Como ella

Noche de aburrimiento + ganas de escribir + Kela amenazando...:

Un sonido. Un simple sonido hace que abra los ojos desesperadamente, quizás deseando que cualquier cosa soñada se hiciera real. Quizás deseando que su cama no estuviera sólo ocupada por él, quizás deseando muchas cosas que, desgraciada pero verdaderamente, sólo son eso.
Deseos.

Se dio la vuelta vagamente para parar la alarma del móvil. Aquella que era tan necesaria como odiada, y tan egoísta como generosa. Las sábanas finas y blancas se enrollaban en sus pies, en sus piernas, en su cuerpo. Ojalá las mantas se ocuparan de apartarlas, pero, al contrario, ejercían aún más fuerza haciendo que se sintiera aprisionado por unos trozos de tela.
Como ella… olían tan bien como ella. Pero ojalá ella se enrollara en él con tanta fuerza y con tanta insistencia, día tras día.
Como ella… le pesaban, cada día más, tanto que se llegaba a proponer abandonar. En un caso abandonar, volverse a dormir y no saber nada más del mundo hasta que su cuerpo le pidiera despertarse. En otro caso… abandonar, dejar de verla día tras día, dejar de hacerla reír, dejar de torturarse con pensamientos que no le iban a llevar a ningún sitio.

Estiró el brazo y el pitido dejó de sonar. Luego apoyó su cabeza en la almohada con fuerza y resoplando. Seguramente quería desaparecer, aunque en esos momentos lo único que necesitaba era seguir durmiendo sobre aquel colchón y aquella almohada. Suaves, confidentes. Como ella. Alguien en el que apoyarse cuando tienes un mal día, alguien a quien le puedes contar tus cosas aunque sepas que no te va a contestar. En un caso por ser objetos, y en el otro por no verse con ningún derecho a aconsejarte. Aunque te escuche, aunque ponga sus cinco sentidos en ver como las palabras salen de su boca, a veces torpes y otras veces rápidas.

Hora de levantarse, hora de poner los pies en el suelo. Peleó con las sábanas y las mantas hasta conseguir desenredarlas de su cuerpo, y con un poco de frío atravesándole los huesos, se dirigió hacia la ducha.
Se quitó la poca ropa con la que dormía, y tras dejarla en un sitio en el que ni siquiera se fijó, entró y se colocó debajo del agua.

Fría. Como ella. Resbalaba por su cuello, por su espalda, por sus tensos hombros. Debería estar relajado, debería sentirse bien. Y al final todo acababa siendo eso, un debería. Nada más. Normalmente le parecía una mujer alejada del mundo en el que los demás viven. Preocupada de sus cosas, pero apenas con tiempo para los demás. Cuando quería su mirada podía ser una de las más distantes que probablemente él había visto. Dirigió la mano al grifo intentando no pensar, sólo cerrando los ojos. Lo giró un poco, haciendo que quedara entre el azul y el rojo.

Tibia. Como ella. Ahora levantó la cara, haciendo que sus ojos, su boca, chocaran contra el agua de repente. Necesitaba despertarse, necesitaba que además de su cerebro su cuerpo se diera cuenta de que estaban a punto de enfrentar otro día. Otro sorprendente pero monótono día. Cuando quería podía ser fría pero caliente. Podía darte a entender que no le importaba nada más que ella, pero si lo necesitabas… si lo necesitabas ella estaría ahí para cualquier cosa. Y a la vez, sólo estaría pensando en ella. O no. Nunca lo sabía, porque ella no le dejaba saberlo.

Y luego, caliente. Como ella. Se apartó un poco porque quizás se había pasado con la temperatura, pero le encantaba jugar con las reacciones de su cuerpo. Así sentía que estaba todavía más despierto, cuando tenía capacidad de reacción. Sí, ella era caliente. Fuego mientras le miraba, mientras le sonreía, incluso cuando lo hacía inocentemente. Mientras le acariciaba, aunque sólo le rozara. Aunque sólo pasara por su lado y torpemente chocaran, él sentía que su piel quemaba contra la suya. Y le gustaba, pero a la vez lo odiaba. Porque no quería que ella tuviera esa capacidad y ese poder sobre él.

Cerró el agua, dispuesto también a cerrar sus pensamientos. A ponerlos en algún sitio de su cerebro donde no molestaran. Y luego se extendió el champú por todo el pelo, relajándose aunque fuera un par de segundos, quizás un minuto. Pero luego volvió a acordarse. Ella era como la espuma, como el jabón. Cuando acariciaba era capaz de pegarte su aroma, era capaz de relajarte.

Mierda. No podía quitársela de la cabeza. Era completamente estúpido, ¿cómo podía verle parecido con un champú?
Estás perdido Ángel Martín.

-

Después de unos minutos salió, se vistió, y condujo hasta Globomedia. Ahora ya estaba intentando escribir algo para llevar a cabo un programa en el que estaba desde hace ya cuatro años.
Pero no podía. No podía teclear su nombre sin acordarse de su pelo, de sus ojos, de su sonrisa, de sus piernas, de su piel, de –

“Ángel, tengo que hablar contigo”

“Sí, yo también tengo que hablar contigo. Para pedirte que dejes de perseguirme, para pedirte que dejes de ser mujer pero a la vez tan niña. Para que dejes de ser fría, pero tampoco quiero que seas caliente… quiero que no seas Patricia Conde. Quiero que seas otra mujer, otra mujer a la que pueda mirar normal sin sentirme culpable, a la que pueda tocar sin sentir necesidad de ir a más. Porque está mal que piense ciertas cosas, está mal que sueñe ciertas cosas, está mal. Todo está mal desde hace tiempo, pero tú no lo ves.”

Y mientras pensaba eso, la seguía a través del pasillo en dirección a su camerino. Quizás algún día pudiera decírselo, o quizás ella se diera cuenta.


No creo que lo siga, tendría que venir un milagro (o Legna con un mechero y gasolina a mi casa) para que eso pase... pero bueno, todo se verá

Yeah, baby!

TÚ ERES PURO ARTE.
En toda tu extensión, con tu precioso pelo rizado, con tu sonrisaca lindísima!!!!!! Dios, es que me encanta, todo lo que salga de tu pc es precioso!!!!!
Te prometo que todos los libros que escribas los compraré, vale? Tendré una estantería sólo para tus libros. Porque tú lo vales. Porque me gusta montar estanterías del IKEA. Porque eres DIOS.

Te adoro. Me encanta tu manera de escribir, es muy personal, es muy buena, coño!!!!!!!!! ERES MUY BUENA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y sí lo vas a seguir, o de lo contrario irá Legna con el bidón de gasolina y yo con el mechero (que el bidón pesa...)

DIOS! eres DIOS!!
pero qué bien escribes leñe!
has de continuarlo, no puedes dejarlo así!!
muerta me hayo aún ARTISTAZA!

Sin ánimo de ofender a artistas como kela_13, estrelitha, o p.a.t.r.ii, tengo que decir que Claudia es la mejor escritora de este foro. Porque es la más prometedora. Cuando sea tan vieja como vosotras no quiero ni pensar lo que puede salir de su cabeza.

cLau-90 escribió:No creo que lo siga, tendría que venir un milagro (o Legna con un mechero y gasolina a mi casa) para que eso pase... pero bueno, todo se verá

KeLa_13 escribió:Y sí lo vas a seguir, o de lo contrario irá Legna con el bidón de gasolina y yo con el mechero (que el bidón pesa...)

Doy fe

Cierro mi comentario estelar con una frase chachi:
“Mientras le acariciaba, aunque sólo le rozara. Aunque sólo pasara por su lado y torpemente chocaran, él sentía que su piel quemaba contra la suya”

Mierda. No podía quitársela de la cabeza. Era completamente estúpido, ¿cómo podía verle parecido con un champú?

Loool xD

Ñam me ha gustado túu - un fic en el que me tengo que imaginar a Ángel en la ducha me tiene ganada desde el principio, y con las sábanas pegadas OMFG- y estoy completamente de acuerdo con la señora Legna me gusta como los escribes, y creo que puedes llegar a escribir fics muy buenos que todavía eres una enana :3

Pd. Te comento y todo para que veas xD

Que gran detalle por tu parte, mwahahahah
gracias a todas :3333

Eres increible escribiendo, Que arte tienes!

Tienes que seguirlo, no puedes dejarlo asi

Me encanta!!
Tienes que continuarlo sí o sí =3

¡DIOOOOOOOOOOOOOOSSSSSS!
Genial! Me ha encantado. Está super bien escrito y... y... genial
Tienes que darle una continuación sí o sí

En serio no tienes pensado continuarlo? D=
Está genial tía, me ha encantado! ^.^

¿Cómo se te ocurrió no seguirlo? ARTISTA, ERES UNA ARTISTA