Retazos de mentira, retazos de verdad

vale lo del hermano preguntando porque el ordena se llamaba Angel Martin me ha matado!! jajaja
en serio no nos puedes dejar así, estos capis hay que subirlos todos juntos! no puedo esperaar!!

¿Por qué la gente me copia lo que yo quiero destacar? Malditos!!! xD
Nah, para variar un poco me encanta *-* Ya echaba de menos algún capi
*inserta aquí todo lo que ya han destacado*

Nunca había escrito por aquí y aún no se porque... Me gusta mucho el fic y como escribes
y destacar del capi lo mismo que las demás aunque cuando el hermano dijo que porque el ordenador se llamaba Ángel Martín, lo primero que pensé fue que lo ponía por fuera en el portátil jajaja... Siguelo pronto

Que pillada, la del hermano!!
Como siempre genial, con ganas de leer el promixo capi

Os dejo nuevo capítulo! Está sin repasar, porque la inmensa mayoría está recién escrito de hace cinco minutos, calentito calentito, oiga! pero no tengo tiempo para echarle un vistazo... Así que... si faltan comas, puntos... blablabla... LO SIENTOO!!!
Un besazooo y mil gracias por comentar!!!!!




Paseé con mi hermano por las calles de Valladolid. De vez en cuando me gustaba volver a mis raíces, con mi familia, mis antiguos amigos y los antiguos lugares que solía frecuentar cuando no era quien soy ahora.

Sabía que la tranquilidad y el silencio de nuestros pasos no iban a durar eternamente, que Rubén quería preguntarme por el maldito portátil y saciar, así, su curiosidad. ¿Por qué había tenido que llevármelo? Qué inconsciente…

Patricia: Vale, Rubén, si quieres decirme algo, hazlo ya, que tanto silencio me está poniendo más tensa que a Falete pasar por delante de un restaurante vegetal.
Rubén: Tienes que salir de laSexta más a menudo… - comentó – Hacer comparaciones con Falete no puede ser bueno. Y robar ordenadores tampoco.
Patricia: No he robado nada – repetí, recalcando mi inocencia en ese aspecto – Ángel se lo dejó olvidado. Yo sólo… lo abrí para ver si tenía guiones y tal…
Rubén: Yo habría hecho lo mismo, tranquila – le saqué la lengua, sabiendo que estaba tratando de embaucarme - ¿Y qué? ¿Tiene esos guiones?

Me aparté el pelo de la cara.

Patricia: No… Guiones no.

Sonrió al mirarme.

Rubén: Siempre has sido pésima haciendo eso.
Patricia: ¿Haciendo qué?
Rubén: Ocultando sentimientos.
Patricia: No estoy ocultando… - me interrumpí a mí misma, ofendida – Por favor, ¿qué sentimientos?
Rubén: ¿Recuerdas cuando enfadabas a papá y te castigaba sin postre? Te empeñabas en hacernos creer que no te importaba absolutamente nada, pero en el fondo salivabas tanto como el perro de Pavlov.
Patricia: ¿Estás comparando un ordenador con un postre?
Rubén: Yo más bien hablaba de Ángel, no del portátil – dijo con una risita.

Le di un golpe en un brazo y echó a correr antes de que llegase a darle una patada en el trasero.

Rubén: Venga, hermanita, cuéntamelo todo.
Patricia: No tengo nada que contarte.
Rubén: Tu tiempo para registrar ese ordenador se acaba. Pasado mañana ya es martes…
Patricia: Rubén, no me tientes a correr detrás de ti para abofetearte – le señalé con un dedo, tratando de adoptar un gesto agresivo.
Rubén: Si me lo cuentas, puedo hacer que accedas al ordenador cuando tú quieras.

Miré a mi hermano entrecerrando los ojos y apretando los labios. Podía hacerlo, yo sabía que podía hacerlo, pero ¿quería que lo hiciese? Ya bastante había abusado de mi suerte como para seguir haciéndolo… Sin embargo, yo quería saber las cosas que Ángel seguiría escribiendo.

Rubén: Estás pensándote la oferta – alcé las cejas, haciéndome la digna – Vas a aceptar.
Patricia: ¿Qué quieres que te cuente? – bajé el dedo con el que le señalaba.
Rubén: ¿Qué has encontrado en el portátil?
Patricia: Textos.
Rubén: ¿Un diario?
Patricia: Algo así.
Rubén: Entiendo. ¿Alusiones a tu persona?
Patricia: Unas cuantas – me encogí de hombros.
Rubén: Todas buenas, supongo – bromeó, riéndose.
Patricia: ¿Cómo puedes hacer que siga conectada a ese ordenador?

Me miró serio. Había despertado a la fiera, odiaba cuando se ponía en plan técnico con los ordenadores, pero esto me interesaba saberlo.

Rubén: Es más sencillo de lo que parece. Tenemos el ordenador en el que, al parecer, vuelca todos sus trabajos. Y también tenemos el tuyo. Lo único que debemos hacer ahora es instalar un programa informático llamado Logmein.
Patricia: ¿Lo qué?
Rubén: Sirve como “espionaje”, por decirlo así. Aunque en realidad no se usa para eso. Es demasiado simple y obvio, pero discreto. Ángel no se dará cuenta.
Patricia: ¿Seguro?
Rubén: Patri, he estado en la sala de guionistas, le he visto teclear usando únicamente sus dedos índices. No se dará cuenta.

Asentí varias veces mientras me explicaba el funcionamiento del logmein. Podía colarme en su ordenador mientras este estaba apagado, lo cual era una clara ventaja. Con ese programa, podía actuar como si estuviese en el sistema de Ángel, sólo que desde mi propio ordenador y eso significaba que podía editar documentos, crearlos, borrarlos, etc.

Accedí a instarlo tanto en su ordenador como en el mío y, por suerte, con el morbo que le daba estar haciendo hackeos ilegales se había olvidado de seguir preguntándome tonterías acerca de “sentimientos”.

En cuanto tuvo la instalación completa, no pudo evitar soltarme otra pullita de las suyas.

Rubén: Esto ya está, hermanita – sacó el pen drive donde estaba el programa – Ahora voy a dejar a solas con el PC. Hay que daros intimidad.

Me guiñó un ojo y salió de mi habitación. Yo suspiré, acostándome en la cama con el portátil en mis piernas. Abrí el documento y me evadí de nuevo entre sus líneas.


Una vez ya en la urna, llegamos a los 600.000 fans con insultante facilidad. Me puse chulito y subí la apuesta. Y la volví a subir dos veces más. Hasta 620.000. Las caras de Patricia y algunos de sus comentarios me dejaban ver que no estaba muy de acuerdo con mi “maravillosa” idea, pero a mí me daba igual, estaba en una nube y me creía dios. Además de que la idea de ver a Patricia casi preocupada por mí, me atraía.

Llegó un momento en el programa en el que, siguiendo las indicaciones del guión, ella empezó a cepillarse los dientes, acercándose a mi urna a escupir la pasta. Luego, para seguir con la gracia, preguntó al público si querían que me escupiese directamente a mí. Respondieron que sí, obviamente, no iban a perderse la oportunidad de ver a un pardillo siendo humillado. Nuestro público sólo es una panda de tarados que aprovecha cualquier tipo de oportunidad para reírse de la humillación ajena. Da igual que se trate de un tipo siendo escupido o de Rober recibiendo descargas eléctricas “adelgazantes”.

Amenacé a Patricia diciéndole que le pegaría en caso de que me escupiese (siempre pensando en pegarle por debajo de la cintura), pero a ella le dio igual y su salivazo cayó en mi camiseta y en el agua en el que yo me estaba mojando, ignorando el comentario de Alberto diciendo que “había visto películas en Internet muy parecidas”.

Ángel se había saltado algo. Algo de vital importancia, además. Quizá no había sabido entenderlo o realmente desde aquella urna no nos escuchaba bien.

Berta, minutos antes de que le escupiese, había estado en plató dando paso a su reportaje, y uno de los primeros comentarios que hizo fue “¡Te has tirado a la piscina, por fin!”. Yo supe de inmediato que aquellas palabras tenían como único objetivo un doble sentido referente a nuestra tensión sexual. Aunque, pensándolo fríamente, quizá había sido mejor que no lo escuchase, de lo contrario, nunca habría hecho lo que hizo minutos después.

Me llegó el momento de salir de la urna. Me habían avisado de que no me hiciese más el chulito porque había una fisura en la urna. No se salía el agua pero podría haberse salido y, estando en un plató de televisión, sobraban los cables.

Agradecí a la gente del Facebook que me hubiesen salvado de morir ahogado y comenté el dato de la fisura.

Alberto: ¡Pero ese sería el reto!
Ángel: Ya, pero si no puedes decir tacos porque hay niños, ver muertos ya ni te cuento…
Alberto: También es verdad…
Patricia: Ángel…

Lo dijo con retintín, como si le molestase tan sólo el comentario, como si viese en él una posibilidad.

Anuncié mi salida, riéndome cuando Alberto se ofreció a ayudarme. Patricia, todavía disgustada con la idea de que me hubiese metido ahí dentro, me “castigó” desautorizando a Alberto, condenándome a hacerlo solo. Yo, obviamente, sentí mi ego herido y me puse más chulito que consiguiendo fans en Facebook.

Ángel: No, voy a salir solo, voy a salir solo, claro que voy a salir solo. Como si me asustara algo.
Patricia: Ánimo, Ángel, que tú puedes.
Ángel: Sí… No, no, si yo poder puedo.

Me subí al taburete en el que había estado sentado dentro de la urna y miré la escalera que me habían puesto al lado para colaborar en mi salida. Organicé mi mente, pensando cómo hacerlo sin caerme y al levantar la pierna, me di cuenta de que la cosa no era tan sencilla como prometía ser; no había contado con el peso extra del agua.

Alberto: Te veo con una seguridad absoluta.

Empecé a renegar mientras, Patricia decía algo que no llegué a escuchar del todo.

Ángel: ¿Qué?

Tenía una pierna fuera, pero volví a meterme dentro.

Ángel: Que tengo pasta de dientes en el hombro…

Ella asintió y yo, me sumergí en el agua, escuchando el grito de Chispis en mi oído, que bramaba un desesperado “¡¡¡¡¡EL PINGANILLO!!!!!”, me lo saqué de la oreja, para no estropearlo… aún más… y me sumergí completamente en la urna. Luego, volví a repetir el proceso de salida, esa vez mucho más ligero.

Patricia: Oye, ayudadle a salir, que se va a matar. Ayudadle, por favor.

Saludé al público una vez fuera y cogí el micro que uno de los de producción me acercaba insistentemente.

Me acerqué a Alberto, dándole un abrazo… Bueno, más bien acercándole a mi pecho sin mostrar mucho ímpetu.

Caminé hacia Patricia, que estaba empezando a rodear la mesa mientras no dejaba de murmurar un “gracias, gracias” continuo. Perseguí a Patricia por la mesa, mientras ella seguía huyendo.

Patricia: No, Ángel, déjalo.
Ángel: Gracias. No, ven. La que escupe cuando hay una urna, ven.

Ella empezó a huir de nuevo, riéndose y Alberto hizo el amago de ir a cogerla.

Ángel: Ven aquí, ven aquí. Alberto, frénala por ahí.
Patricia: No, no te acerques – me señaló con un dedo, a modo de defensa – No, no…
Ángel: La que escupe cuando hay una urna, ven aquí.

Tanto sus quejas como el tono de mi voz se fueron suavizando apenas unos decibelios conforme me acercaba a ella.

Con un rápido movimiento, trató de apartar el pelo para que no se lo mojase al contacto con mi ropa. El gesto fue peligroso, sobre todo porque su rostro se había inclinado quedando cerca del mío. Intentó alejarse de mí de una forma contradictoria, echando su cuerpo hacia atrás y abrazándome por el cuello.

Estrecharla contra mi cuerpo con sólo un brazo fue insuficiente, de manera que encajé en su cintura el otro, con el que sostenía el micro y la apreté contra mi cuerpo bruscamente durante menos de un segundo.

Cuando nos separamos, mantuvo su mano en mi hombro, mientras yo me alejaba antes de que ciertas extremidades de mi cuerpo exigiesen sentirla aún más cerca.

Patricia: Me quiere, lo sabía.

Ignoré esas palabras. Ya tendría tiempo para pensarlas.

Me despedí yéndome hacia la zona fuera de enfoque y riéndome cuando vi Lola a esperándome con un albornoz que no tardé en ponerme.

Ángel: ¡Me dan un albornoz!
Patricia: ¡Gracias, Lola, gracias!

Indiscreción, le atiende Patricia Conde, dígame. Sí que se me veía a mí el plumero en poco tiempo…

Siiii!! Capi nuevoooo =D me encanta de verdad, mira que a mi me gusta criticar, pero no encuentro nada aquí para hacerlo copón xD me a matado el hermano de Patricia, todo un hacker el tío jajajaja, me a encantado esto “Rubén: Patri, he estado en la sala de guionistas, le he visto teclear usando únicamente sus dedos índices. No se dará cuenta” es curioso, por que yo me lo imagino así xDDD y el programa que le a tocado leer a Patri, el de la urna, hmmm genial todo, el doble sentido de la frase de Berta, el “me quiere, lo sabia” sin comentarios =D sigue pronto =DD

Amo al hermano de Patri. Los puntazos graciosos ya te los he ido destacando por el msn, así que me limito a destacar otras cosicas:

“Yo supe de inmediato que aquellas palabras tenían como único objetivo un doble sentido referente a nuestra tensión sexual. Aunque, pensándolo fríamente, quizá había sido mejor que no lo escuchase, de lo contrario, nunca habría hecho lo que hizo minutos después.”
Amén. En las dos cosas. En la interpretación del comentario de Berta y en lo de que si él llega a oírlo no la habría abrazado luego.

Me encanta cómo has descrito el abrazo. El mentalista es un mierda a tu lado.

Y GRANDE la frase del final. Qué descojone. Y qué gran verdad. Muchas veces uno no se da cuenta desde dentro. No se me ocurre otra explicación a los cantazos que se marcan estos a veces. (bueno, que se marcaban… *llora*)

¡MALDITA!
Te quiero por haber descrito "la escena" de esa forma porque DIOS, me has hecho recordarlo todo de nuevo y no ha habido nada que me hiciera pensar que te estabas inventando lo que pasaba y yo agradezco esas cosas. No me gustan las teorías, pero a ti no te hace falta teorizar porque escribes taaaaaaaaan bien que el que no se lo crea es que es tontaco.

El hermano de Patri no sabe na y lo sabe to, el jodío xD

Aiiiiiiiis... a ver si mañana sigo yo escribiendo lo mío, que soy un ser horrible.
Quiéroteee <3

El hermano es un crack jaja.
La escena de la urna, impresionante como la describes... El abrazo y lo del comentario de Berta..
Síguelo cuando puedas! Crack

Lo del Logmein dará mucho juego ahora, jaja como sabes!
y la escena del abrazo mojado que decir uff me has hecho volver a recordarlo y ahora no puedo dejar de verlo en bucle xD
siguesiguesigue !

Por dios, esta historia es genial, entre los puntazos del hermano (que como dicen por ahi, tonto no es el jodio) y lo tierno que es recordar escenas tan tan...pangel, te pones a leer y deseas que el capi no acabe nunca!!!
Sigue cuando puedas, queremos ver a Patricia espiandooo!!!

Viva el Logmein!!! ¿Eso existe de verdad? xD Si si si, eso va a dar muchísimo juego *-*
El hermano de Patri un crack y cómo has descrito el momento del abrazo... <3 awwwww
sigue pronto por dioh! eres una artistaza!

be_ita91 escribió:Viva el Logmein!!! ¿Eso existe de verdad?

si que existe, yo ya lo tengo instalado jaja

Sí, sí que existe, jajaja. Mi hermano lo utiliza desde su ordenador con el mío para formatearlo cuando peta... Y para asustarme a altas horas de la mañana...
Supongo que este finde subiré capi, pero no me quiero pillar los dedos porque tengo que empezar a estudiar T_T
Besiiicos

existe?? jajaja no lo conocia , pero esta bn eso xd

Os dejo nuevo capítulo, como prometí y se lo dedico a Legna, que dice que soy una mentirosa rompepromesas (y tiene razón), pero yo la quiero mucho
Os confieso una cosa... el puente en que se supone que Patricia está leyendo el documento de Ángel... se me ha desfasado
Pero mucho, además... xDDD. Como he tardado tanto en escribir... el puente ha resultado ser unas vacaciones de verano, lo menos xDDD Lo sientooo.
Es que estado escribiendo más escenas del final que de esta parte de la historia... -_-
Gracias por los comentariooos!!! Besiiiicos!!!!




Las páginas que me quedaban las leí con prisas antes de volverme a Madrid y tener que devolverle el portátil a su dueño. No quería desprenderme de él, pero me quedaba más tranquila sabiendo que el apaño de mi hermano funcionaría.

Leer todo aquello me había servido para darme cuenta de muchas cosas como, por ejemplo, para ser consciente de hasta qué punto Ángel me deseaba. Quizá quedaba de egocéntrica por mi parte afirmar ese dato con rotundidad, pero era algo innegable tal y como relataba los hechos reales y los no tan reales.

Sin embargo, no sólo me había hecho darme cuenta del creciente deseo que Ángel plasmaba en sus páginas, sino que me había hecho cambiar mi forma de verle, antes inocente y ahora aún menos.

Tenía ganas de verle, de mirarle a los ojos y poder intuir todo lo que pasaba por su mente y que, horas después, correría a escribir en su ordenador y, a pesar de todo, no sabía con seguridad si iba a ser capaz de mirarle a los ojos sin pensar en todas las veces que había descrito cómo me hacía el amor… Porque sí, yo también me había imaginado perdiéndome en su cuerpo mientras repasaba aquellas páginas.

Volví a introducirme en su historia, deseosa de más conforme llegaba al final.

Con motivo del inminente éxito conseguido el día anterior con la urna de agua, se me ocurrió un sketch bajo el lema de “Ángel consigue lo que quiere”. Iba a necesitar un camarero, un directivo y una novia. Es decir, Mario, Dani o Miki y… y… Otro día hubiese elegido como novia a Cristina o Paula o incluso a Berta, pero teniendo en cuenta que Patricia todavía seguía medianamente chinada conmigo por el temita de la urna, quise poner especial interés en que fuese ella mi pareja para aquel sketch.

El sketch se dividía en tres sencillas partes: la primera se desarrollaba en la cafetería, donde le pedía un zumo a Mario y le amenazaba con morirme ahí si no me lo dejaba gratis; la segunda, en uno de los despachos de redacción, donde Dani, como directivo, trataba de convencerme de que los jueves no podía dejar el programa, ante la amenaza de morirme, acababa accediendo. Y la tercera, con Patricia. Fue la mejor parte, quizá.

Se supone que éramos una pareja viendo la televisión tirados en el sofá… pero no parecíamos realmente una pareja. Cada uno nos sentamos inconscientemente en una esquina del mueble, como si tuviésemos miedo al contacto con las frases que venían luego.
Me llegó el turno de hablar pero, aún así, retrasé el momento todo lo que pude y más, moviendo las piernas con impaciencia, nervioso y tomando aire, girándome hacia ella y expulsándolo lentamente. Tenía miedo a lo que tenía que decir y eso que sólo era un maldito sketch sin importancia.

Ángel: ¿Un revolcón?

Mi voz sonó ligeramente modosa mientras ella se giraba a mirarme.

Patricia: Hoy no. Es que me duele la cabeza.

Sus pies también se movieron, como acoplándose, pero en realidad ella también estaba nerviosa.

Ángel: Pues me mato – me tapé la nariz y la boca con las manos.
Patricia: Conmigo ese truco no te vale.

Insistí, acercándome hacia su lado del sofá para ver cómo ella daba un salto, todavía metida en su personaje.

Patricia: ¡Está bien! Vamos al dormitorio… - automáticamente, me solté la nariz y la boca, volviendo a respirar.
Ángel: El tanga rojo, porfa.
Patricia: No, no… No, eso sí que no.
Ángel: Pues me mato – repetí el proceso de “matarme”.
Patricia: Vale, me lo pongo.
Ángel: ¡Toma! – hice un gesto al más puro estilo Rafa Nadal y me giré a mirarla.

Las risas no tardaron en llegar en forma de carcajadas, pero esa parte, obviamente, quedó eliminada del sketch cuando lo emitimos en directo. Ni siquiera sé por qué se reía ella, sólo era capaz de comprender que yo me reía de los nervios.

Yo también me reía de los nervios. Bueno, y de la cara de perro pachón que se le quedaba cuando se tapaba la boca y la nariz para ahogarse a sí mismo.

Patricia: Este truco no te funcionaría nunca para acostarte con una mujer, Ángel.
Ángel: ¿Me estás diciendo que mi truco es estúpido?

Asintió con la cabeza, sonriendo y mordiéndose el labio inferior.

Ángel: Pues me mato.

Antes de que consiguiese llevarme las manos al rostro, ella ya se había arrastrado por el sofá para impedirlo.
Su cuerpo quedó muy cerca del mío y ella parecía no darse cuenta, con la respiración agitada por la risa mientras sostenía mis manos entre las suyas.

Nacho: Joder, menos mal que habéis conseguido grabar esta toma a la primera, que rodar con vosotros es un coñazo…

Patricia dio un respingo hacia atrás al escuchar al cámara criticándonos.

Patricia: ¡Eres un seta, Nachete!

Yo, por el contrario, me levanté y me fui hacia la sala de guionistas.

Sí, maldito Nacho. Toda la táctica para acercarme hasta Ángel y tuvo que venir el cámara de turno a echarnos en cara que siempre nos reíamos jodiendo las tomas…

Cerré el portátil de Ángel. Ya había acabado. Y necesitaba un cigarro o dos para liberar tensiones. La vuelta al programa iba a ser entretenida, eso seguro…

Y eso fue algo que comprobé un par de días más tardes, caminando por los pasillos de Globomedia.

Tenía miedo a cruzarme con él y, por otra parte, lo deseaba más que nunca. No sabía cuál sería mi reacción al verle después de leer todo lo que había leído, pero desde luego no quería esperar a estar en plató para calibrar mi reacción. Por eso me pasé toda la mañana deambulando por los pasillos, tratando de propiciar un encuentro con Ángel. Habría sido mucho más directo subir a la sala de guionistas, pero la incertidumbre de no saber cuál sería mi sentimiento frente a él, me hacía desear que nos viésemos a solas, de forma que si quería huir no tenía por qué hacerlo delante de un grupo de personas.

No tuve que esperar mucho para verle acercándose a mí, apenas un par de vueltas por todo Globomedia. El corazón me dio un ligero vuelco y, por un momento, todas las imágenes con las que me había recreado ese puente volvieron a mi cabeza con asombrante nitidez. Bajé la mirada, sonrojándome y, al alzarla de nuevo ante su rostro, fui capaz de advertir su sonrisa relajante y fresca.

Ángel: ¿Pero dónde te metes, Conde? He estado buscándote más de un cuarto de hora y pensaba que me iba a tocar poner a Berta en tu sketch… ¡Cualquiera diría que estabas evitándome!
Patricia: Sí, precisamente… - dije en voz muy bajita - ¿Qué tal el puente, corazón?

Alargué la mano para coger el guión que me ofrecía y sonreí cuando le oí bufar, obligándome a no mirarle la boca.

Ángel: Se me ha hecho eterno…
Patricia: He traído el portátil – mencioné, intentando poner un tono casual, como si no llevase todo el puente enganchada a él - ¿Quieres que te lo de ahora?

Apretó la mandíbula y dudó un par de segundos para luego, negar suavemente con la cabeza.

Ángel: ¿Qué tal si me lo das a la salida del programa, con una cervecita?

Mi sonrisa se ensanchó lo suficiente como para delatar que aquella idea me había parecido excelente.

Patricia: Pues… me parece una mierda de cambio… ¿una cerveza por un portátil? Esmérate en una cenita o algo, ¿no?

Aquello empezaba a ser divertido; cuando no me sonrojaba yo, lo hacía él. Sabía que le tenía a mis pies, el documento que había leído no dejaba ninguna duda y, aún así, seguía dudando de mis ofertas, como si no las considerase las mejores opciones entre nosotros, como si fuese algo impensable que fuésemos a algún lado nosotros solos.

Ángel: Sacarte a cenar a ti es carísimo y yo acabo de volver de Barcelona, por lo que mi bolsillo es más catalán que nunca… Pero siempre puedo invitarte a un buen desayuno…
Patricia: No desayuno a la misma hora que tú y lo sabes – entrecerré los ojos, casi cabreada por la negativa.
Ángel: Esa ha sido una elegante manera de rechazarme…
Patricia: Te recuerdo que yo quería una cenita – eché en cara.
Ángel: Y yo una simple cervecita – sonrió.

Respiré hondo, sin darme por vencida aún.

Patricia: Venga, Ángel, ni para ti ni para mí: cervecita, cena y desayuno – “y el desayuno, a poder ser, me lo traes a la cama”, añadí para mis adentros.
Ángel: ¡Por ese precio me compro un ordenador nuevo!

Puse los ojos en blanco. Al final me iba a quedar sin nada…

Patricia: De acuerdo, cervecita. La acepto.
Ángel: Mírate el sketch.
Patricia: ¿Dónde grabamos?
Ángel: En el descampado. Te veo luego, ¿vale?

Se despidió con la mano y echó a andar por el pasillo con aire desenfadado.

¡Bieeeen! Capi nuevo me encanta =D, por fin el reencuentro, me encanta esta frase de Patricia para sus adentros, “y el desayuno, a poder ser, me lo traes a la cama” jajajaja me encanta, a ver que pasa cuando vayan a tomarse esa cervecita, grrrrrr!! Síguelo pronto, esto va genial =DD

Qué bueno el detalle de Nacho, y lo que ha comentado Davilito del desayuno en la cama. Amo tus acotaciones.
También amo cómo lo describes todo.
Y te amo a ti.

El puente termino!!! Ya no me acordaba de ese sketch, y los dos buscandose por todo globomedia, genial.
Ya tengo ganas de leer el próximo!

Aiiis pero como me puede gustar tanto este fic! jajaja
lo del desayuno será cuando les pillaron desayunando en un bar? aiss bueno no quiero adelantarme jaja

Oleee!! Me encanta el momento negociación!!!!
Y aparte del comentario pa sus adentros, me encanta el momento "Al final me iba a quedar sin nada…" de Patricia. Sigue pronto, esta genial!!!

Me encanta! No me acordaba del sketch... La negociación está bien jajaja
Eeres una artista, sigue pronto y suerte con los exámenes!

Ayyyyyyyyyyyyyyyyy TE QUIERO!
Todos tus fics son unas putas obras de arte y no sé cómo lo haces, maldita asquerosa de mierda.

Aquí me tienes, con fiebre, con las velas colgando y con los ojos más rojos que la carne preferida de Falete, leyéndote (lo de la fiebre no sé ni por qué lo digo, si con el propio comentario en sí, se nota que estoy desvariando).

Patricia más de una vez ha mojado lo que no tenía que mojar leyendo el documento muajajajajajaja y esperemos que le pase lo mismo pero CON MÁS RAZONES, COÑO!

SIGUEEEEEEEEEEERL!

Sublime
Me gusta como Patricia insiste en quedar y quedar con Ángel, y el se resiste porque si no, no aguantará la tentación... jajaja (teoría mía)
Yo también he tardado un poco en recordar el sketch pero cuando me he dado cuenta me ha gustado mucho que lo hayas puesto
siguelo pronto!!

Adoro tu fic!!!!!
No se pueden poner de acuerdo ni para quedar... como le gusta picarse xD Y lo peor es que me los imagino así de verdad xD
Por fin ha acabado el puente *-* A ver como continua la cosa... Me encanta!