me has matado poniendo el segundo apellido de Dani, no me digas porque, pero me hace mucha gracia xD
Albeta- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Edad : 34
Re: UN MAR DE DUDAS
Jajajajaja me lo acabo de leer entero y me gusta mucho!
Y te digo yo, que a Berta la has clavado xDDDDD
Siguee
Y te digo yo, que a Berta la has clavado xDDDDD
Siguee
p.a.t.r.ii- Mensajes : 440
Fecha de inscripción : 01/10/2009
Re: UN MAR DE DUDAS
- Dani…
-¿Qué quieres Ángel? – respondió sin levantar la vista del ordenador.
-¿Te das cuenta de que es la primera vez que no soy yo quien te tiene que mandar trabajar a ti?
-Sí… es que un espíritu de enano gruñón se me ha metido dentro – Ángel lo miró mal. – Valeee, perdona… ¡La verdad ha sido un cambio de papeles bastante interesante!
-No.
-¿Qué?
-Que no…
-¿Qué no que? – Dani ya lo miraba bastante perdido.
-Que no vamos a meterlo en el guión…
-¿Cómo sabes que estaba pensando en meterlo en el guión?
- Te conozco Dani, te lo he visto en la cara…
-Pues menudo corta rollos. – Se quejó Dani.
La mañana transcurrió tranquila, y llegó la tarde. El programa estaba saliendo rodado. En un momento, durante un video, Patricia sonrió a Ángel y sacó la rosa de su neceser, la alzó, haciendo que asomase ligeramente por encima de la mesa y la agitó. Ángel se puso un poco nervioso cuando se dio cuenta de que ya habían vuelto a imagen, y de un manotazo y diciendo su frase, escondió la flor, provocando una incontenible carcajada en Patricia.
Dieron paso a otro video y ella aprovecho el momento para escribirle una nota en el guión “Hablamos luego ¿vale? En mi camerino”. Durante el resto del programa las sonrisas y miradas entre ambos fluyeron como un torrente de agua.
Tras el programa, Patricia salió disparada hacia el camerino. Ángel se vio retenido por un grupo de fans, a las que atendió lo mejor que pudo ya que estaba deseando saber que quería decirle Patricia. En cuanto pudo siguió los pasos de su compañera. Llamó a la puerta y la voz de Patri lo invitó a entrar.
- Pasa Ángel.
- ¿Qué querías decirme? – dijo Ángel nada más abrir la puerta, se encontró a patricia de espaldas, sin camisa, solamente con el sujetador.
- Quería pedirte perdón por lo de antes…
-¿Po… porr lo de la… la flor? Ha sido u… una tontería – Ángel estaba bastante nervioso, patricia se había vuelto hacia él y aquella visión le imponía bastante. – No pasa nada…
Patricia se percató de la incomodidad de su compañero y pronto se puso la camisa.
-No tonto – le agarró de la mano y lo acercó a ella, se sentaron en el sofá. Antes de continuar patricia se coloco el pelo detrás de la oreja y miro al suelo. – Por… por lo de antes, ya sabes, el impulso…
-Ya…
-No se por que lo he hecho, es que me ha gustado mucho el detalle y quería agradecértelo… ¿Sabes? Lo de que soy el alma del programa y que yo lo hago especial… me ha llegado a la patata. – Patricia se golpeó el pecho a la atura del corazón. – Y me ha salido así, perdóname si te ha molestado, yo… no volveré a besarte.
-No me ha molestado Patricia, y ni siquiera ha sido un beso… creo que ha sido peor lo de la flor…
-¡Pero si acabas de decir que era una tontería! Y… ¡Oye! ¿Cómo que ni siquiera ha sido un beso? – se hizo la indignada.
Ángel la cogió de la mano y le acarició el antebrazo.
- Es una tontería para ti y para mí pero… - Patricia asintió, lo había entendido. – En cuanto a lo del beso… - puso la mano sobre la mejilla de Patricia. – Creo que podría enseñarte lo que yo considero un beso…
Sus rostros comenzaron a acercarse, cada vez más, centímetro a centímetro, cerraron los ojos, pero de pronto un golpe de cordura sacudió a Ángel, que volvió el rostro. – Pero creo que te quedaras con las ganas…
Ángel se puso en pié mientras Patricia lo miraba desconcertada.
-¿Te veré esta noche?
-¿Qué ocurre esta noche? – preguntó Ángel un tanto distraído.
-La fiesta de Berta, irás ¿no?
- Claro, claro… - hablaba mientras salía por la puerta. – Esta noche nos vemos…
Ángel cerró la puerta y se apoyó contra ella, respirando aliviado. Aunque ese alivio le duró poco, ya que pronto pensó en Emma, que le esperaba en casa, y la culpa le atenazó la garganta.
-¿Qué quieres Ángel? – respondió sin levantar la vista del ordenador.
-¿Te das cuenta de que es la primera vez que no soy yo quien te tiene que mandar trabajar a ti?
-Sí… es que un espíritu de enano gruñón se me ha metido dentro – Ángel lo miró mal. – Valeee, perdona… ¡La verdad ha sido un cambio de papeles bastante interesante!
-No.
-¿Qué?
-Que no…
-¿Qué no que? – Dani ya lo miraba bastante perdido.
-Que no vamos a meterlo en el guión…
-¿Cómo sabes que estaba pensando en meterlo en el guión?
- Te conozco Dani, te lo he visto en la cara…
-Pues menudo corta rollos. – Se quejó Dani.
La mañana transcurrió tranquila, y llegó la tarde. El programa estaba saliendo rodado. En un momento, durante un video, Patricia sonrió a Ángel y sacó la rosa de su neceser, la alzó, haciendo que asomase ligeramente por encima de la mesa y la agitó. Ángel se puso un poco nervioso cuando se dio cuenta de que ya habían vuelto a imagen, y de un manotazo y diciendo su frase, escondió la flor, provocando una incontenible carcajada en Patricia.
Dieron paso a otro video y ella aprovecho el momento para escribirle una nota en el guión “Hablamos luego ¿vale? En mi camerino”. Durante el resto del programa las sonrisas y miradas entre ambos fluyeron como un torrente de agua.
Tras el programa, Patricia salió disparada hacia el camerino. Ángel se vio retenido por un grupo de fans, a las que atendió lo mejor que pudo ya que estaba deseando saber que quería decirle Patricia. En cuanto pudo siguió los pasos de su compañera. Llamó a la puerta y la voz de Patri lo invitó a entrar.
- Pasa Ángel.
- ¿Qué querías decirme? – dijo Ángel nada más abrir la puerta, se encontró a patricia de espaldas, sin camisa, solamente con el sujetador.
- Quería pedirte perdón por lo de antes…
-¿Po… porr lo de la… la flor? Ha sido u… una tontería – Ángel estaba bastante nervioso, patricia se había vuelto hacia él y aquella visión le imponía bastante. – No pasa nada…
Patricia se percató de la incomodidad de su compañero y pronto se puso la camisa.
-No tonto – le agarró de la mano y lo acercó a ella, se sentaron en el sofá. Antes de continuar patricia se coloco el pelo detrás de la oreja y miro al suelo. – Por… por lo de antes, ya sabes, el impulso…
-Ya…
-No se por que lo he hecho, es que me ha gustado mucho el detalle y quería agradecértelo… ¿Sabes? Lo de que soy el alma del programa y que yo lo hago especial… me ha llegado a la patata. – Patricia se golpeó el pecho a la atura del corazón. – Y me ha salido así, perdóname si te ha molestado, yo… no volveré a besarte.
-No me ha molestado Patricia, y ni siquiera ha sido un beso… creo que ha sido peor lo de la flor…
-¡Pero si acabas de decir que era una tontería! Y… ¡Oye! ¿Cómo que ni siquiera ha sido un beso? – se hizo la indignada.
Ángel la cogió de la mano y le acarició el antebrazo.
- Es una tontería para ti y para mí pero… - Patricia asintió, lo había entendido. – En cuanto a lo del beso… - puso la mano sobre la mejilla de Patricia. – Creo que podría enseñarte lo que yo considero un beso…
Sus rostros comenzaron a acercarse, cada vez más, centímetro a centímetro, cerraron los ojos, pero de pronto un golpe de cordura sacudió a Ángel, que volvió el rostro. – Pero creo que te quedaras con las ganas…
Ángel se puso en pié mientras Patricia lo miraba desconcertada.
-¿Te veré esta noche?
-¿Qué ocurre esta noche? – preguntó Ángel un tanto distraído.
-La fiesta de Berta, irás ¿no?
- Claro, claro… - hablaba mientras salía por la puerta. – Esta noche nos vemos…
Ángel cerró la puerta y se apoyó contra ella, respirando aliviado. Aunque ese alivio le duró poco, ya que pronto pensó en Emma, que le esperaba en casa, y la culpa le atenazó la garganta.
Última edición por El Guaje el Lun Ene 18, 2010 2:27 am, editado 1 vez
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
Creo que en este fic me van a gustar los impulsos... jajajajaja
Fiesta de Berta ya!!!!!
Fiesta de Berta ya!!!!!
Albeta- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 08/12/2009
Edad : 34
Re: UN MAR DE DUDAS
Cuando llegó a casa, ni siquiera sacó las llaves, llamó directamente al timbre y esperó a que Emma abriese la puerta.
-Hola Ángel. – Dijo ella. Ángel la abrazó efusivamente y la beso, sus labios se juntaron en un baile frenético de pasión, abrazados fueron entrando y con un golpe de talón Ángel cerró la puerta.- Vaya… parece que me has echado de menos…
-No te puedes imaginar cuanto, no he dejado de pensar en volver a casa para estar contigo. – Maldito embustero, pensó, ni tan siquiera te has acordado de ella hasta… hasta…
Volvió a besar a Emma.
- ¡Ángel! – dijo ella riéndose - ¿Qué te pasa últimamente?
-No hables, no digas nada… solo bésame. – dijo mientras empezaba a quitarle la ropa, pronto ella empezó a hacer lo mismo con él, sin dejar de besarse y acariciarse, fueron avanzando y desprendiéndose de la ropa hasta llegar al dormitorio.
>0<
Ahí estaba Patricia, enfundada en su albornoz y secándose el pelo. El ruido del secador la mantenía distraída de sus tumultuosos pensamientos. Cuando termino fue al dormitorio y, plantándose frente al armario, lo abrió de par en par.
-A ver que te pones Patricia – como solía hacer cada vez que debía arreglarse, comenzó a hablar consigo misma. Rebuscó entre las perchas y sacó algunas prendas, un mini-vestido blanco y unos leggins negros. - ¿Qué tal esto? – se lo puso por delante y se miró al espejo. – No, esto no, es demasiado soso y así no se va a fijar en mí…
Arrojo la ropa sobre la cama.
- ¿Qué cojones estoy diciendo? ¡Tiene novia Patricia, tiene novia! Pero ha estado a punto de besarme, eso quiere decir que…¡No, no, no! ¡Sácatelo de la cabeza! – sacó otra ropa del armario, esta vez un precioso vestido de diseño color verde. – Esto… Es elegante y… y llama demasiado la atención. Es la fiesta de Berta ¿Recuerdas? No puedes eclipsar a la cumpleañera y lo sabes… Por otro lado si quieres que él te mire y te diga lo guapa que… ¡DIOS! ¡Sácatelo ya de la cabeza! Ángel no es para mi, él tiene su vida, sí, tiene su vida y tú, Patricia Conde, eres un simple secundario en ella… no, ni siquiera llegas a la categoría de figurante…
Volvió a meter el vestido en el armario y, enfadada consigo misma, saco otro modelito, una falda de cuero negro supercorta, que ni siquiera recordaba haber comprado, y un top muy escotado, también negro, con unas cuantas lentejuelas. Se giró hacia el espejo y se miró…
- Muy bien Patricia… ¡Por si no tienes claro ya que estas desesperada por conseguir un halago de un hombre con la vida hecha y que no te mereces, ahora vas y te vistes de puta! – Se sentó en la cama, dejando las perchas junto a ella, sostuvo su cabeza entre sus manos y trató de pensar. – Nunca me he comportado como una buscona, no soy de esas… y sin embargo me muero porque me bese a pesar de que conozco a su chica ¡Me gusta tanto! No, no me gusta, lo quiero… es, es sencillamente el hombre perfec… ¡Dios! – se miró al espejo y se odió por unos instantes. - ¡Vas a ir, lo vas a ver con su novia y se te va a pasar todo! ¡Ya verás!
Finalmente y como suele suceder en estos casos, optó por llevar a la fiesta el primer modelito que se había probado, lo completó con un cinturón ancho por encima del vestido, unos botines y un bolso. Se arreglo el pelo y se perfumó, Lilas…
>0<
-Venga Ángel… ¡Luego dirán que las mujeres tardamos en arreglarnos pero llevo ya un rato esperando!
-¡Ya va, ya va! – Respondió mientras salía de la habitación colocándose el abrigo, llevaba puesto sus sempiternos vaqueros y una camisa marrón. – Es que no quiero darles material para seguir metiéndose con mi forma de vestir.
-Pues hoy no creo que tengan queja – dijo agarrándolo de las solapas. – Hoy estás perfecto ¿Me tengo que poner celosa?
-No digas tonterías. – Si tú supieras, pensaba. – Venga, que si nos entretenemos más no llegamos.
>0<
La fiesta se celebraba en un local bastante moderno. Todo el equipo del programa y algunos amigos de Berta estaban alli esperándola, todos menos Patricia, que tenía que llevar a la agasajada a su fiesta sorpresa, y la propia Berta.
Ángel y Emma estaban en una esquina del local, donde la música no molestaba demasiado, charlando con Dani y Julián. Ya se habían tomado una copa e iban a por la segunda. Las chicas tardaban demasiado.
De pronto Alberto entro haciendo aspavientos.
-¡Chicos, chicos! ¡Que ya vienen!
Todos guardaron silencio y el Dj bajó algo la música, cuando Berta y Patricia entraron todos gritaron ¡SORPRESA! Todos menos Ángel, que se limitó a alzar su copa.
- ¡Muchas gracias chicos! – dijo Berta emocionada. - ¡Ya os vale!¡Me teniais engañada pensando que nadie se había acordado! – Se acercó hasta donde Dani estaba. – Bueno, casi nadie.
Dani bajo la mirada y por un instante pareció sonrojarse, pero solo por un instante.
-Yo no podría haberme olvidado – sonrió. – No tratándose de ti.
-¡Vaya, si debajo de todo ese pelo y esa voz va a haber un corazoncito y todo! – Berta le cogió disimuladamente la mano y articulo algunas palabras sin pronunciarlas. Dani no pudo verlo bien, pero le pareció distinguir un “Me gustas”.
Julian la felicitó dandole dos besos, al igual que hizo Emma. Berta se plantó delante de Ángel.
- Felicidades – dijo él.
- Vaya… ¡Gracias! – dijo ella sonriendo. - ¿Vas a darme dos besos o sigues en tu línea?
-Pues pensaba darte dos besos, pero ahora por bocazas te quedas sin ellos – dijo Ángel en una fingida actitud chulesca.
- ¡Será ogro! – Dijo Berta entre carcajadas. - ¡Ven aquí enano, que de darme dos besos tú no te libras! .- lo cogió de la camisa y fingieron forcejear, aunque finalmente Ángel le dio dos besos como Dios manda. – Bueno chicos, me voy a saludar a esta gente ¿Vale?
-Ve – dijo Patricia. – Nosotros estaremos por aquí.
Cuando Berta se marcho, el grupo reanudó una animada charla, aunque Ángel y Emma casi no intervenían, ella porque se sentía un tanto desplazada, pero tampoco mucho, ella era así; Él porque estaba más concentrado en lanzar furtivas miradas a Patricia tratando de que su chica no se diera cuenta.
Habían pasado ya varios minutos y Berta seguía haciendo la ronda.
- Ángel – dijo Emma. – Voy un momento al baño.
-Vale, aquí te espero. – Al terminar apuró su copa.
-¿Hace otra ronda? – preguntó Dani y todos asintieron. - ¡Venga Julián acompáñame a la barra. – Los dos chicos se fueron, dejando a Patricia y Ángel solos durante unos instantes.
Ángel se acercó a Patricia y le hablo al oído para que la música no cubriese sus palabras.
- Estás preciosa. – dijo sin más. Patricia sintió como el corazón le daba un vuelco, era la primera vez que Ángel le decía algo bonito de verdad y no fruto de un guión.
- Tu también estás muy guapo. – como siempre, deseó añadir. - ¿Has tenido ayuda?
- ¡Pues no lista! – dijo él sonriendo. – Me he vestido yo solito, como un niño grande…
- Bueno, grande, grande… Tampoco – Los dos comenzaron a reír.
Julián y Dani llegaron con las copas a la vez que Emma regresaba del baño y se colocaba junto a Ángel agarrándolo del brazo. La fiesta estaba resultando animada, todo un éxito, algunos bailaban, otros charlaban y todos bebían…
Horas más tarde Ángel y Patricia coincidieron en el pasillo de los baños, él saliendo, ella dirigiéndose al de señoras. Las copas ya empezaban a hacer efecto en Ángel, por eso en el momento en que se cruzó con ella la agarró por la cintura, girándola, y acercándose dijo.
-Tú y yo tenemos algo pendiente…
-¿De que hablas Ángel?
- ¿No te acuerdas? – Ángel hablaba cerca muy cerca del rostro de Patricia. – Yo tenia que enseñarte lo que es para mí un beso…
Fue acercándose lentamente a los labios de ella mientras que con la otra mano le acariciaba el muslo, Patricia puso las manos en el cuello de Ángel, mirándolo embobada. Cuando sus labios se unieron comenzaron a besarse con ansia, con frenesi, como bebe y explorador tras tres días sin agua en el desierto.
Se dejaron llevar, decidieron disfrutar del momento. Lo que no sabían era que, al otro lado del pasillo, estaba Emma, que los miraba temblando, con los ojos arrasados de lágrimas. No pudo aguantarlo más, dejó caer su copa, que se rompió y abandonó el local.
Tampoco se dieron cuenta de que Rober salía en esos momentos del aseo de caballeros, encontrándoselos de frente. El pobre Rober, completamente alucinado, buscó a Dani y a Berta, necesitaba decir a alguien lo que acababa de ver.
- ¡Chicos, chicos! No sabéis lo que acabo de ver…
- Pues si no lo dices no Rober – Dijo Berta.
- Venga sueltalo… ¿Qué es eso taaan alucinante? - Preguntó Dani girando la cabeza.
- A… Ángel y Pa… Patricia, en los baños… besandose…
- Venga Rober no digas tonterías…
-Eso Rober, deja de beber, que te esta afectando mucho y deja divertirse a los mayores – dijo Berta.
-Hola Ángel. – Dijo ella. Ángel la abrazó efusivamente y la beso, sus labios se juntaron en un baile frenético de pasión, abrazados fueron entrando y con un golpe de talón Ángel cerró la puerta.- Vaya… parece que me has echado de menos…
-No te puedes imaginar cuanto, no he dejado de pensar en volver a casa para estar contigo. – Maldito embustero, pensó, ni tan siquiera te has acordado de ella hasta… hasta…
Volvió a besar a Emma.
- ¡Ángel! – dijo ella riéndose - ¿Qué te pasa últimamente?
-No hables, no digas nada… solo bésame. – dijo mientras empezaba a quitarle la ropa, pronto ella empezó a hacer lo mismo con él, sin dejar de besarse y acariciarse, fueron avanzando y desprendiéndose de la ropa hasta llegar al dormitorio.
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Ahí estaba Patricia, enfundada en su albornoz y secándose el pelo. El ruido del secador la mantenía distraída de sus tumultuosos pensamientos. Cuando termino fue al dormitorio y, plantándose frente al armario, lo abrió de par en par.
-A ver que te pones Patricia – como solía hacer cada vez que debía arreglarse, comenzó a hablar consigo misma. Rebuscó entre las perchas y sacó algunas prendas, un mini-vestido blanco y unos leggins negros. - ¿Qué tal esto? – se lo puso por delante y se miró al espejo. – No, esto no, es demasiado soso y así no se va a fijar en mí…
Arrojo la ropa sobre la cama.
- ¿Qué cojones estoy diciendo? ¡Tiene novia Patricia, tiene novia! Pero ha estado a punto de besarme, eso quiere decir que…¡No, no, no! ¡Sácatelo de la cabeza! – sacó otra ropa del armario, esta vez un precioso vestido de diseño color verde. – Esto… Es elegante y… y llama demasiado la atención. Es la fiesta de Berta ¿Recuerdas? No puedes eclipsar a la cumpleañera y lo sabes… Por otro lado si quieres que él te mire y te diga lo guapa que… ¡DIOS! ¡Sácatelo ya de la cabeza! Ángel no es para mi, él tiene su vida, sí, tiene su vida y tú, Patricia Conde, eres un simple secundario en ella… no, ni siquiera llegas a la categoría de figurante…
Volvió a meter el vestido en el armario y, enfadada consigo misma, saco otro modelito, una falda de cuero negro supercorta, que ni siquiera recordaba haber comprado, y un top muy escotado, también negro, con unas cuantas lentejuelas. Se giró hacia el espejo y se miró…
- Muy bien Patricia… ¡Por si no tienes claro ya que estas desesperada por conseguir un halago de un hombre con la vida hecha y que no te mereces, ahora vas y te vistes de puta! – Se sentó en la cama, dejando las perchas junto a ella, sostuvo su cabeza entre sus manos y trató de pensar. – Nunca me he comportado como una buscona, no soy de esas… y sin embargo me muero porque me bese a pesar de que conozco a su chica ¡Me gusta tanto! No, no me gusta, lo quiero… es, es sencillamente el hombre perfec… ¡Dios! – se miró al espejo y se odió por unos instantes. - ¡Vas a ir, lo vas a ver con su novia y se te va a pasar todo! ¡Ya verás!
Finalmente y como suele suceder en estos casos, optó por llevar a la fiesta el primer modelito que se había probado, lo completó con un cinturón ancho por encima del vestido, unos botines y un bolso. Se arreglo el pelo y se perfumó, Lilas…
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-Venga Ángel… ¡Luego dirán que las mujeres tardamos en arreglarnos pero llevo ya un rato esperando!
-¡Ya va, ya va! – Respondió mientras salía de la habitación colocándose el abrigo, llevaba puesto sus sempiternos vaqueros y una camisa marrón. – Es que no quiero darles material para seguir metiéndose con mi forma de vestir.
-Pues hoy no creo que tengan queja – dijo agarrándolo de las solapas. – Hoy estás perfecto ¿Me tengo que poner celosa?
-No digas tonterías. – Si tú supieras, pensaba. – Venga, que si nos entretenemos más no llegamos.
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La fiesta se celebraba en un local bastante moderno. Todo el equipo del programa y algunos amigos de Berta estaban alli esperándola, todos menos Patricia, que tenía que llevar a la agasajada a su fiesta sorpresa, y la propia Berta.
Ángel y Emma estaban en una esquina del local, donde la música no molestaba demasiado, charlando con Dani y Julián. Ya se habían tomado una copa e iban a por la segunda. Las chicas tardaban demasiado.
De pronto Alberto entro haciendo aspavientos.
-¡Chicos, chicos! ¡Que ya vienen!
Todos guardaron silencio y el Dj bajó algo la música, cuando Berta y Patricia entraron todos gritaron ¡SORPRESA! Todos menos Ángel, que se limitó a alzar su copa.
- ¡Muchas gracias chicos! – dijo Berta emocionada. - ¡Ya os vale!¡Me teniais engañada pensando que nadie se había acordado! – Se acercó hasta donde Dani estaba. – Bueno, casi nadie.
Dani bajo la mirada y por un instante pareció sonrojarse, pero solo por un instante.
-Yo no podría haberme olvidado – sonrió. – No tratándose de ti.
-¡Vaya, si debajo de todo ese pelo y esa voz va a haber un corazoncito y todo! – Berta le cogió disimuladamente la mano y articulo algunas palabras sin pronunciarlas. Dani no pudo verlo bien, pero le pareció distinguir un “Me gustas”.
Julian la felicitó dandole dos besos, al igual que hizo Emma. Berta se plantó delante de Ángel.
- Felicidades – dijo él.
- Vaya… ¡Gracias! – dijo ella sonriendo. - ¿Vas a darme dos besos o sigues en tu línea?
-Pues pensaba darte dos besos, pero ahora por bocazas te quedas sin ellos – dijo Ángel en una fingida actitud chulesca.
- ¡Será ogro! – Dijo Berta entre carcajadas. - ¡Ven aquí enano, que de darme dos besos tú no te libras! .- lo cogió de la camisa y fingieron forcejear, aunque finalmente Ángel le dio dos besos como Dios manda. – Bueno chicos, me voy a saludar a esta gente ¿Vale?
-Ve – dijo Patricia. – Nosotros estaremos por aquí.
Cuando Berta se marcho, el grupo reanudó una animada charla, aunque Ángel y Emma casi no intervenían, ella porque se sentía un tanto desplazada, pero tampoco mucho, ella era así; Él porque estaba más concentrado en lanzar furtivas miradas a Patricia tratando de que su chica no se diera cuenta.
Habían pasado ya varios minutos y Berta seguía haciendo la ronda.
- Ángel – dijo Emma. – Voy un momento al baño.
-Vale, aquí te espero. – Al terminar apuró su copa.
-¿Hace otra ronda? – preguntó Dani y todos asintieron. - ¡Venga Julián acompáñame a la barra. – Los dos chicos se fueron, dejando a Patricia y Ángel solos durante unos instantes.
Ángel se acercó a Patricia y le hablo al oído para que la música no cubriese sus palabras.
- Estás preciosa. – dijo sin más. Patricia sintió como el corazón le daba un vuelco, era la primera vez que Ángel le decía algo bonito de verdad y no fruto de un guión.
- Tu también estás muy guapo. – como siempre, deseó añadir. - ¿Has tenido ayuda?
- ¡Pues no lista! – dijo él sonriendo. – Me he vestido yo solito, como un niño grande…
- Bueno, grande, grande… Tampoco – Los dos comenzaron a reír.
Julián y Dani llegaron con las copas a la vez que Emma regresaba del baño y se colocaba junto a Ángel agarrándolo del brazo. La fiesta estaba resultando animada, todo un éxito, algunos bailaban, otros charlaban y todos bebían…
Horas más tarde Ángel y Patricia coincidieron en el pasillo de los baños, él saliendo, ella dirigiéndose al de señoras. Las copas ya empezaban a hacer efecto en Ángel, por eso en el momento en que se cruzó con ella la agarró por la cintura, girándola, y acercándose dijo.
-Tú y yo tenemos algo pendiente…
-¿De que hablas Ángel?
- ¿No te acuerdas? – Ángel hablaba cerca muy cerca del rostro de Patricia. – Yo tenia que enseñarte lo que es para mí un beso…
Fue acercándose lentamente a los labios de ella mientras que con la otra mano le acariciaba el muslo, Patricia puso las manos en el cuello de Ángel, mirándolo embobada. Cuando sus labios se unieron comenzaron a besarse con ansia, con frenesi, como bebe y explorador tras tres días sin agua en el desierto.
Se dejaron llevar, decidieron disfrutar del momento. Lo que no sabían era que, al otro lado del pasillo, estaba Emma, que los miraba temblando, con los ojos arrasados de lágrimas. No pudo aguantarlo más, dejó caer su copa, que se rompió y abandonó el local.
Tampoco se dieron cuenta de que Rober salía en esos momentos del aseo de caballeros, encontrándoselos de frente. El pobre Rober, completamente alucinado, buscó a Dani y a Berta, necesitaba decir a alguien lo que acababa de ver.
- ¡Chicos, chicos! No sabéis lo que acabo de ver…
- Pues si no lo dices no Rober – Dijo Berta.
- Venga sueltalo… ¿Qué es eso taaan alucinante? - Preguntó Dani girando la cabeza.
- A… Ángel y Pa… Patricia, en los baños… besandose…
- Venga Rober no digas tonterías…
-Eso Rober, deja de beber, que te esta afectando mucho y deja divertirse a los mayores – dijo Berta.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Re: UN MAR DE DUDAS
Bueno, ya me direis que os parece.
Emma lloraba, sabía que algo estaba ocurriendo en su relación, pero en cierto modo se resistía a creerlo. Tenía ganas de irse a casa, pero también necesitaba una explicación, una excusa o algo… Se sentó en un banco, esperando que, cuando se diera cuanta de su ausencia, Ángel saliera a buscarla.
>0<
-Patricia… Vamos a otro sitio – dijo Ángel sin dejar de besar su cuello. – Vayamos a, a… tu casa.
-¿Estás seguro?
-Nunca he estado más seguro de algo en toda mi vida – hablaba susurrando, cerca de su oído.
-Vayámonos – Lo agarró de la mano y juntos salieron del local. Nadie pareció darse cuenta.
Una vez en el exterior Ángel tiró de Patricia, llevándola hasta su coche. Se apoyaron en la carrocería.
-¿Qué haces Ángel? – preguntó Patricia apoyando su mano en el pecho de él.
-Llevarte a casa – rodeó a Patricia con sus brazos.
-No Ángel… Vamos en mi coche, tú no estás en condiciones de conducir. – Ángel la besó inesperadamente.
-¿Y tú si? – la miraba con ojos tiernos y una sonrisa plantada en la cara.
- Bastante mejor que tú – ella le hacía cosquillas en la nuca, lo besó suavemente en la comisura de los labios y se giró. Él la abrazó por detrás y así caminaron hasta el coche de ella.
Emma había podido ver toda la escena. Estaba destrozada, no solo Ángel no había reparado en su ausencia, si no que se marchaba con Patricia… ¡Habían estado a escasos metros del banco donde esperaba y ni se habían percatado! Dolida y humillada llamó a un Taxi para irse a casa.
>0<
Cerro la puerta, se volvió, apoyándose contra ella y miró a Ángel, que se mantenía recostado en la pared opuesta. Caminó lentamente hacia él hasta pegar su cuerpo contra el suyo, lo agarró de la camisa al tiempo que el rodeaba su cintura con las manos.
-Señor profesor… ¿Podría volver a explicarme en profundidad cómo es un beso?
-Mejor una clase práctica ¿No? – volvieron a besarse, como si hiciera siglos que no lo hacían, sus manos comenzaron a recorrer sus cuerpos por encima de la ropa.
-Vaya… ¿Hemos pasado a geografía?
-Y entra para examen – dijo él.
Volvieron a unir sus labios, pronto él comenzó a explorar su cuello, a saborearlo incluso a morderlo suavemente. Ella le rasgó la camisa, haciendo que algunos botones saltaran, con sus manos acarició el pecho de ángel, reconociéndolo, jugueteando con sus pelillos.
Iban avanzando por el pasillo mientras se desprendían de la ropa, dejándola desperdigada por el suelo. Cuando llegaron al dormitorio solamente la ropa interior impedía el contacto total de sus cuerpos.
Él la arrojó sobre la cama y sujetando el peso de su cuerpo en sus brazos, lamió su vientre desde el ombligo hasta el broche del sujetador, que estaba delante. Patricia se estremeció ante aquella acción inesperada y lanzó un gemido.
Con un movimiento ágil, Ángel abrió el sujetador e introdujo una de sus manos, palpando los pechos de ella, acariciándolos. Pronto aquella prenda desapareció de escena, dejando el acceso hasta los pezones de Patricia a sus labios. Los lamió, los succiono e incluso los mordisqueó con suavidad, haciéndola estremecerse.
Ella acariciaba los brazos y la espalda de Ángel, dejándose hacer. Bajo sus manos y las introdujo bajo el boxers, acariciando y apretándole las nalgas, Ángel gimió, aquello lo encendía más, si es que era posible.
Ángel deslizó sus manos por las caderas de ella hasta llegar a sus braguitas, introdujo una de ellas y acarició el húmedo y cálido sexo de Patricia. Ella gimió y jadeó por el placer que por aquella caricia estaba sintiendo. Cruzó las piernas atrapando el cuerpo de Ángel, le rodeo el cuello con los brazos y se levantó ligeramente.
-Hazme tuya – le decía al oido. – Quiero sentirte dentro…
Aquellas palabras hicieron que Ángel perdiera el poco autocontrol que le quedaba, se deshizo de las braguitas de Patricia y ayudó para que ella se deshiciera de sus boxers
De un solo gesto se introdujo en ella. Patricia no pudo reprimir un grito, mezcla de placer y sorpresa, al sentirle completamente en su interior. No solo era mayor de lo que se esperaba, si no que al parecer, sabía que hacer en cada momento…
Sin moverse aún acarició su cuerpo, quería que se relajase, que se acostumbrase a tenerle dentro antes de hacer nada más. Ella reclamó sus labios y levando as manos a la nuca de Ángel lo besó y con un leve movimiento de caderas o apremió a que continuase, cosa que él hizo inmediatamente.
Se movía dentro de ella, al principio suave, lenta y profundamente; Patricia gemía cada vez que lo sentía completamente dentro y lo recamaba con un leve quejido cuando estaba fuera. Los cuerpos de ambos se estremecían de placer, respiraban agitadamente y gemían, gemían… no podían evitarlo.
Cuando Ángel aceleró el ritmo, los gemidos se transformaron en verdaderos gritos y los jadeos en una frenética respiración. Cambiaron de postura, el recostado en el cabezal de la cama y ella encima, cabalgando como si de una guerrera amazona se tratase.
Patricia no dejaba de acariciarle el pecho y el vientre duro mientras las manos de él recorrían su espalda, sus senos… sus dedos jugaban a perderse entre el pelo del otro mientras sus cuerpos seguían siendo uno.
Tras unos minutos sus respiraciones, ahora casi convulsas, delataron que estaban rozando el punto de no retorno, Ángel recorrió con sus dedos la piel de Patricia, desde sus labios hasta sus pechos, la inclino hacia atrás y en esa postura ella alcanzó el clímax, acompañándolo de una serie de excitantes y excitados gritos, jadeos y gemidos.
Cuando Ángel sintió las contracciones del sexo de Patricia, mientras sentía las oleadas de su orgasmo, alcanzó el suyo. Se respiración se entrecortó y lanzó un prolongado gruñido.
Una vez superado el éxtasis, sus cuerpos exhaustos y sudados quedaron uno encima del otro, recuperándose de la que, posiblemente para ambos, había sido la mejor experiencia sexual de sus vidas.
Ángel abrazó a Patricia y poco a poco pudo sentir como ella se iba durmiendo. Minutos después él también caía rendido. Así, abrazados, sintiéndose todavía uno, durmieron.
>0<
-Patricia… Vamos a otro sitio – dijo Ángel sin dejar de besar su cuello. – Vayamos a, a… tu casa.
-¿Estás seguro?
-Nunca he estado más seguro de algo en toda mi vida – hablaba susurrando, cerca de su oído.
-Vayámonos – Lo agarró de la mano y juntos salieron del local. Nadie pareció darse cuenta.
Una vez en el exterior Ángel tiró de Patricia, llevándola hasta su coche. Se apoyaron en la carrocería.
-¿Qué haces Ángel? – preguntó Patricia apoyando su mano en el pecho de él.
-Llevarte a casa – rodeó a Patricia con sus brazos.
-No Ángel… Vamos en mi coche, tú no estás en condiciones de conducir. – Ángel la besó inesperadamente.
-¿Y tú si? – la miraba con ojos tiernos y una sonrisa plantada en la cara.
- Bastante mejor que tú – ella le hacía cosquillas en la nuca, lo besó suavemente en la comisura de los labios y se giró. Él la abrazó por detrás y así caminaron hasta el coche de ella.
Emma había podido ver toda la escena. Estaba destrozada, no solo Ángel no había reparado en su ausencia, si no que se marchaba con Patricia… ¡Habían estado a escasos metros del banco donde esperaba y ni se habían percatado! Dolida y humillada llamó a un Taxi para irse a casa.
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Cerro la puerta, se volvió, apoyándose contra ella y miró a Ángel, que se mantenía recostado en la pared opuesta. Caminó lentamente hacia él hasta pegar su cuerpo contra el suyo, lo agarró de la camisa al tiempo que el rodeaba su cintura con las manos.
-Señor profesor… ¿Podría volver a explicarme en profundidad cómo es un beso?
-Mejor una clase práctica ¿No? – volvieron a besarse, como si hiciera siglos que no lo hacían, sus manos comenzaron a recorrer sus cuerpos por encima de la ropa.
-Vaya… ¿Hemos pasado a geografía?
-Y entra para examen – dijo él.
Volvieron a unir sus labios, pronto él comenzó a explorar su cuello, a saborearlo incluso a morderlo suavemente. Ella le rasgó la camisa, haciendo que algunos botones saltaran, con sus manos acarició el pecho de ángel, reconociéndolo, jugueteando con sus pelillos.
Iban avanzando por el pasillo mientras se desprendían de la ropa, dejándola desperdigada por el suelo. Cuando llegaron al dormitorio solamente la ropa interior impedía el contacto total de sus cuerpos.
Él la arrojó sobre la cama y sujetando el peso de su cuerpo en sus brazos, lamió su vientre desde el ombligo hasta el broche del sujetador, que estaba delante. Patricia se estremeció ante aquella acción inesperada y lanzó un gemido.
Con un movimiento ágil, Ángel abrió el sujetador e introdujo una de sus manos, palpando los pechos de ella, acariciándolos. Pronto aquella prenda desapareció de escena, dejando el acceso hasta los pezones de Patricia a sus labios. Los lamió, los succiono e incluso los mordisqueó con suavidad, haciéndola estremecerse.
Ella acariciaba los brazos y la espalda de Ángel, dejándose hacer. Bajo sus manos y las introdujo bajo el boxers, acariciando y apretándole las nalgas, Ángel gimió, aquello lo encendía más, si es que era posible.
Ángel deslizó sus manos por las caderas de ella hasta llegar a sus braguitas, introdujo una de ellas y acarició el húmedo y cálido sexo de Patricia. Ella gimió y jadeó por el placer que por aquella caricia estaba sintiendo. Cruzó las piernas atrapando el cuerpo de Ángel, le rodeo el cuello con los brazos y se levantó ligeramente.
-Hazme tuya – le decía al oido. – Quiero sentirte dentro…
Aquellas palabras hicieron que Ángel perdiera el poco autocontrol que le quedaba, se deshizo de las braguitas de Patricia y ayudó para que ella se deshiciera de sus boxers
De un solo gesto se introdujo en ella. Patricia no pudo reprimir un grito, mezcla de placer y sorpresa, al sentirle completamente en su interior. No solo era mayor de lo que se esperaba, si no que al parecer, sabía que hacer en cada momento…
Sin moverse aún acarició su cuerpo, quería que se relajase, que se acostumbrase a tenerle dentro antes de hacer nada más. Ella reclamó sus labios y levando as manos a la nuca de Ángel lo besó y con un leve movimiento de caderas o apremió a que continuase, cosa que él hizo inmediatamente.
Se movía dentro de ella, al principio suave, lenta y profundamente; Patricia gemía cada vez que lo sentía completamente dentro y lo recamaba con un leve quejido cuando estaba fuera. Los cuerpos de ambos se estremecían de placer, respiraban agitadamente y gemían, gemían… no podían evitarlo.
Cuando Ángel aceleró el ritmo, los gemidos se transformaron en verdaderos gritos y los jadeos en una frenética respiración. Cambiaron de postura, el recostado en el cabezal de la cama y ella encima, cabalgando como si de una guerrera amazona se tratase.
Patricia no dejaba de acariciarle el pecho y el vientre duro mientras las manos de él recorrían su espalda, sus senos… sus dedos jugaban a perderse entre el pelo del otro mientras sus cuerpos seguían siendo uno.
Tras unos minutos sus respiraciones, ahora casi convulsas, delataron que estaban rozando el punto de no retorno, Ángel recorrió con sus dedos la piel de Patricia, desde sus labios hasta sus pechos, la inclino hacia atrás y en esa postura ella alcanzó el clímax, acompañándolo de una serie de excitantes y excitados gritos, jadeos y gemidos.
Cuando Ángel sintió las contracciones del sexo de Patricia, mientras sentía las oleadas de su orgasmo, alcanzó el suyo. Se respiración se entrecortó y lanzó un prolongado gruñido.
Una vez superado el éxtasis, sus cuerpos exhaustos y sudados quedaron uno encima del otro, recuperándose de la que, posiblemente para ambos, había sido la mejor experiencia sexual de sus vidas.
Ángel abrazó a Patricia y poco a poco pudo sentir como ella se iba durmiendo. Minutos después él también caía rendido. Así, abrazados, sintiéndose todavía uno, durmieron.
El Guaje- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 13/01/2010
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