The end in the beginning

Eeeeem... la verdad es que tengo poco que decir (al final acabaré escribiendo un súper párrafo, y sino al tiempo), sólo que no pensaba empezar a subir hasta tenerlo TODO todo terminado porque siempre me pasa lo mismo y lo voy dejando hasta que me coge el toro, pero bueno, como ahora el foro va a estar así entre vacío-inactivo-en estado de hibernación veraniega (?) pues... <3

Todavía no sé cuántos capítulos van a ser, me imagino que rondando los veinticipico-treinta ^·^ y nada, que espero que les guste... y que las que lo relean, que son un poco las que me acosan y todo eso (ejem) que les siga gustando igual... (yo siempre tengo unas palabritas para ustedes, así soy)

PD: Aunque el título es propiedad de Hart Hanson esta vez el fic no tiene nada que ver con Bones, ahora tengo que evitar pronunciar esa palabra o caigo en una profunda depresión... hasta septiembre, más o menos
PD2: ¿Ven? Llego a tener mucho que decir y no acabo hasta mañana

Ale, aquí dejo el prólogo;

PRÓLOGO:

Como no era de extrañar, las nubes negras cubrían todo el cielo aquella mañana. Ya se había acostumbrado a eso, a simplemente ver un pequeño rayo de sol de vez en cuando. Corrió la cortina de su ventana con prisas y la abrió. Asomó una mano por ella, y tras comprobar que hacía frío como casi siempre, volvió a cerrarla. Se entumeció un poco y volvió al baño, mojando un poco la moqueta. Casi se tropieza. “Empezamos bien” pensó.

Se secó y con la toalla enrollada alrededor de su cuerpo volvió al armario. Se decantó rápido. Sus vaqueros de Levi’s, una de sus tantas camisas largas y unas all-star. Se recogió el pelo en una coleta y miró la hora. Iba con el tiempo justo, así que llamó a un taxi mientras colocaba sus maletas en la entrada.

Era la primera vez que se iba de allí después de haberse ido de España. Quería volver, pero no sería fácil. Ya había hecho un poquito de su vida allí, y también había crecido más profesionalmente. No sabía que diría la gente al verla. No sabía con qué se encontraría, como la recibirían. No sabía exactamente cómo reaccionar a todo, si le pedirían explicaciones. Y sobre todo, temía no querer volver. Aunque esa idea se le fue de la mente muy rápido, quizá demasiado. Allí estaba cómoda, la prensa del corazón raramente le molestaba, o al menos la dejaban vivir tranquila, y también tenía muchas más ofertas de trabajo, sí, más de las que tenía antes.

Una llamada le sacó de sus pensamientos. El taxi estaba esperándola. Arrastró sus maletas casi sin poder. Como siempre, pensó que se había pasado con el equipaje, y que luego usaría menos de la mitad de cosas que había metido. Pero eso era algo a lo que ya estaba acostumbrada. Cogió la gabardina negra que tenía colgada en el perchero, un paraguas, el bolso, revisó que no se le quedara nada importante y cerró la puerta con llave.

Empezó a llover. Al menos, una de las cosas que seguía manteniendo era que seguía siendo igual de previsora.

-

En cuanto llegó al aeropuerto lo primero que hizo fue ir a la cafetería. Una de las cosas que consideraba imprescindible era desayunar, así que se pidió un croissant sin gluten y un café con leche. No dejaba de mirar el reloj y de estar atenta a la megafonía. Al final iba a perder el vuelo.

Al cabo de un par de minutos y tras haber pagado se dirigió a facturar, y finalmente después de pasar por todos los controles y demás subió al avión con muchas ganas pero con muchos nervios.
Volver a su país también significaba volver a sus orígenes.

Jajajajaajajaja
Estás loca colega, muuuuy loca!

Me siento aludida, ¿sabes? ¿Soy una de esas locas que te acosan? ¡NO INJURIES!
Tu fic es LA REOSTIA, básicamente... y verás que no soy ni de lejos la única que te lo dice... ya lo verás, ya...

you so much!

Yo también se lo digo: es la POLLA.
Seré una friki, pero me apetece releerlo. Mola aún más cuando sabes la de cosas que han pasado.
Crack. Tía buena

Bueno pues yo no lo releo, lo leo por primera vez jajaja y pinta bien! Además con el título que le has puesto al fic ya me has ganado XD (septiembre T_T) Espero que cuando vuelva dentro de 2 semanas tenga muchos capis que leer y comentar! ^^

Qué ganas tenía de que subieras, coño!!!
Ayyyyyyyyy!!!! Es que me encanta tu manera de detallarlo todo, de perfilar los personajes... NO DEJES DE ESCRIBIR NUNCA COÑO!!!! Que tienes un arte y un estilo que me encantaaaan

Hmmm... debería acosarte yo también... y además en nada te tendré cerquita y podré golpearte por estar morena y bellísima.
Me parece un comienzo cojonudo, lleno de detallitos que lo hacen realista.
Deseandito estoy de más capítulos!

Me había olvidado completamente de que había empezado a subirlo! así soy yo...
muchas gracias por los comentarios, a las que lo releen por releer y a Bea y a Guanchi [ ] por leer!! ^.^ aquí va el primer capi... tengo que decir que seguramente en muchas partes se liarán, o por los saltos de tiempo o por cositas que no he aclarado muy bien...pero es todo adrede, así que ya se irán enterando de todo xDD

Capítulo 1:

En cuanto estuvo sentada en su asiento pegada a la ventanilla con el bolso sobre las rodillas y con los auriculares enchufados en el móvil se tranquilizó. O al menos eso intentaba, también pensando en el lado positivo de todo. Ver a la gente que echaba de menos, a su familia, su casa. Bueno, su antigua casa. En la que tantos recuerdos tenía y a la que tanto cariño le había cogido.
De pronto notó la presencia de alguien al lado, el avión se iba llenando y los segundos iban pasando. Cada vez quedaba menos para llegar a Madrid.

-

En cuanto escuchó el último aviso se levantó del banco y se dio prisa en dirigirse al tren. Había mucha gente. Gente que le reconocía, gente que pasaba a su lado sin ni siquiera fijarse, gente con prisas, gente despidiéndose de otra gente, gente feliz y gente angustiada, gente gritando y gente susurrando, gente tímida y gente confianzuda. Y todo eso lo vio en un par de segundos, mientras iba hacia la puerta. En cuanto se abrió esperó a que saliera la gente del interior, y finalmente entró. Buscó un sitio al lado de la ventanilla.

Y luego, inevitablemente, comenzó a pensar. Le quedaban un par de horas para llegar a Madrid y para volver a ver muchas personas. Algunas queridas y otras no tanto, pero casi todas importantes.
Instintivamente cogió su móvil y abrió su agenda. Vio millones de contactos. Amigos, simples conocidos, familiares. Y luego vio su número. No sabía que había sido de su vida… pero quizás era mejor así.

-

Un codazo la despertó de golpe. Había llegado a Madrid. Le dio las gracias al señor que tenía al lado que le correspondió con una sonrisa y se quitó el cinturón. Luego se guardó el móvil, cogió el bolso y en cuanto todo estuvo un poco despejado salió. Fue a buscar su maleta y llamó a una de sus amigas, que la estaba esperando en la puerta.
Consiguió irse después de sacarse un par de fotos con unas chicas, un inglés que la había reconocido y un equipo de fútbol.

Patricia: ¡Hola! –Le dijo en cuanto la vio, dándole un enorme abrazo. – ¿Cómo estás, tía?
-¡Genial! Y veo que tú también, que bien te sienta el extranjero guapa…
Patricia: ¿Qué hacemos? Tengo muchísimas cosas que contarte
-Ir a dejar tus cosas a tu casa, ¿no?

Ella le sonrió. Que raro se le hacía oír eso, pero a la vez le encantaba. Su casa.

-¿Sigues por ahí? –Le dijo su amiga chasqueando los dedos enfrente de sus ojos para hacerla reaccionar. –
Patricia: Perdona, es que se me hace muy raro estar aquí de nuevo
-Tampoco ha pasado tanto tiempo, no exageres
Patricia: ¡Son seis meses! Yo ya me había acostumbrado al frío…
-Ya veo. –Comentó mirándole la gabardina y riéndose. –
Patricia: ¡Estaba lloviendo!
-¿Dentro del avión también?
Patricia: Ja ja ja –Le respondió irónica. –
-Venga, no te enfades… con todas las cosas que tenemos que hacer
Patricia: ¿todas las cosas? Perdona pero que yo sepa he venido por una invitación de un cumpleaños…
-¿Pero vas a estar varios días, no?
Patricia: Supongo…
-Yo por lo pronto quiero un café…

Sonrieron agradecidas, por verse de nuevo y por poder pasar un día juntas.

-

Ángel: Dani, tío, que ya puedo yo con esto…
Dani: Sigues siendo igual de cabezota, ¿no ves que la maleta casi es más grande que tú? No sé para que te traes tanta ropa
Ángel: Ya empezamos con los chistecitos… y en mi casa no dejé nada, digo yo que al menos que me invitan tendré que estar presentable
Dani: ¿Tú? ¿Presentable?
Ángel: ¿Vas a ir tú también? –dijo ignorando el comentario. –
Dani: No sé, todavía quedan un par de días…
Ángel: ¿Y ahora donde vamos?
Dani: ¡A tu casa! Y de paso compramos algo por el camino
Ángel: ¿Algo como cervezas?
Dani: Por ejemplo…

Se rieron y se subieron en un taxi mientras iban hablando entre ellos y con el taxista, que como casi todos, se sumaba a la conversación animadamente.

De pronto miró por la ventana, distraído. Madrid y sus calles por las que tanto había pasado sin fijarse detalladamente, seguramente con prisas. Madrid y sus gentes, generalmente también con prisas. Pero ahora lo veía todo de otro modo, quizás porque su vida había cambiado mucho, y quizás porque hacía tiempo que no pasaba por allí. Y también de pronto, al pararse en un semáforo, le llamó la atención algo. Una persona en una terraza, de espaldas a la carretera. Cabello rubio. Un bolso colgado de la silla, grande, peculiar, y que le resultaba familiar. Unas zapatillas blancas que le sonaban demasiado. Y varias personas alrededor de ella con una cámara en la mano sonriéndole, como si estuvieran viendo un ángel.
No… imposible.

Dani: ¿A que sí Ángel?
Ángel: ¿Qué?
Dani: El tío ya se ha metido en su mundo
Ángel: Sólo estaba mirando por la ventanilla
Dani: Sí, ahora se llama así…

El taxista se rió.

Taxista: Bueno, que no se preocupe, si supiera la de gente rara que he tenido que llevar yo…
Dani: Siempre he admirado a los taxistas. No debe ser fácil exponer tu coche a borrachos y demás. Sin incluirme, claro.

Volvió a reírse.

Taxista: Bueno, tampoco está tan mal. Aprendes mucho de la gente, te sientes a veces privilegiado con lo que tienes y otras de ser tan humilde. Aprendes también de otras costumbres, de otro tipo de gentes que son tan respetables como nosotros. Eso es bonito.
Dani: Y también son bonitas las tarifas que ponéis…
Taxista: Ya había tardado en salir el tema
Dani: Nosotros es que somos catalanes, ¿sabe?

Y siguieron hablando mientras él volvía a mirar su móvil. No tenía ni un solo mensaje de ella. Parecía que esta vez le había molestado de verdad. Y se preocupó, pero en seguida volvió a dirigirse a otro número. Su número. No podía llamarla. No después de tanto tiempo.

Me mola tu nuevo estilo algo enrevesado. No sabemos que ha estado haciendo cada uno, ni por qué han vuelto a Madrid. Tampoco sabemos quién es la persona a la que Ángel quiere llamar al final. Lo iremos descubriendo hohoho

Dani: Y también son bonitas las tarifas que ponéis…
Taxista: Ya había tardado en salir el tema
Dani: Nosotros es que somos catalanes, ¿sabe?
Tenía que ponerlo xD Me ha hecho mucha gracia

Sí, lo sé, tendría que haberte comentado antes y blablabla, pero es que para poner: UALA, ME ENCANTA! pues... no. xDDDD Sabes que yo soy más de enrollarme con estos temas y si no lo sabías lo estoy dejando claro con esta intro de tres pares de cojones que estoy soltándote.

Tía, te lo digo, y te lo repetiré todas las veces que sea necesario: NO DEJES DE ESCRIBIR NEVER! EN LA LIFE!
Tienes un estilo tan propio que algún día compraré tus libros y haré cola para que me los firmes!

La conversación con el taxista es magnífica, puto Dani jajajajajajaja. Tú y tus puntazos... Si es que te adoro!!!!!
Pásalo bien por Madrid, cuidado con la suela de las sandalias (son peligrosas) y cómprate espuma, cariño!!!! TE QUIEROOOOOO!! Te voy a echar tanto de menos que creo que cuando vuelvas sólo quedará de mí el kleenex empapado de mocos...
Muaaaaa

Jo, me voy dos semanas y al volver solo tengo un capi que leer... te perdono porque me ha encantado y me has dejado con la intriga de qué ha pasado, que han estado haciendo... sigue!

Venga Bea, este te lo dedico xDDDDDDDD

Capítulo 2:

Ángel: Oye, ¿y qué ha sido de todo el mundo? –Le preguntó dando un trago a su cerveza, sin dejar de mirar toda su casa. –
Dani: ¿De quiénes?
Ángel: Los del programa y esa gente, ya sabes
Dani: ¿No has hablado con ellos?
Ángel: Con algunos sí… Miki, Gonzalo, Berta, Tino, Jose…
Dani: ¿Y con Patricia, no?
Ángel: Sí, bueno, algún mensaje que otro
Dani: ¿Ni siquiera la has llamado?
Ángel: Una vez, creo
Dani: O sea que ni siquiera sabes que ha estado haciendo
Ángel: Sí, eso sí
Dani: Estoy seguro de que se alegraría si volvieras a llamarla
Ángel: Estará trabajando y con sus cosas, déjala

Su amigo decidió no insistir más. No sabía que estaba pasando por su cabeza, pero tampoco iba a obligarle.
Ángel, sin embargo, estuvo muy tentado en coger el móvil. Pero no lo hizo. Algo le frenaba continuamente. Quizás el miedo a que ella no quisiera hablar, o al qué sentir al escuchar su voz después de tanto. Todavía se acordaba de la última vez.

**Flashback**

Salió de la cafetería para dirigirse a la habitación de hotel que estaba ocupando durante aquellos días de rodaje en otra ciudad. Iría andando, no estaba muy lejos, y necesitaba algo de tiempo para pensar en sus cosas. Últimamente no le daba tiempo a nada. De pronto sintió vibrar su móvil en el bolsillo, pero como de costumbre lo cogió sin esperar nada fuera de lo normal. Pero esta vez no lo fue.

Patricia: ¿Sí?
Ángel: ¿Patricia?
Patricia: ¿Ángel? –Comenzó a reírse casi sin darse cuenta, y ni siquiera sabía por qué. –
Ángel: Martín…
Patricia: Ya lo sé, idiota. –Soltó otra carcajada. – ¿Cómo estás?
Ángel: ¿Sinceramente? Igual que siempre. Ya te dije que mi vida no iba a cambiar mucho… al contrario que la tuya por lo que veo
Patricia: ¿Por lo que ves? –Le preguntó dándole una patada a una pequeña piedra sobre la acera. –
Ángel: Al menos me lo podrías haber contado, que nos hemos enterado todos o casi todos por el periódico esta mañana
Patricia: ¿Dices lo de venirme aquí?
Ángel: No, lo de que te hayas teñido
Patricia: ¡No me he teñido!
Ángel: Lo sé…
Patricia: Ahora es cuando me dices que me de la vuelta y te encuentro con un gorrito y unos guantes grises mirándome fijamente, ¿no? –Él se rió. –
Ángel: Ya sé que te gustaría eso, pero no, estoy en Barcelona…
Patricia: Creído… ¿Y qué tal todo por allá? ¿La familia?
Ángel: Bien, como siempre. Pero cuéntame, ¿cómo te tratan?
Patricia: Genial, todo está muy bien. La gente es muy simpática aunque en cuanto cojan sol parezcan gambas… ya sabes, ingleses… a la comida y a los horarios tardé en acostumbrarme al igual que al frío pero bien también… no sé, es otro rollo, aquí al menos no tengo casi nunca cámaras esperando por fuera de mi casa
Ángel: Pues me alegro, de verdad
Patricia: ¡Gracias! ¿Y tú? ¿Qué haces?
Ángel: ¿Ahora? Cenar -Ella volvió a reírse. –
Patricia: Aquí ahora casi todo el mundo está durmiendo… y yo acabo de llegar a mi hotel. –Dijo apoyándose en el portal. –
Ángel: Eso es que tienes que colgar, ¿verdad?
Patricia: Efectivamente. –Dijo sonriendo. – Pero puedes llamar otro día, ¿eh?
Ángel: Sí, claro, no llames tú…
Patricia: Yo estoy muy ocupada, es que no lo entiendes, es muy duro ser una celebrity
Ángel: Venga, fiesta… perdóname Madonna. –Y a ella por lo que parecía no iba a dejar de hacerla reír. –
Patricia: Bueno Ángel, hasta otro día… muchas gracias por llamar
Ángel: Adiós, que vaya todo bien
Patricia: ¡Espera!
Ángel: ¿Qué pasa? Café con leche se dice café au lait… a no, eso es en francés
Patricia: Imbécil… no pasa nada, sólo quería darte las gracias otra vez y… que te echo de menos. Me acuerdo mucho de ti por aquí.

Él no respondió. No le salían esas cosas por mucho que lo intentara. Al menos con ella no.

Patricia: Yo te conozco y sé lo que significa ese silencio, así que si vienes por aquí alguna vez llámame. –le dijo sonriendo. –
Ángel: Claro. Igualmente, aunque no creo que una celebrity se pase por aquí muy a menudo…
Patricia: ¿Ya vale con la coñita no? Si estuviera ahí te habría pellizcado desde hace rato… bueno, ¡un beso!
Ángel: Chao, un beso

Y entró dándole las buenas noches a la recepcionista con una sonrisa mucho más sincera de la que le había puesto esta tarde. Y sí, por supuesto que su ex compañero había tenido mucho que ver.

**Fin flashback**

-

-Eso te queda súper mono tía, ¡me encanta!
Patricia: ¿Segura? Lo veo un poco ajustado… -dijo dándose la vuelta para verse otra vez en el espejo. –
-Que no, que estás perfecta. Venga cámbiate, ¡que nos lo llevamos! Te espero fuera… y voy pagando
Patricia: Vale, no tardo

Ella se cambió todo lo rápido que pudo, intentando mantener el equilibrio en muchas ocasiones por no tener un sitio donde agarrarse. Después de maldecir varias veces al probador salió, poniéndose en la cola al lado de su amiga.

-Joder, ya podrían dejarnos pasar antes, ¿no ven que somos una famosa y una amiga de famosa? –Patricia soltó una carcajada. –
Patricia: Bueno, yo te voy a esperar fuera que me ha entrado muchísimo calor con tanto cambiarme y descambiarme
-Sí, claro… tú déjame sola… ya te lo agradeceré cuando la gente se te eche encima al verte
Patricia: ¡Guapa! –Le dijo alzando la voz y saliendo por la puerta mientras se reía. –

Lo cierto es que lo del calor era verdad, todavía no se había acostumbrado a que hiciera sol un día entero sin llover. Allá el tiempo era muy irregular. De pronto miró hacia el frente. Se acordaba perfectamente de cuantas veces había pasado por allí desde que vivía en Madrid. Vio un cartel por fuera, grande, que le llamó la atención. No supo porque, pero esperó a que el semáforo se pusiera en verde y cruzó. Y luego sonrió sin querer. Ángel actuaba allí esa noche. Y, lógicamente, comenzaron a surgirle un montón de preguntas.

Su amiga la sorprendió cogiéndola del brazo.

-¿Vas a venir a verle?
Patricia: ¿Propones que aparezca aquí después de estos meses sin decirle nada, como si viniera de la nada?
-Las sorpresas consisten en eso… en sorprender
Patricia: Bueno, igualmente, no creo que sea el mejor momento. No podrá pararse a hablar…
-Claro, y captarás la atención de la gente y pasarán de él para centrarse en ti

Patricia soltó una carcajada. Al menos sabía que estaba en Madrid. Y luego, volvió a cruzar para fijarse en más ropas, en más escaparates.

Viene genial venir de la feria a estas horas(un poco borrachito pero bueno) y leer un buen fic =D sigue cuando puedas me gusta muchisimo ^^

Yupiiii me lo has dedicado!! jajaja
Me encanta!! Me gusta la idea del fic cuando ya ha terminado el programa
A ver si Patri va a verle

Patricia: ¿Dices lo de venirme aquí?
Ángel: No, lo de que te hayas teñido
Patricia: ¡No me he teñido!
Ángel: Lo sé…
Patricia: Ahora es cuando me dices que me de la vuelta y te encuentro con un gorrito y unos guantes grises mirándome fijamente, ¿no? –Él se rió. –
xDDDDD

Y entró dándole las buenas noches a la recepcionista con una sonrisa mucho más sincera de la que le había puesto esta tarde. Y sí, por supuesto que su ex compañero había tenido mucho que ver.
Cómo echo en falta unas caritas de emoción en el foro. Bueno, te la pongo igual que tú me entiendes: t-t

Yo y mis abandonamientos de fic... perdón, perdón, perdón!! y muchas gracias <3

Capítulo 3:

Al final había decidido no ir. No porque hubiese preferido quedarse en casa sentada en el sofá disfrutando del silencio que tanto había echado de menos, sino porque pensaba que no era el mejor momento. No era el mejor momento para hablar, para preguntarle por qué no la había llamado más o para ella misma preguntarse porque tampoco había decidido pulsar su número. Pero en realidad sí lo sabía. Como para no hacerlo.

**Flashback**

Después de entrar en el hotel fue hasta el ascensor para subir a su habitación y finalmente dormir, que era lo que más le hacía falta en aquel momento. Caminó por todo el pasillo de la novena planta y, cuando encontró su habitación, sacó la tarjeta del bolso y abrió la puerta. La cerró y se descalzó. Y luego, como un zombi, se dirigió a su cama y se tiró encima. Sin cambiarse, sin pasar por el baño.

-

Pero no dejó de dar vueltas en la cama. Lo único que le venía a la mente al cerrar los ojos era su voz, o la ligera risa en la que, donde los demás no veían nada, ella veía un logro. Y se imaginaba su cara. ¿Realmente estaba cenando o me tomaba el pelo? Se preguntaba estúpidamente. Alargó la mano sin moverse hasta la mesilla y cogió el móvil. Las tres de la mañana. Que tarde. Se levantó y se dirigió al minibar. Se tomó algo. Y tras ese algo, otro más, y otro. Y en realidad aquello hizo que no supiera muy bien lo que hacía. Así que no lo pudo evitar.

Ángel: ¿Quién es? –Preguntó con voz ronca. –
Patricia: Ángel, ¿estás con tu novia ahora mismo?
Ángel: Patricia, ¿estás bien? –Volvió a preguntarle al notar su voz rara, diferente. –
Patricia: ¡Contéstame!
Ángel: No, estoy sólo.
Patricia: Muy bien, porque tengo que decirte algo.
Ángel: ¿Qué?
Patricia: ¡Algo! –Y comenzó a reírse ella misma, sin saber por qué, bajo los efectos de todas aquellas copas. – No, era broma…
Ángel: ¿Se puede saber qué quieres, Patricia? Quiero dormir
Patricia: Y yo, no te jode. Oye, en serio… ¿te había dicho alguna vez que me pareces muy mono? Y no te lo digo de broma… si estuvieras aquí seguramente ahora estaríamos zumbando

Y él empezó a entenderlo todo. Y no le gustaba.

Ángel: Patricia, si estás con alguien dile que te meta en la ducha y luego vete a dormir…
Patricia: El único que dejaría que me metiera en la ducha en este momento serías tú, ¿me oyes? Porque yo no soy una zorra ni una infiel…
Ángel: Oye, te tengo que dejar… ¿me dices el número del hotel?
Patricia: ¿Por qué?
Ángel: ¡Dímelo, corre!
Patricia: ¿Es para venir a buscarme?
Ángel: Claro… es para eso

Y después de dárselo, colgó. Llamó a recepción pidiéndoles que se encargaran de ella, no podía dejarla así. Y luego volvió a acostarse, extrañado por toda esa situación. Estaba bromeando, por supuesto que lo estaba haciendo. Es más, por sus venas corría más alcohol que sangre.
Y esos pensamientos, sin quererlo, se convirtieron en un “por si acaso”. Por si acaso mejor no volver a llamar.

-

Ella, en cambio, se pasó el resto de noche llorando. Llorando y riéndose de sí misma con la chica que la había acompañado hasta la ducha. Y, a ratos, un poco dormida. Incluso de pie cerraba los ojos intentando desaparecer. Aunque fuera un poco, aunque sólo fuera un rato. Pero luego, al ver que no podía, volvía a llorar. Se sentía idiota, inútil. ¿De qué le servía el trabajo si se sentía completamente sola? No quería eso. Pero al final era lo que había conseguido. Y esa noche, sin saberlo, también había conseguido no volver a hablar con él. Porque lo conocía, y sabía que no iba a arriesgarse. “Ojalá me equivoque” pensó. Pero no fue así. Días en los que no llamó. Semanas en las que esperaba un mensaje que tampoco llegaba. Y meses en los que se fue olvidando de aquello, hasta que miraba su número en la agenda y lo recordaba.

Pero ella tampoco se animaba a dar el paso. ¿Cómo saludarlo? Pensaría que le estaba tomando el pelo otra vez. O quizás directamente ni se lo cogía. Así que siguió con sus rodajes, con su película y con sus cosas de ropa y de moda. Mucho trabajo que intentaba ocultar su estado de ánimo. Y, a veces, sólo a veces, lo conseguía.

**Finflashback**

Al recordar esto tuvo claro que no iría. Tenía miedo a su reacción. Sí, había sido una simple conversación en la que ella, además, estaba borracha y apenas sabía lo que decía. Pero eso él no lo sabía. ¿Y que pasaría si la viera y siguiera caminando de largo? No, no podía permitírselo. Era mejor hablarlo con calma para poderle darle las explicaciones que llevaba varios meses pensando.

Miró la hora. “Ya debe estar empezando”. Luego se acordó de que mañana era la fiesta de cumpleaños. Se levantó del sofá y fue hacia su maleta. La abrió y comenzó a sacar toda la ropa que había traído para ordenarla. Al menos así se despejaría un poco. Y de paso, se ahorraba la agobiada tarde de mañana.

-

Dani: Después de tanto tiempo estarás nervioso… -le comentó a su amigo mirándolo y sentándose a su lado en un sofá detrás del escenario. –
Ángel: Tampoco te creas…
Dani: Te conozco tío, a mí no me engañas. –Se rió. Luego vio que Ángel centraba la vista en un periódico que tenía apoyado sobre sus piernas. – ¿Y eso?
Ángel: Nada, para distraerme un poco… -Y al pasar la página la vio. Exactamente como la había visto en aquella terraza. Camisa larga, vaqueros y zapatillas. Y el pelo recogido en una coleta. Y el bolso, sí, aquel bolso era el que había visto. Definitivamente era ella. Y luego se acordó de todo. –
Dani: ¿Esta no es Patricia?
Ángel: Sí
Dani: Anda, ¿está en Madrid?
Ángel: Por lo que dice aquí sí
Dani: ¿A qué ha venido?
Ángel: No lo pone
Dani: Te toca salir ya
Ángel: ¡Deséame suerte!
Dani: No la vas a necesitar… -Le respondió sonriendo. –

Se levantó y esperó. Respiró. Y con la imagen de esa foto salió y recibió un eufórico aplauso. Miró a todas partes. La estaba buscando, no se lo podía creer. Y se obligaba a dejar de mirar, pero no daba resultado. Luego se centró y saludó. No estaba allí y no iba a estar. Tenía cosas mejores que hacer. Seguro.

Ayyyyyyyyyyyyyyy si es que adoro tu forma de escribir, coño ♥ (bueno, yo lo adoro todo de ti, aunque "te haga de rabiar y esas cosas")

ME ENCANTAAAAAAAAAAAA...
Patri tenía que haber ido... camuflada o algo, pero tenía que haber ido... el monólogo de Ángel merece la pena xDDD

Jo al final no ha ido, algún día tendrán que hablar! ¬¬
Aissss me encanta como escribes!!!
Perdón por el comentario, pero es demasiado pronto para mí como para extenderme más jajaja

aii esta super interesante escribes mui bn
siguelo pronto!!

Gracias a todas *______* lo siento por colgar tan poco, pero entre la playa y demás y que se me olvida... xD

Capítulo 4:

Llevaba un poco más de media hora allí y ya había perdido la cuenta de cuanta gente se le había acercado a saludar, a preguntarle qué tal le iba, cuanto tiempo se iba a quedar, y muchas otras preguntas típicas que se le hacen a alguien cuando lleva seis meses en el extranjero. Había pasado de estar de pie a sentarse, a ir hacia la barra y a volver a ponerse de pie. Ahora estaba apoyada en una de las ventanas hablando con una de sus amigas que también se había enterado de que estaba por allí. Le llevó otra copa.

Patricia: Como siga así no voy a acabar muy bien esta noche… que estamos empezando
-Bueno mujer, ¡una noche es una noche! –Dijo entusiasmada levantando el vaso. Patricia correspondió. –
Patricia: Venga, chin chin.

Bebió un sorbo y luego siguieron hablando de otro tema, siempre interrumpidas por una canción muy alta, por un choque no intencionado o por otro saludo y por otro “bienvenida”.
De pronto su amiga se entretuvo hablando con otro grupo de gente que estaban al lado y ella aprovechó para escabullirse un ratito, necesitaba tranquilidad, aunque allí no iba a conseguirla.

Se paró en seco, y sobre todo, parpadeó varias veces. No se lo creía, es más, era casi imposible. Pero esa ropa… no Patricia, te estás obsesionando. Como si no hubiera millones de vaqueros y millones de camisas en el mundo. Y de pronto vio como se daba la vuelta. Ahora sí que estaba completamente segura, y también completamente confundida. Pero no se iría sin hablar con él, o eso pretendía.
Aprovechó que pasaba un chico por delante para taparse disimuladamente con sus espaldas anchas.

Ángel: Oye, tío, ¿sabes dónde está el baño?
-Sí, al fondo a la derecha…
Ángel: ¿Por qué todos están en esa dirección?
-Para no tener pérdida, supongo

Y tras una carcajada dejó su copa sobre una de las mesas e intentó abrirse paso entre toda la gente. Ella seguía observando. Vio como se metía por el pasillo. Le siguió entre la gente.

Pero no sabe como se las arregló para perderle de vista, y en un par de minutos ya no sabía dónde se había metido. Se dispuso a volver por donde había venido cuando sintió que alguien le tocaba en el hombro.

Ángel: ¿Qué haces? ¿Jugar a la gallinita ciega?

Y fue entonces cuando le vio de cerca después de seis meses. Y también fue entonces cuando le pudo sonreír ampliamente, como antes. Él subió las cejas.

Patricia: Sí, Ángel, ¿yo también me alegro mucho de verte sabes?
Ángel: No esperaba menos…
Patricia: No has cambiado por lo que veo
Ángel: Y tú tampoco
Patricia: ¿Eso es bueno?
Ángel: Depende
Patricia: ¿Ya empezamos?

Y tan rápido como se habían sonreído se vieron enzarzados en una conversación que ni siquiera tenía sentido.

Patricia: Oye, ¿en serio no te has comprado más ropa desde la última vez que nos vimos?
Ángel: Ya estamos…
Patricia: Es broma, si en realidad lo había echado de menos y todo…
Ángel: ¿El qué?
Patricia: ¡Meterme contigo!
Ángel: Debí suponerlo…

Ella soltó una carcajada, y él la observó atentamente. Le encantaba ver como tenía las mismas expresiones. La misma forma de moverse. La misma mirada.

Patricia: ¿Crees que es normal que después de tanto tiempo sin vernos sea de estas chorradas de lo primero que hablemos?
Ángel: Supongo que en nosotros sí…
Patricia: ¿Y no me tienes que pedir perdón ni nada?
Ángel: ¿Yo? ¿Por no saludarte en inglés?
Patricia: Por no llamar, idiota
Ángel: Tú tampoco lo has hecho
Patricia: Bueno, pero yo he estado ocupada…
Ángel: ¿Y por qué supones que yo no?
Patricia: ¡No empieces!
Ángel: Sacaste tú el tema… -Ella le miró mal. Definitivamente, por mucho tiempo que pasara, no tenían remedio. Y le gustaba. Le encantaba. –
Patricia: Bueno, ¿y qué haces aquí? ¿Te has vuelto un excéntrico que va a todos los saraos o qué?
Ángel: Sí, pero hoy se me ha olvidado mi chaqueta de leopardo en casa…
Patricia: Joder, que imagen tan rara. –Le dijo espontáneamente, riéndose. Él también sonrió. –
Ángel: Sí… lo es, mucho
Patricia: Pues me alegro de haberte visto
Ángel: ¿Te vas ya o qué?
Patricia: Oye, que estoy mayor, pero todavía tengo aguante… ¿tú no te alegras de verme a mí? –Le miró fijamente sonriendo, aunque por dentro estaba expectante. Esperaba un sí. Esperaba un “bueno, si no había más remedio”… todo menos un no. Él también seguía mirándola. –
Ángel: Creo que ahora me debería sonar el móvil, o alguien debería llamarme…

Ella soltó una carcajada. De las que a él le habían encantado, le encantaban y seguramente le encantarían por mucho tiempo que pasara y por muy bien que disimulara.

Ángel: Venga, sí, para que duermas tranquila
Patricia: Que mal se te da mentir, Ángel Martín

Y poco a poco siguieron hablando de otras tantas tonterías, dejando ver entre broma lo que en realidad pensaban. Volvieron al salón con los demás. Cada uno a donde estaban antes. Pero ya no pensaban lo mismo. Él miró la llamada perdida que tenía en el móvil. Había ido al baño a llamarla, y al final, se había olvidado por completo. Llevó su mirada hasta la otra esquina y se encontró con la suya. Luego guardó el móvil. Definitivamente y sin saber como, siempre se dejaba atrapar.

sigue pronto plis x fin se han visto!!!

oooohhhh
se han visto, han hablado!! y son tan ellos... oishhhh
me encanta!!!
y tranquila por subir tan de vez en cuando (¬¬) es verano, es normal jejeje

Clau se ha ido de vacaciones.. Supongo que a ponerse más morena que Luis Rollán, pero con un color más natural, espero xDD
En fin, que volverá dentro de una semanita o así y seguirá con el fic (POR LA CUENTA QUE LE TRAE).
Viiiiiiva!!!! Cuando vuelva yo me encargo de tocarle las narices para que se invente algo para seguir el que subió de "Como ella". Es demasiado perfecto como para no continuarlo

Vaaaaaaaaale, ya estoy aquí (en realidad desde hace bastantes días... *Cri cri*) así que sigamos con esto =) siento la TARDANZA.

PD: Karol bonica, gracias por avisar, eres un sol del tamaño de algo muy grande ♥

Capítulo 5:

Después de dos meses todo seguía casi igual. Ella había visto y hablado con su familia, y había estado con ellos un par de días. Luego había vuelto a Madrid con prisas porque se le escapaba el avión. Y él se había ido a Barcelona, a hacer lo de siempre.

Estaba sentada en la silla de rodaje. Cada vez quedaba menos para que terminara todo y para poder ver el resultado final de la película. Tenía muchísimas ganas de ver como había quedado, necesitaba saber que su trabajo tan duro y las horas de frío, de lluvia, de sofocante calor habían servido para algo. Hablaba con una compañera, otra de las protagonistas. Tenía el móvil en la mano, últimamente estaba siempre ocupada. Y justo cuando sintió que la llamaban o que le mandaban un mensaje el director la llamó y tuvo que dejarlo dentro del bolso sin poder tan siquiera mirarlo.

Se repasó la parte de guión que le tocaba grabar ahora una última vez y enseguida se metió en el papel. No le costaba mucho. Le encantaba la historia y su personaje. Una mujer soñadora, casi rozando la locura, en unos tiempos que no pegaban para nada con sus ideales. Situaciones muy cómicas y situaciones que llegaban a doler.

Terminó varias horas después. Estaba agotada, ya se había hecho de noche. Otro día que había pasado sin casi enterarse, igual que antes de ayer y seguramente igual que mañana. Recogió las cosas y tras despedirse de todos se subió en el coche que la llevaría hasta el hotel a descansar.

Miraba por la ventana distraída. Al observar a la gente le encantaba pensar que sentían en ese momento, de qué hablaban... y también se intentaba imaginar situaciones muy diferentes que pudieran estar ocurriendo en la ciudad en ese momento. A ratos comenzaba a pensar si se le estaban pegando dejes de su personaje. Y luego se acordó del móvil. Lo sacó del bolso y lo desbloqueó. Vio un mensaje, pero sus ojos se fueron directamente hacia la fecha. Cada vez quedaba menos. Menos horas, menos días. Y comenzaba a agobiarse, no le gustaba nada la idea de pasarlo sola. Pero no le daba tiempo a irse, y ahora menos. No podía abandonarlo todo después de haber luchado de esa manera por conseguir una de sus metas profesionales más importantes.

Abrió el mensaje. Era una llamada perdida. Ya era tarde, no podía llamar a estas horas, así que lo haría mañana.

En seguida se dio cuenta de que habían llegado desde hace un buen rato pero estaba tan metida en sus pensamientos que ni se había percatado. Se despidió del chófer como cada noche y entró. Saludó a la recepcionista, que ya la conocía de sobra. Y en cuanto llegó a la habitación y se puso el pijama se acostó. Estaba demasiado cansada.

-

No le respondió. Ya lo suponía, pero al menos le gustaba intentarlo, y quesupiera que se seguía acordando de ella. Aunque sólo fuera un ratito. El tiempo que podía evadirse de todo lo que le rodeaba. Sí, lo dedicaba para ella. Y era una costumbre que estaba empezando a no gustarle demasiado. Una costumbre peligrosa en muchísimos aspectos. De todas formas a él le daba igual. Era dos de Octubre. No quería ni oírlo, porque se acordaba automáticamente de ella, y le dolía pensar que estaría sola.

Aunque al menos no del todo. Ya tenía parte de su pequeña gran sorpresa. Acababa de llegar de Globomedia. Enchufó la cámara en el portátil y retocó algunas cosas. Cortó algunos minutos de más, algunos momentos que no venían a cuento y que decidió poner al final a modo de tomas falsas. Pero consideraba que le había quedado lo suficientemente bien como para que sonriera como cuando estaba con él. Y eso era lo que en el fondo pretendía. Que estuviera con él sin estarlo, que riera y que llorara de felicidad, que se acordara de cómo había llegado hasta ahí y que echara mucho más de menos a todos los que habían sido sus compañeros e incluso amigos.

Comenzaron a escocerle los ojos, y ya sabía por qué era, así que apagó y cerró el portátil y se dirigió a la cama.

Le dio un beso. Ya estaba dormida. Esta vez no sabía si lo iba a perdonar. Seguro que tenía algo preparado para él, y no se lo iba a agradecer bien. Nada bien. Lo iba a hacer yéndose. Y encima, tan lejos. Pero era su cumpleaños, si lo quería tenía que entenderlo. O al menos eso es lo que deseaba él. Para no discutir, para no pensar.

Y así se durmió

-

Se levantó con el mismo tono de alarma de siempre. Le daban ganas de tirarlo contra la pared, pero luego se acordó de que era su móvil así que se reprimió y simplemente estiró la mano para pararlo. Se levantó y fue hacia el baño.
Luego, la misma rutina de todos los días. Vestirse, peinarse, ir a desayunar, subir a lavarse los dientes y salir con prisas hacia el set. Hoy particularmente le tocaba una escena bastante complicada. Y seguramente se iba a resfriar. Caminar casi desnuda sobre la acera londinense mientras dejaba la lluvia caer no era muy agradable. Pero le pondría todo el sentimiento del mundo. Porque ella era así, y lo que hacía necesitaba que fuera perfecto. Para luego dejarse sorprender.

Al llegar esperó un rato por fuera a que montaran las cámaras y el resto del escenario. Y ahora que tenía un rato, aprovechó.

Le saltó el contestador. Lógico. Estaría durmiendo.

Ayer vi tu llamada tarde y me dio pena despertarte, pero no creas que me olvidé… que soy una mujer ocupada pero responsable. Espero que hablemos pronto, antes de pasado mañana al menos. Que tengas buen día, un beso

Y después, tras oír la señal, lo guardó junto a sus cosas y saludó a todo el mundo. Empezaba otro día sin ni siquiera imaginarse lo que vendría después, a pesar de creer que sí.

*________* que bonito! continualo cuando puedas!

Clau, pero, ¡esto qué es!